domingo, 24 de febrero de 2013

Ganando, en ocasiones se pierde

por  Caronte Campos Elíseos


Por un motivo, los legisladores están dentro del Capitolio, y los ministros, pastores y sacerdotes, están dentro de las iglesias.  La razón es simple, los primeros, son los escogidos por el pueblo para crear leyes. Los segundos, son los elegidos por Dios, para entre otras cosas, velar la justicia social y el bien común, en la aplicación de las mismas.  Demás está decir, que en ocasiones ninguno de los dos grupos cumple sus funciones cabalmente.  Pero ese es otro tema.  En este momento lo que ocupa parte del debate público, son las enmiendas a la Ley 54, y la marcha de los cristianos en defensa de la familia puertorriqueña.  Dichos cambios, que han encontrado oposición en ciertos sectores religiosos y sus respectivos líderes, van dirigidos a extender la protección de esta ley a las parejas de hecho.  Las parejas de hecho son aquellas personas naturales, independientemente de su orientación sexual, que se unen en una relación sentimental.

La iglesia, separada por años por diferencias en materias teológicas y dogmáticas, se unió para proclamar que, Puerto Rico se Levanta en defensa de la Familia”.  Algo similar a lo anterior, fue el nombre con el que bautizaron su junte masivo, donde participaron alrededor de 200,000 personas.  Masivo, por la gran cantidad de gente que asistió al evento, en comparación con otras causas que han convocado a este pueblo anteriormente. Y en las cuales la asistencia ha sido exigua.  Tal fue el caso de la marcha contra los despidos de la Ley 7, la marcha contra la venta del aeropuerto, entre otras.  No en balde los políticos sudan con semejante demostración, en un país donde las elecciones se ganan por  aproximadamente 11,000 votos.  El grupo, reclamó ser la voz y el sentir de todo el pueblo, cuando en realidad, y según los resultados del Censo 2010, la población sumó 3,725,789 en total.  Esto deja a los defensores de la familia en apenas, un 5% del universo puertorriqueño.


Comprobado está, que luego de que los nervios de los representantes, y la presión sanguínea de los senadores, vuelve a sus niveles saludables, estos saben muy bien sacar ventaja de toda situación atípica.  Con gran habilidad circense, hacen malabares para aparentar y dar la impresión de que complacen a todas las partes interesadas.  Unos opuestos, otros a favor, preparan su espectáculo para entretener las gradas, y de esta manera ninguno quedar mal parado en sus respectivas posiciones.  Juegan a ser los creadores de “LaDivina Justicia”.  Justicia muchas veces plagada de leyes y reglamentos repletos de iniquidades.        

Debo admitir, que poder ver las diferentes denominaciones cristianas unidas en algún momento, siempre ha sido el deseo genuino de muchos de los que hemos sido adoctrinados y criados bajo sus dogmas y preceptos.  Lo que no es muy genuino, es la causa que los ocupaba para tal gesta.  Basados en su singular interpretación de las Sagradas Escrituras, en su concepto de vivir en sociedad y en comunidad, y en su definición de lo que debe ser el modelo de una familia normal y típica, presentaron una tenaz oposición al mencionado proyecto de ley.  Utilizando su predominio providencial, hacen gala de su influencia en los procedimientos legales del Estado, y de su capacidad para manipular a los delegados del pueblo, con el fin de ralentizar los procesos legislativos, y en cierta medida, los avances sociales de tendencias globales. Cabe señalar que el proyecto de ley propuesto, no guarda relación con la discusión sobre la aceptación de los matrimonios de personas del mismo género.  Pero a través del discurso críptico de los religiosos, se hizo el llamado a los feligreses para marchar con el mensaje equivocado.  Muchos de los cuales, jamás entendieron las razones por las que estaban “protestando”.   

A todas luces, los cristianos contemporáneos han olvidado el origen de su iglesia como la conocen hoy.  Primitiva, perseguida, marginada, relegada, obligada a realizar sus rituales en catacumbas.  Una fe rechazada, unos fieles torturados y asesinados, una minoría acosada, son el origen de su imperio espiritual moderno.  Estos mismos cristianos que salieron de los túneles subterráneos para apoderarse de Roma, dan validez al viejo y conocido refrán: “El perseguido se convierte en perseguidor”.  Basta con mirar un poco la historia de su desarrollo y evolución, luego de Simón Pedro. 

Son ellos los que han servido como piedra de tropiezo para que las personas de un sector de la población, marginados y discriminados por sus preferencias de índole sexual, obtengan igualdad de derechos y protecciones, que el resto de los ciudadanos disfruta.  Dentro de su sinuoso afán de establecer políticas públicas que les favorezcan, promueven conductas antisociales, como la desigualdad, el discrimen, la intolerancia, la violencia, el odio, el rechazo, entre otros tantos desordenes que se suman como actitudes negativas y desviaciones mentales.  Obligando a los miembros de esa comunidad a vivir en el anonimato, ocultos y prisioneros en una especie renovadas catacumbas.


Todo esto ha puesto de manifiesto que, “Ganando, en ocasiones se pierde”.  Ciertamente, en mi opinión muy personal, que no es en nada experta en asuntos teológicos, han puesto en evidencia la aparente simonía de algunas facciones eclesiásticas que, en combinación con algunos gobernantes, han suprimido la ya alicaída, “Separación de Iglesia y Estado”.  Ambas instituciones han orquestado un sistema que establece lo que debe ser aceptado por la sociedad.  Esto incluye la definición de familia que todos conocemos, y que desde muy temprana edad nos han inyectado a través del suero de la educación.  Todos los libros y textos a nivel elemental por los pasados casi 50 años (que yo recuerde), han ido dirigidos a fomentar la creencia en ese modelo familiar.  Con todo, y aunque el “establishment” la ha establecido como la principal institución dentro de la vida ciudadana, esta ha demostrado que no ha sido lo suficientemente sólida para sobrevivir los embates de un mundo cambiante, donde los avances en todos los aspectos del diario vivir del ser humano, y la evolución personal de este, han hecho estragos en la constitución familiar. 

Una cosa es tener Fe, y otra muy distinta es, desconocer nuestra realidad.  El modelo tradicional no ha sido efectivo, como reclaman muchos, en evitar, disminuir, o prevenir los problemas sociales que en la actualidad padecemos.  Por el contrario, las estadísticas apuntan a que las tasas del detrimento social van, “in crescendo”, a velocidad supersónica.    Las familias contemporáneas se han transformado de tal manera, que sus componentes varían según la realidad de cada hogar puertorriqueño.  Empero, en su intento por mantener el orden fundamental, las religiones han optado por dar la espalda a estas nuevas tendencias y nuevos entornos familiares, pasando juicio sobre la forma y manera en la que se desenvuelve la cotidianidad estas personas.  Juzgando el interior de las relaciones y el modo en que interactúan unos con otros.

Esta actitud nociva para el bien común, ha provocado que los sectores fundamentalistas hayan caído en actuaciones contradictorias, que son mutuamente excluyentes con la cristiandad.  Dejando así al descubierto, lo alejados que están de los verdaderos principios, valores y enseñanzas de un Cristo, que con Su vida, obra, palabra, muerte y resurrección, estableció los nuevos caminos a seguir.  Caminos llenos de tolerancia, armonía, respeto, paz, pero sobre todo, mucho, mucho amor.  Amor y aceptación al prójimo, en especial a los desvalidos, desventajados, marginados, señalados, y rechazados por el “orden social establecido”.  Orden al que hay que hacer frente cuando se reviste de injusticia hacia uno o más de nuestros hermanos, o cuando se torna obsoleto en su esencia.

En la coyuntura histórica que se encuentra Puerto Rico, donde vivimos tiempos apocalípticos, es vital que todos los líderes, de todos los ámbitos y todos los entornos, asuman un rol participativo a favor de la conciliación y convergencia.  Todos tenemos el deber de crear conciencia, y de evitar ser factores activos en la hecatombe que nos arropa.  La responsabilidad es de todos, pero los que se jactan de ser dirigentes de agrupaciones o de masas de gente, el peso de esa responsabilidad es doble.  No pueden convertirse en entes promotores de separación, segregación, o elitismo. 

Con Su ejemplo, el Jesús que yo conozco, estableció para nosotros estilos de vida donde, sin importar nuestras vastas diferencias, todos somos reconocidos como hijos de un mismo Dios, nacidos en igualdad de condiciones.  Al menos, ante Sus ojos.  

¡Levántate y anda!

jueves, 21 de febrero de 2013

En las letras, desde Puerto Rico (Serie Libros encontrados en la espesura) Néstor Barreto hace breves comentarios sobre su libro, Sí

por Carlos Esteban Cana

Desde hace dos años o un poco más, el escritor Néstor Barreto ha puesto en segundo plano su obra creativa para dedicarse de lleno a su labor como editor de la Colección Maravilla. Sello Editorial que durante el 2011 dio a luz pública interesantes títulos de Elizam Escobar, Chiara Merino, Neysa Jordán y Angel Luis Méndez.  El mismo Barreto publicó, La actual fantasía de nosotr@s y otros poemas, libro en el que pulveriza entendidos superficiales sobre conceptos que suenan cacofónicos en la retórica diaria y mediática que escuchamos cada día.  Ese poemario, junto al de, Segunda Naturaleza, de Alberto Prieto, y Canto al hermetismo, de Carlos López Dzur, además de la importante re-edición de, La otra puerta, de Esteban Valdéz, representaron a la Colección Maravilla  en mi selección entre lo publicado en el género poético ese año.

Yo he tenido la fortuna de conversar con Néstor, el poeta, acerca de sus nuevos horizontes creativos en varias ocasiones. Lo singular de su propuesta tiene surco propio. No he visto otro catálogo creativo similar.  En pocos artistas he visto esa visión de novedad y ruptura.  Por todo lo anterior quiero compartir en la bitácora de Caronte Campos Elíseos, unas breves reflexiones de Néstor Barreto en torno a uno de sus libros más emblemáticos: Sí.  Impresiones además que permiten al lector vislumbrar cierta poética de un autor que trasciende definiciones y términos simplistas, que transita constantemente en territorios sinuosos.

Nestor Barreto: es como una rueda de ocho rayas, posiblemente son ocho libros fundidos. Cada uno de esos libros son iniciativas definidas, las define el propio cuaderno en el que fueron compuestas y tiene ocho secciones.  La metáfora dominante en es la espesura, el matorral.  Yo le llamo la asimetría atrópica o también le digo anatropía, y su animal emblemático, totémico es el ruiseñor.”

“El ruiseñor no tiene canto propio, de hecho el ruiseñor se llama Poliglotas Orpheus que quiere decir que el copia los sonidos de los animales que le rodean. Él habla todos los idiomas porque es políglota, y es Orfeo que es el dios de la música. Y esa atmósfera del Poliglotas Orpheus es la que domina en .  No hay simetría, es totalmente asimétrico.  El sentido se deshilacha en el ruedo, el ruedo del sentido. Siempre atareado en trabajar esa frontera donde parece que hay una lógica, pero que esa lógica es radicalmente anárquica.”

“Yo venía con unas ideas que he estado trabajando. Son reflexiones sobre varios conceptos. El primero es la espesura, estructura conceptual que he trabajado en ; experiencia estética de la lectura de mi poesía, que es una bien densa y bien tupida.  Son capas encima de capas, donde el sentido se pierde.  Y entonces hice una analogía entre esa experiencia de leer y la experiencia visual que más me atrae, que es la experiencia del matorral, de la maleza, el matorral, la espesura. ¿Por qué?  Porque la espesura es asimétrica, es simultánea, es plural, es bien diversa; es irracional, y, a la vez, tiene orden porque está ahí y no tenía alternativa.  Las cosas van, caprichosamente cogen para un lado, y se mueren y viven.  Esa misma simultaneidad es la metáfora constructiva que quiero comunicar; es como una percepción de la pluralidad y lo diverso.  Esa es la espesura”.

“Y dentro de la espesura tengo la invisibilidad.  Las cosas son invisibles aunque están ahí, pero como hay tantas cosas hay que buscarlas.  Hay que tener un ojo. Hay que distinguir, discriminar, y sacar; eliminar cosas para poder ver algo dentro de ellas o, sino, estarías viendo el todo.  Entonces cuando estás viendo todas las formas, se invisibilizan algunas para ver la visibilidad de la espesura”.

viernes, 15 de febrero de 2013

Once maneras de dominar un pueblo



Existen muchas formas y mecanismos para dominar un país, luego de invadirlo utilizando las fuerzas armadas.  He seleccionado algunas de estas para el siguiente escrito, ya que para los puertorriqueños están podrían ser ajenas, y estar alejadas de nuestra realidad e historia.  Pero ciertamente, muchos pueblos, algunos de ellos cercanos a nuestras costas, han sido víctima de varias, sino de todas ellas. 

Quizás al leerlas, podamos asociarlas y descubrir cual o cuales naciones vecinas, las ha padecido en algún momento:   


1. Invadir el objetivo y apoderarse de todos sus sistemas,   incluyendo el monetario, para adueñarse de todas sus riquezas. 

2. Implantar un gobierno militar para desarticular movimientos de sublevación.
  
3. Instaurar un gobierno civil, en el cual, todos los dirigentes sean nombrados desde la metrópolis.

4. Adoctrinar los naturales de la tierra invadida, para imponerles todas las responsabilidades de los colonos, sin otorgarles los mismos derechos de estos.
  
5. Utilizar todas las estrategias necesarias (espionaje, persecución, intimidación, torturas, asesinatos, y/o desapariciones), para reprimir cualquier intento de defensa o rescate nacional.  Puede aplicarse a los rebeldes o círculos más cercanos.

6. Otorgarles libertades aparentes para acallar las voces internacionales en contra del dominio extranjero absoluto.  Puede incluir una especie de gobierno propio, atado a las decisiones y mandatos ulteriores.
   
7. Dividir los nativos en varios grupos con diferencias ideológicas virtualmente irreconciliables, para evitar la unión y el resurgimiento del sentimiento nacional y el sentido patrio.

8. Mantener control absoluto sobre todas las áreas críticas para la permanencia de la ocupación (telecomunicaciones, puertos, administración de alimentos, correo, moneda, ejército, seguridad, recursos naturales, energía, agua, entre otras).

9. Subvencionar toda actividad dirigida a diseminar el dominio mental, cultural, y económico de los locales.  Incluyendo los medios de información convirtiéndolo de esta manera, en un País sin Prensa.

10. Subordinar su Estado de Derecho a la revisión y aprobación de los expertos.

11. Denegar y obstaculizar toda participación de los conquistados en los foros, asociaciones,  organizaciones, tratados o acuerdos entre países, ya sean regionales y/o internacionales.

Definitivamente al ser estas medidas leoninas, totalmente extrañas para nosotros y nuestra realidad, no hayamos podido identificar qué relación guardan con nuestra historia.  Es por eso que decidí dejar esta última como ñapa, para ser utilizada como referencia:   

12. Permitir presencia mínima de sus delegados o comisionados residentes, en los procesos y asuntos que sean de su interés.  Dicha representación debe ser indiscutiblemente, sin voz ni voto en las decisiones finales.

Tomando en consideración lo severo y perjudicial que puede ser la implementación de algunos de estos métodos para la idiosincrasia, identidad y autoestima de sus víctimas, espero que este pueblo esté preparado para resistirlas.

¡Levántate y anda!


lunes, 11 de febrero de 2013

Dietas

por  Caronte Campos Elíseos


Las dietas son torturas autoinfligidas, que persiguen los cuerpos y las conciencias de la inmensa mayoría de las personas.  Son el refugio de los obesos y de los que piensan que lo son.  Unos entran voluntariamente en ese tormentoso régimen, otros por razones de salud o estéticas.  Pero todos, de una manera u otra, son perseguidos por el fantasma de ese ayuno obligatorio.  Cambia un poco el escenario donde cada cual, lleva a cabo su inmolación.  En adición a los motivos puramente narcisistas o médicos (en mi caso son ambos), existen otras motivaciones que impulsan que otros tantos, entren en abstinencias alimenticias.  Dentro de las dietas, existen dos grupos; unas que son odiosas, y otras que son un poco más agradables.


Por ejemplo, en el primer grupo, están los que tienen salarios básicos.  Es decir, ganan el mínimo salario por hora en la jornada regular, por lo que su dieta es de clase media.  Esto puede incluir, y sí limitarse, a restaurantes de comidas rápidas con especiales diarios de casi cuatro dólares ($3.99), y a llevar al lugar de empleo, almuerzo del sobrante del día anterior.  De esta manera, su ingreso alcanzará para los verdaderos compromisos mensuales, en su mayoría con el Estado y sus prestaciones de servicios básicos (luz, agua, teléfono).  Lo que les deja con una ínfima parte del dinero devengado para las demás necesidades, también básicas, como la salud, la educación, y transportación.  Suministradas también por el Estado, pero costeadas por los mismos usuarios.  Este grupo en su dieta compulsoria,  elimina las comidas casuales, los restaurantes finos, y las alacenas abarrotadas de antojitos para el tiempo de ocio, si alguno.  Todo relativo al número de miembros en el hogar.  Mientras más grande la familia, más estricta la austeridad.  Este grupo puede estar compuesto por trabajadores diestros, profesionales, y en ocasiones, personas con maestrías y doctorados.  


También están los que al igual que los anteriores, reciben el salario mínimo federal (7.25 por hora), pero a jornada parcial.  Dado que trabajan menos de treinta horas a la semana, es decir, cinco horas o menos diarias, estos se economizan el almuerzo.  Como no tienen que permanecer en el área de empleo, se brincan esa comida de mediodía, lo que les resulta favorable en su dieta forzosa.  Tal vez no en cuanto a salud se refiere, pero ayuda a economizar para los demás gastos mensuales, que también sí son compulsorios.  La dieta de estos es más rigurosa, ya que por la cantidad de ingreso, no cualifican para los servicios ofrecidos por el gobierno, como los de las tarjetitas (salud, pan, vivienda).  Así qué no pueden ni chuparse un limber, para poder subsistir sin necesidad de mendigar.


Los siguientes son los desempleados.  No los que nunca han trabajado, y el sistema los entretiene con migajas de lo que los demás aportan.  Sino, los desempleados que por alguna razón han perdido el empleo y por las condiciones actuales del mercado laboral, no han podido insertarse nuevamente a la fuerza trabajadora.  La dieta de estos es la más ominosa. Se compone de ayuno en las mañanas, sustituir el almuerzo por agua o cualquier otro líquido, y en la tarde, migajas de pan de cualquier restaurante barato del cual puedan recibir la donación. Para cualquiera de nosotros esto resultaría exagerado hasta que lo conocemos de primera mano.



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Par terminar con el primer grupo de dietas, están los retirados, jubilados, o simplemente los ancianos que ya no pueden producir por sus propios medios.  Algunos de estos reciben una pensión que varía de caso a caso (hasta $500), y en adición, reciben un estipendio otorgado por los gobernantes para completarles su sustento ($125). De este total, que muchas veces puede sumar como máximo, $625 mensuales, gran parte es destinado para costear los asuntos médicos recurrentes, que a esa edad avanzada pueden ser muy elevados.  Y al igual que los grupos anteriores, estos tienen que pagar al Estado todos los servicios básicos  que reciben de este.  A la dieta de estos se añaden elementos nuevos, tales como, el famoso pan viejo, los suplementos enlatados, y las donaciones de familiares y vecinos que los apoyan en lo que les queda de vida.  No puede faltar una que otra recolecta para poder completar el mes. Puede también señalarse que este grupo muchas veces sacrifica su consumo calórico, para poder sufragar los demás costes de vida que en este país continúan en aumento.

Es obvio que las limitaciones y las prohibiciones en este primer grupo de martirizados son, si se quiere, excesivas.  Pero pasamos ahora al segundo conjunto, para los cuales las condiciones en sus dietas varían un poco en relación con los primeros.  En este clan solo hay dos clasificaciones.  La primera, la de los grandes intereses, o grandes empresarios (como le llaman algunos).  También pueden incluirse, los banqueros, ejecutivos, CEOs, o alguno que otro individuo o cabildero que este bien conectado con los que poseen membresías en este selecto club.  La dieta para esto es una muy variada y muy completa.  No les falta nada y lo que no comen o consumen, es simplemente por fuerza voluntad propia, necesaria para todos los que hemos estado a régimen y no hemos logrado nuestra meta.  Desayunos continentales en hoteles, almuerzos de negocios de dos a tres horas de duración, donde el elemento principal es el vino.  Cenas extravagantes en restaurantes cinco estrellas, con postres importados desde San Francisco o Paris.  Todo esto en un marco de elegancia y cordialidad, servido con la hospitalidad de algunos meseros o mozos profesionales, y con la calidad de algún Chef Internacional bien pagado.


Por último, en esta clasificación de las dietas no tan desagradables, están las de los políticos del país.  Esta cuadrilla de oportunistas, que llegan a ostentar el poder bajo engaño al electorado, devengan los sueldos más sustanciales e insólitos, comparado con el pobre trabajo que realizan.  Y por ese mismo trabajo, si es que se puede llamar así, reciben un estipendio por concepto de las mal llamada dietas.  Este se compone de nada más y nada menos que de $175 por cada visita al hemiciclo, las cuales en un mes pueden alcanzar las seis visitas.  Lo que les deja en el bolsillo la suma aproximada de $1,050, adicional al salario base, que debe rondar los $150,000 anuales.  Es decir, que el ingreso por concepto de dietas de estos malandrines es igual a la cantidad mensual de salario devengado por concepto de trabajo de los grupos anteriores,  sin incluir los ejecutivos del país, claro está.  En algunos casos, como lo es el de los jubilados con pensiones miserables, puede ser mayor la diferencia entre unos y otros.  Sin mencionar que tienen un salón-comedor que les sirve toda clase se suculentos manjares.  Desde cortes finos de carnes hasta camarones y langostas.  Desde cervezas artesanales hasta vinos y champagne.  Al menos es lo que han publicado en ocasiones los medios “informativos” del país.



Lamentablemente, mientras ellos llenan sus bolsillos, barrigas y cuentas bancarias, otros pasan hambre para poder cubrir los gastos que son indelegables y que no pueden postergarse.  Un atraso en algunos de los servicios básicos, significaría la interrupción de estos, sin mencionar los costos onerosos de reconexiones.  Mientras otros sufren vicisitudes para sobrellevar los aumentos en el costo de vida, causado por la negligencia e ineptitud de estas sanguijuelas, ellos y sus amigos se alimentan del trabajo honrado de todos los que a diario salen a ganarse el pan, sin importar si es solamente eso, pan.  Prometieron derogar los pagos de sus dietas para unirse a la austeridad nacional que arropa todos los hogares puertorriqueños, solo para ganar votos.  Ahora en el poder, la historia es otra.  Se sienten seguros de que prevalecerán igual que siempre.  No ceden lo que a todas luces es una afrenta burda contra la confianza del pueblo.  Defienden a capa y espada su oneroso beneficio, haciendo un dramático reclamo sobre  las dificultades de sus condiciones de trabajo.  Aparentemente, las condiciones de trabajo y los estilos de vida del resto de la ciudadanía no son importantes, ni tan imperiosos para ellos.  Continúan con su práctica de inflar su burbuja personal, olvidando las razones para las que son elegidos.  Lo hacen con impunidad, dado que la mayoría de nosotros, estamos entretenidos con lo que le pasó a la Comay, con la vida de Maripili, o con el maratón de novelas diarios.  Se toman su tiempo y utilizan toda clase de sortilegios para hipnotizarnos.  Todo para encontrar algún mecanismo que les permita continuar con su lucrativo abuso, y que le dé una pulcritud aparente.

Queda de nosotros no esperar cuatro años para pasar factura a estos servidores públicos, que solo se sirven ellos mismos.  No esperar a estar frente a una urna para recordar lo que hacen en su pobre gestión legislativa y administrativa.  Lo mínimo que deberíamos hacer es, apagar el televisor por un momento, e indignarnos.  La indiferencia es los que nos mantiene atados a estos corsarios que han saqueado nuestro capital nacional y nos han sumergido en la miseria social.


¡Levántate y anda!


lunes, 4 de febrero de 2013

Las diferentes igualdades

por  Caronte Campos Elíseos


Existe cierta contradicción  en la aplicación de los términos: igualdad y diferencia. Actualmente hay en la discusión pública varios casos que manifiestan dichas contradicciones.  Claro, dichos casos son utilizados como subterfugio para evadir los temas realmente relevantes.  Aún así, no deja de ser harto interesante la forma en que se manejan.  

Por un lado tenemos los grupos religiosos.  Algunos seres de esta especie actúan como camaleones. Dentro del templo y frente a sus fieles, buscan promover los valores cristianos. Basándose en la Biblia y utilizándola como punto de partida para sus homilías, hablan del amor, la esperanza, la salvación y la fe.  El llamado a seguir el ejemplo de Cristo nunca falta, ni la exhortación a obedecer su mandamiento principal:  “amar al prójimo como a uno mismo”.  Siempre recordando una de las primeras clases de catecismo recibidas desde muy temprana edad, y que es casi un estribillo emblemático: “todos somos iguales ante los ojos de Dios”.  Pero, no pasan dos minutos luego de entonar el cántico de despedida, salen, cual inquisidores contemporáneos, a la cacería de ovejas negras.  Estos hermanos separados o descarriados, son los que no merecen la igualdad que profesamos todos los domingos de diez de la mañana a doce del mediodía.  A estos no le aplica la máxima eclesiástica de la inclusión.  Por el contrario, cuando es el Gobierno el que busca cobijar el rebaño perdido bajo su Estado de Derecho, son ellos los principales opositores.  Biblia en mano y elevando oraciones ruegan, y la vez cabildean, para que los derechos de los elegidos no se corrompan extendiéndose a los impuros.  Acuden en romerías hasta el mismo infierno, si fuera necesario, para hacer valer el canon.  En este punto es donde se cruza la línea flaca, delicada e imaginaria (por no decir ficticia), de la separación Iglesia-Estado.  Es como un simulacro del rapto de la iglesia, en donde los que son “diferentes” son dejados atrás y a su suerte.  

Este concilio de elevados seres, se jacta de estar libre de pecado y seguir fiel y exactamente, sin excepciones, todas y cada una de las leyes, reglas, normas y dogmas estipulados en las Sagradas Escrituras.  Por ende, actúan cobijados con la fuerza moral que esto les confiere, para tirar las primeras y todas las piedras a estos engendros del diablo.  Mi única duda al respecto es, si evaluarán tan rigurosamente la procedencia de los dineros que reciben en las ofrendas, diezmos, donaciones, entre otras fuentes. Sería lo más sensato y lo más lógico, ya que de esta manera evitarían que sus operaciones sacrosantas  sean subvencionadas con fondos manchados y marcados por las manos de los hijos de la bestia. Evitaría además, servir como punto de lavado de dinero. Lavado que sería con agua bendita.   En tal caso, ¿habrá diferencia? 

Por el otro lado, tenemos a los políticos y sus asesores. Esta otra especie camaleónica, cambia sus posturas según el ambiente imperante en determinado momento.  Estos seres presentan un concepto de igualdad más complicado. Resulta que, en ocasiones, promueven legislación en detrimento del grupo o sector al que pertenecen.  Es decir, crean y apoyan leyes que actúan como agentes catalíticos para la segregación, la discriminación y la intolerancia. Fomentando de esta forma, las injusticias contra los mal llamados, grupos protegidos.  Lo que más llama la atención de personas despistadas, como lo soy yo, es que al final de la jornada legislativa, sale a la palestra pública que los principales responsables de tales estatutos, son miembros destacados del grupo o grupos a los cuales pretendían coartar los derechos.  Ejemplos recientes de esta realidad, son los casos de los hombres y mujeres con preferencias lésbicas  y homosexuales.  Que después de actuar reiteradamente  como críticos de algunos estilos de vida, terminan con fotos pornográficas en la internet, o conviviendo con sus parejas del mismo sexo.  Puede sonar contradictorio, al menos para mí, que rara vez entiendo algo completamente.  Estos traicioneros de su propia naturaleza, son los que pretenden velar lo establecido jurídicamente en materia de igualdad.  Reciben nuestras contribuciones obligatorias, sin asegurar para todos equidad.  La aplicación de las leyes es selectiva.  Al fin del día, el resultado es que los elegidos por el pueblo para velar sus derechos y libertades, son los principales enemigos de estos preceptos. 

No pinta tan mal este escenario, lo tétrico comienza cuando se juntan el hambre y las ganas de comer.  Cuando estos dos grupúsculos se unen en la misma causa,  su misma causa, es cuando peligra nuestra estabilidad.  El primero quiere influenciar en las decisiones del segundo, estos a su vez, le siguen la corriente para no perder sus votos.  Después se atreven a preguntarnos: ¿Que nos pasa Puerto Rico?  El resultado de tal tramoya, es lo que vivimos actualmente. Una sociedad intolerante, retrógrada e individualista. Todos contra todos. Cada cual con una definición de igualdad, ajustada a sus realidades y necesidades.  Un patético, pero singular panorama de enredos y desmadres, donde los podios  se convierten en altares, y los altares se convierten en estrados, desde donde todos los que están abajo son juzgados y sentenciados.  Este junte intencional ha evolucionado.  Ambos sectores han sido protagonistas de noticias en las últimas semanas, por llevar sus estilos de predicar y legislar, junto con su concepto de igualdad, a las redes sociales en la red.  Haciendo galas de sus verdaderos pensamientos, comportamientos, y mentalidades contradictorias a los principios y valores que juraron defender y promover.  Según sus propios diccionarios, conductas antisociales y anticristianas.  

Nos toca a nosotros poner resistencia, discernir y discriminar (en el buen sentido de la palabra) lo que es correcto, ético, moral, y sobre todo, lo que es afín con la vida, ejemplo y mandamiento de Cristo.  Nos corresponde defender nuestros derechos. Derechos que son inalienables de nuestra naturaleza humana, y que su reconocimiento ha costado lucha y sacrificio.  Lograr para nosotros y para todos, la verdadera y real igualdad.  Demostrar a los que hacen falsas representaciones, que todos somos iguales, aunque seamos diferentes. 

¡Levántate y anda!


viernes, 1 de febrero de 2013

Recolecta



     Manteniendo la foto ocho por diez de una niña en alto, la dama de alta sociedad utilizaba sus dotes de líder comunitaria ante el ejecutivo de productos enlatados que había aceptado su visita. Parte del pesado cuerpo del ejecutivo descansaba sobre sus codos en el escritorio de roble exportado de Eslavonia y se esmeraba en no desviar la mirada. El magnetismo proveniente del escote de la señora, lo hacía fracasar a cada intento. Aquel semblante pequeño y voz aguda no le parecía estar acorde con el enorme pecho que logró desistiera de teclear más cifras negras que rojas en la hoja de cálculo para atenderla.

     Las comparaciones también atacaron a Diana. Los espejuelos diminutos del presidente de aquella compañía no le parecían para nada afines con el ancho rostro y cuerpo regordete que parecía castigar los botones de la camisa Yves Saint Laurent. Pero ella estaba allí para algo más que hablar de moda y fisonomía. Necesitaba conseguir apoyo para el pueblo palestino ante el Estado de Apartheid y de ocupación que es Israel y la disimulada, pero para nada efectiva mirada de aquel hombre sobre su piel no la haría renunciar a su propósito.
     — Mire a esta niña — dijo levantando unos centímetros más la foto. Ella podría ser su hija, su sobrina o su ahijada. Su nombre es Ranan Yousef Arafat y tenía tres años cuando fue masacrada por los ataques aéreos israelíes en Gaza. ¿Es justo?— Cuestionó con inicial angustia.
     — Para nada es justo, pero tenemos aquí un grave problema — dejó escapar el ejecutivo con un vaho al café de las diez de la mañana— Si bien las Naciones Unidas han reconocido a Palestina como estado observador, los Estados unidos de Norteamérica está de acuerdo con Israel; y yo debo estar acorde con lo que dicta la nación más poderosa del mundo — repitió lo que le contó su secretaria cuando le sirvió el café.

     Acostumbrado a participar en el desarrollo de la política comercial de su empresa para aumentar las ventas, los márgenes netos y la cuota de mercado, optimizando los resultados de sus redes de distribución las noticias del mundo exterior no le interesaban y máxime si ese mundo era más allá del charco donde estaba su compañía, la de sus clientes o suplidores.
     —  Al gobierno norteamericano y al israelí lo que le importa es imponer su predominio para apoderarse de los recursos naturales que tienen los países del mundo, pero más allá de eso, aquí lo importante es la paz para todos por igual dijo preocupada, pero planificando que decir para que aquel ser cooperara con su causa benéfica. Ya se había percatado de que hablar de religión, de las diferencias de opinión o de las causas políticas no daría buen resultado. Aquella mirada esquiva que comenzaba a perder interés en las palabras de la mujer y de su escote comenzó a preocuparle.
 — ¿Tendré que soltarme el botón de la camisa y enseñar más para que se interese el muy pervertido?— Pensó.  
     A sus recuerdos llegaron palabras tales  como responsabilidad social o pública escuchadas en algunos cursos de capacitación que recibió por parte del “Succes Organization Seminars” que no era otra cosa que parte de un multinivel para vender batidos y pastillas para rebajar en la que había fracasado como representante de ventas.
     Se disponía ya el directivo a despedirse sin dar un sólo centavo cuando Diana comenzó a recoger las fotos que ya había dispersado en el escritorio.
     — ¡Amado Jesús, perdóname, pero esto lo hago por ti! — se dijo para convencerse. Persuadida se inclinó lo necesario para renovar el interés de la plática al dejarse ver un poco más. Guardaba las fotos cuando su mirada atravesó los pequeños espejuelos hasta llegar a los entretenidos ojos del ejecutivo.
     — Debe recordar usted que su compañía tiene una responsabilidad pública con el mundo, con este país y con este pueblo. Si usted hace la donación que le he solicitado, no sólo hará una buena obra, lo promocionaré como auspiciador de oro este año. En todas las actividades que tengamos en la comunidad, y mire que son muchas, estarán dispuestos carteles de sus productos y del nombre de esta maravillosa compañía que se preocupa por el futuro de todos.

    Del interés por el escote, el millonario pasó a relacionarse con las palabras de la mujer. Ya escuchaba con atención cuando la mujer dijo palabras melodiosas que le parecieron mágicas.
     — Recuerde también que todo lo que done a esta noble causa podrá reclamarlo en sus impuestos.
     — A la verdad que usted tiene un gran corazón en el pecho — dijo feliz el hombre de la corbata. Apretó un botón en su intercomunicador y su secretaria entró a la oficina junto con un olor intenso a esmalte de uñas. Recibió instrucciones para hacer un cheque a nombre de aquella mujer, darle pancartas logos, cruza calles y cualquier otra cosa necesaria para el bien promocional. 
    Al Conseguir lo que buscaba, Diana se puso de pie, arregló el botón de su blusa y extendió su mano en un saludo afectuoso y agradecido. Él, Convencido de lograr un gran acuerdo de promoción que lo ayudaría a bajar los impuestos, se despidió volviendo su pesado rostro al ordenador para ver el reporte de la bolsa de valores.
     La secretaría cumplió todo lo ordenado y le dijo en más de una ocasión que estaba sorprendida con lo logrado por la humanista mujer pues ella misma recibía miles de cartas y varias visitas al día de personas buscando donaciones.
     —Las cartas terminan en el archivo cuarenta y tres — dijo orgullosa señalando el bote para la basura— y las personas reciben la misma historia siempre: Ya el presupuesto de donaciones se acabó.

     Le ayudaron a cargar todo hasta el auto. Más que su escote, hablar de exención de impuestos la había salvado. Se dirigió al banco, depositó el cheque y fue al centro comunitario donde se reunirían esa tarde las damas cívicas de Cielo Alto. Preparó los visuales, colocó las pancartas promocionales del auspiciador de oro y esperó a las demás. Las nueve sillas se llenaron. Diana era la más joven y atractiva, pero todas tenían su encanto. Después de los saludos de rigor y la invocación solicitó que apagaran la luz y exhibió videos y fotos del desastre en Palestina. Videos de niños destrozados por las bombas israelíes, casas fragmentadas, niños jugando entre escombros o blandeando la bandera Palestina. Mientras, Diana explicaba todo lo que el ejecutivo no quiso escuchar.
     La rabia y la impotencia se apoderaron de aquel grupo, pero Diana les daba esperanza en cada palabra. Cada una  colocó en una mesa sus alcancías de cartón con fotocopias a color de Ranan Yousef Arafat, la niña que tenían de símbolo para sus recolectas. Los recipientes fueron volcados y contabilizados en las mesas. Se llenó la hoja de depósito y las palabras de despedida de Diana las conmovieron de nuevo.
     — Aquí estamos en pie de lucha, cansadas, pero no vencidas. Este dinero va a servir para que la igualdad prevalezca siempre. En la Franja de Gaza el pueblo palestino sufre, y aquí nosotras sufrimos con ellos. Pero tal como siempre hemos hecho, en Cielo Alto, buscaremos una noble causa que defender. En el año dos mil diez fue el terremoto de Haití el que captó nuestra atención, hoy es esta guerra que le quita al mundo hombres y mujeres de bien. Mañana enviaremos todos los fondos recolectados, incluyendo la generosa donación de nuestro auspiciador de oro, y que se escuche nuestro cantico desde Belt Lahia hasta Rafah, desde el mar mediterráneo hasta Israel. Alimentaremos a todos los niños y niñas que este tiempo de recolectas, rifas y eventos nos permita. Tesorera y secretaria, llenen las actas por favor. Mañana mismo comenzaremos a recolectar para enviar más. Esforcémonos y que dentro de siete meses, en junio,  tengamos más de lo que hemos recolectado nunca. Salgamos, luchemos, seamos libres y liberemos. Ya lo dijo Muin Basisu, ese poeta nacido en Gaza: “Mientras haya en el muro una página en blanco y no se derritan los dedos de mi mano. Aquí, alguien pulsa un mensaje a través del muro”.
      A pesar de ser tan pocas, el aplauso fue estrepitoso. Todas se retiraron a descansar con la seguridad de que al otro día, durante y después de su jornada normal de trabajo, buscarían la manera de recolectar para causas loables que las conducirían al paraíso prometido y a la satisfacción personal.

     Diana llegó a su hogar. Su esposo se había quedado dormido viendo Hawaii cinco cero y los niños se peleaban por el turno a jugar Call of Duty en su “exbox” tres sesenta. Ella siguió de largo hasta el cuarto de baño. Llenó el jacuzzi y añadió fragancias y abundante jabón liquido. Apretó el interruptor para crear espuma y burbujas. Al desnudarse y ver sus pechos reflejados en el espejo, pensó en el ejecutivo.
     — Si me ve ahora se babea. ¿Firmaría el cheque más rápido? No creo— se convenció— escapar de impuestos fue su motivación principal.
     Se hundió en aquella agua revitalizadora. Media hora después, estando todavía media sumergida y  pensando en lo que debía hacer al otro día, su esposo abrió la puerta. Sonrió. 
   ¿Qué hay de nuevo amor? — dijo él mientras se desnudaba para incluirse en el hidromasaje y al inicio de algún juego amatorio. Los dedos de ella comenzaban a arrugarse por el largo rato bajo el agua y rechazó los avances de él.
     — ¡Jesús — ripostó — debo descansar!
     La miró con el gesto que tanto le gustaba: Una carita de misericordia que la convencía de lo que fuera y a pesar de haber comenzado a secarse con la toalla, volvió al jacuzzi. Antes de besarlo le contó sobre lo recolectado. Este mes, las chicas y yo hemos reunido unos treinta grandes, Hoy las alcancías llegaron abarrotadas y los sobres algo mullidos. Sumamos más de ochocientos dólares, pero tuve mejor suerte que eso, logré que un reconocido avaro nos donara cinco mil dólares para nuestra causa.

     Su esposo Jesús le recordó al tacaño empresario, pues en lugar de estar pendiente a lo que le decía, parecía perdido en sus pezones. Tomó agua con la boca y la disparó al rostro de él que salió del marasmo. Las carcajadas alertaron a los niños que tenían claro no molestar a sus padres cuando estaban bañándose.
     — Te decía que hemos recolectado unos treinta y seis mil — dijo sonriendo.
     — Eres la mejor para los actos benéficos, no cabe duda, además, eres la más hermosa — aseguró.
     — Esperaba escucharte decir: La única hermosa — mencionó picara—Es hora de un buen descanso, las muchachas seguirán por mí; hoy las invité a recolectar para tener todo preparado para el próximo verano.
     — ¡Listo! Eso suena a vacaciones en Disney y todo a nombre de los niños palestinos — dijo tratando de divisar el ombligo femenino debajo de la espuma del jabón.    
     — Así es, — añadió ella — mañana al colegio, Carlitos toma su último examen, dejamos pagada la matricula del próximo semestre de una vez. Luego nos vamos para ese crucero de diez días por el mediterráneo que me prometiste.
Al regresar, compramos  los regalos de Navidad, ellos quieren una consola de juegos nueva y un televisor más grande, ¿Qué quieres tú?
     — Los aros pa’l carro — indicó mientras pasaba su dedo índice por el muslo de ella — ¿Y tú, que le pedirás a Santa?
     — Me conformo con un reloj, no sé, puede ser un Rolex parecido al de Wanda Rolón…
     — ¿Sigues con el plan primero ah? — dijo él cerrando los ojos como soñando.
     — ¡Claro que sí! Tendremos nuestra propia iglesia. Esto de buscar nuevas causas, llenar alcancías y visitar ejecutivos me tiene hastiada…

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Angelo Negrón (New Jersey: Junio 15 1969 a Enero 1970 - Puerto Rico: enero 1970 al presente). Definitivamente puertorriqueño. Sus cuentos han sido publicados en la revista y colectivo Taller Literario y en Revista Púrpura. Tiene varios libros inéditos de relatos a los que le ha dado por título: Montaña Recuerdo, Entre el edén y la escoria, Sueños mojados, Confesiones y Causa y efecto. Además una novela de próxima publicación titulada: Ojos furtivos. Mantiene el Blog: Confesiones