martes, 18 de junio de 2013

Aquí, allá y en todas partes: Las virtudes de la comedia, en palabras de Eva Cristina Vásquez

por Carlos Esteban Cana


Foto Cortesía de María Cristina Fusté

Conversar con la actriz y dramaturga Eva Cristina Vásquez, es pulsar la voz de quien desde muy joven ha tenido claro su horizonte.  Actriz, Educadora y Dramaturga, así, en mayúsculas, con una entrega total e incondicional al teatro, Eva Cristina se ocupa estos días de dar los toques finales a la reposición de “Lágrimas Negras: Tribulaciones de una negrita acomplejá”.  Obra que a partir de su creación, en el 2002, se ha presentado en el Teatro de la Universidad de Puerto Rico, así como en el Victoria Espinosa -también en Borinquen- y en salas especializadas del circuito teatral de La Gran Manzana.  Ahora, y por espacio de once días, el público tendrá una nueva oportunidad para disfrutarla en Teatro Pregones, a partir del próximo 20 de junio.

Por lo anterior, quiero compartir en esta nueva entrega de 'Aquí, allá y en todas partes', una columna que centra su contenido en aspectos del proceso creativo, las impresiones de esta dramaturga con respecto a las ventajas que tiene la comedia como género teatral, aún cuando una obra como 'Lágrimas Negras' indague y explore un tema tan serio como lo es el racismo.

Foto Cortesía de María Cristina Fusté
Puntualiza Eva Cristina Vásquez: "Lágrimas Negras es una comedia-drama, así que la gente no se siente atacada; más bien la observa y hay quien dice: 'Es verdad'.  Y es que con el sentido del humor se pueden ver las cosas desde otro punto de vista, porque la discusión del tema se puede volver demasiado personal, se puede volver agresiva si uno lo hace desde el drama, mientras que la comedia abre unos espacios que permite que uno se ría de sí mismo.  La comedia es útil para que la gente se vea en un espejo pero no se sienta atacada... No es lo mismo cuando una persona blanca hace una crítica de la situación, que cuando una persona afrocaribeña, como yo, diga desde esta posición qué fue lo que sentí.  La comedia es muy buena para eso porque lima ciertas asperezas de antemano que, claro, no necesariamente trivializa la situación sino que te hace verla, como dije, desde un punto de vista que a lo mejor, como público, nunca te habías planteado."

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Esta serie de artículos dedicados a la obra y trayectoria de Eva Cristina Vásquez continúa en el periódico cibernético El Post Antillano, así como en las bitácoras de los escritores Yolanda Arroyo Pizarro y Angelo Negrón.

Para mayor información acerca de la presentación de 'Lágrimas Negras: Tribulaciones de una negrita acomplejá' en Teatro Pregones puede comunicarse al 212-868-4444
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Carlos Esteban Cana - Escritor y comunicador puertorriqueño. Ha cultivado el cuento, el micro cuento, y la poesía. Actualmente, sin embargo, se ocupa de darle forma a sus dos primeras novelas y a un volumen de ensayos. Colaborador de varias publicaciones impresas y cibernéticas, en Puerto Rico y otros países. Bitácoras y publicaciones alrededor del planeta, como Confesiones, del narrador Angelo Negrón, reproducen su boletín "En las letras, desde Puerto Rico".  Para el periódico cibernético El Post Antillano también publica su columna "Breves en la cartografía cultural". En verano del 2012, Carlos Esteban publica Universos, libro de micro-cuentos bajo el sello de Isla Negra Editores. Otros dos libros aparecerán durante el presente semestre. El primero titulado "Catarsis de maletas: 12 cuentos y 20 años de historia", ofrece una vista panorámica de una pasión que el autor ha desarrollado, por cuatro lustros, en el género del cuento. "Testamento" es el segundo de los libros mencionados, poemario antológico que reúne lo más representativo de su poesía; género del que Cana manifiesta: "Fue la propia poesía que me seleccionó como medio, como intérprete". Cana es conocido además por haber fundado la revista y colectivo TALLER LITERARIO, que marcó la literatura puertorriqueña en la última década del siglo XX en Puerto Rico.

sábado, 8 de junio de 2013

Leyendo Sara, La historia cierta: Un libro de Rubis M. Camacho



La palabra escrita, además de satisfacción, ha logrado muchas transformaciones en mí vida. Por ejemplo leer a mis diecinueve años El Canto de la Rana del Sacerdote Jesuita Anthony de Mello logró que reconociese a Dios según el mismo de Mello lo describió: “como un piano: diferentes notas y un sólo acorde” y que viese al cristianismo “como una forma de vida y no una religión”. Mucho antes que esa transformación los libros que leía la catequista los sábados conducentes a mi primera comunión, entre ellos la biblia, me remontaron a miles de aventuras y enseñanzas. Entre ellas estaba la historia de Abraham, patriarca del pueblo de Israel y del pueblo árabe. Desde niño me hablaron de él como símbolo de obediencia, fe y temor a Dios mientras que de Sara me dijeron que era el ejemplo del poder de Dios que lograba que una mujer estéril y anciana pudiese tener un hijo. Luego llega Isaac como cordero que será sacrificado. ¿A quién no le pareció extraño el pedido de un Dios de amor que solicitaba la muerte de un hijo a manos de su padre y en sacrificio? A decir verdad a mí no. Para el tiempo en que escuché la historia era sólo un niño y mi catequista una señora más buena y cordial que mi maestra de segundo grado. Fue sorprendente imaginarme al ángel enviado por Dios deteniendo la mano de Abraham que sostenía la daga en alto dispuesto a obedecer. A mi corta edad ese Ángel era un superhéroe a lo Superman o Batman, sólo que tenía grandes alas y era enviado por el mismísimo Dios, (justo y bueno), a evitar la muerte segura del hijo de Abraham.

Ahora, después que han pasado tantos años desde aquel otrora aprendizaje católico, apostólico y romano,  a la escritora puertorriqueña Rubis Camacho le da con escribir sobre el génesis de Abraham y Sara desde una perspectiva realista. Con ello ha logrado en esta historia catapultarme a meditar en la biblia, ese antiguo libro tan lleno de contradicciones y atiborrado de historias patriarcales y machistas. Mientras en la catequesis que me enseñaron, Abraham es descrito como el hombre más fiel a los pedidos del dios judeocristiano y el hombre que trató en vano de salvar a Sodoma y Gomorra si encontraba a un sólo justo, en las páginas que escribió Rubis Camacho, tituladas Sara La Historia Cierta, Abraham es el déspota asqueroso que ve a Sara, no sólo su esposa sino su hermana, como a una posesión más, comparable a uno de los animales de su rebaño. 

Es entonces de sumo interés, y hasta iluminador, la vida que les ha creado Rubis a personajes bíblicos en esta divertida y profunda tergiversación que nos puede llevar, como todo buen escrito, a más de una interpretación. La autora utiliza a personajes del Génesis y lo hace de manera magistral. Tal es el caso de Sara, hermana y esposa del profeta Abraham que en esta novela es convertida en protagonista en el antiguo testamento, lugar donde las mujeres están presentes para llevar un papel secundario. La defensa de muchos creyentes a este detalle que no me explicaron de pequeño, (y que yo tampoco expliqué pues fui catequista) será que hay que dirigirnos al momento en que fue escrita la biblia, o sea a un momento histórico en el que el hombre se llevaba el merito de todo y la mujer estaba subyugada. En ese momento de la historia, (de hecho es hasta los años sesenta del siglo veinte cuando la mujer comienza a ejercer su derecho a sentir placer sexual y erótico), la autora presenta a Sara como una mujer desdichada por la apariencia y mal olor de su esposo, el profeta Abraham, e impactada por la forma en que el faraón de Egipto la hace suya. Y es que el Faraón, a quien Abraham le entrega su mujer para que se complazca con su belleza y atributos sexuales sin decirle que es su esposa, es todo un dios en los juegos amatorios. Mismos que Sara disfruta muy en sus adentros.

También la esclava Agar juega un papel importante en esta novela. En la biblia la esclava Agar es trascendental  como madre de una parte de la descendencia de Abraham, en esta novela también lo es como amante de uno de los siervos y capricho de la misma Sara.

La historia de Rubis es hilvanada desde la perspectiva de que leemos unos papiros antiguos encontrados en 1988 y que narra la historia cierta de seis personajes. Mientras leía algunos “papiros” contenidos en su novela reflexionaba sobre lo que pensarían las personas que basan su fe literalmente en la biblia, (uno de los libros más vendidos del mundo), si leyesen el libro de Rubis. Imaginé que compraba dos novelas más y me inmiscuía en alguna librería cristiana, católica o evangélica, da igual. Ya allí las dejaba en el anaquel. Su titulo y portada  atraerían a más de uno. Alguien la compraría y pensé en sus reacciones al leer este libro. Creo que irían desde la sorpresa hasta la rabia en estos tiempos donde está muy de moda ver a un “cristiano” profiriendo insultos contra la equidad.

¿O quién sabe? Tal vez los vería analizar esta tergiversación tan llena de sensualidad y remontarse a imágenes muy bien logradas y fáciles de leer. Tales imágenes se fusionan fuertemente con el sentido del olfato ante lo bien descritos que están los olores, (El delicioso y la fetidez) y se combinan con el tacto, ante las caricias, (toscas o sublimes), detalladas por la pluma de Rubis.


El final de la historia me arrancó un pequeño grito mezclado con suspiro: Argamasa de sorpresa y aprobación. Asombro, no sólo porque no lo esperaba, sino porque esta conclusión, (junto con los demás “papiros”), es digna de estar, (tal vez me excomulguen) en la misma biblia. Por suerte si se me acusa de hereje por lo que acabo de mencionar no seré quemado en la hoguera. Si me toca ser excomulgado me despreocupa en este tiempo en el que, cómo expliqué al principio, creo en el cristianismo sin religiosidad y a manera de ejemplo de vida y es que, tal como dice Alberto Cortez cuando protagoniza mi monologo preferido: “Más allá de cualquier ideología, más allá de lo sabio y lo profano, soy parte del espacio, soy la vida; por el hecho de ser un ser humano…”.
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Angelo NegrónSus cuentos han sido publicados en la revista y colectivo Taller Literario y en Revista Púrpura. Tiene varios libros inéditos de relatos a los que le ha dado por título: Montaña Recuerdo, Entre el edén y la escoria, Sueños mojados, Confesiones y Causa y efecto. Además una novela titulada: Ojos furtivos.

miércoles, 5 de junio de 2013

Carimbo


por Yolanda Arroyo Pizarro

Carímbame, tesoro
haz que tus manos sean fierro ardoroso
y tu nombre la firma insigne que marca mi estirpe
Carimbea tú mis contornos
estampa tu signo en la silueta pulposa de mi bajaespalda
que se abre para ti
como rosa náutica
monoestrellada de quince puntas
pliegues estríados por el cielo de tu boca
con el carimbo de tu varilla en zeta

Carimbada estoy y estaré
márcame de ambrosía con tus membranas de zorra
en mi adentro y mi afuera
en el hoy y el ahora
carímbame, amada
carimba este portento de pieles paridas
que mil y una noches han sido tuyas

Si nuestro idilio hubiera sido descubierto
en tiempos de quema de brujas, adoradoras de afrodita, disconformes y herejes
aquellos otros nos habrían freído, dices

y yo te juro
por la sangre que me sale del cuerpo
que a mí nadie me hubiera escaldado
que a ti nadie te hubiera tocado
porque incluso atada yo de manos y pies
el cuello inmóvil
y una venda sobre la boca para no conferir nigromancias
encantamientos o cábalas,
habría invocado a las precisas guardianas del inframundo


sosegada y amarrada desde mi estaca
habría conjurado un sortilegio en verso
solicitado un púlsar de energía a las behíques
con tan solo un pestañeo
para quemarlos vivos a todos ellos
sacrílegos observadores
envidiosos de nuestro libre albedrío

y con tan solo un parpadeo
habría desatado tu cuerpo escindido por las llamas de mi lengua
habría desanudado mis sogas y cadenas

desamarrada ya
habría bebido de tus ubres frente a la turba
tragado tu lechoso manantial ante sus ojos testigos
iniciado el juramento de ser únicamente esclava tuya
súbdita de ti
propiedad única de tus dedos ambidiestros
nadie más ni dueño, ni juez mío


Huelva, España                 
16 de octubre de 2009
Agradecimientos a Leticia Ruiz, Maribel Sánchez Pagán y Johanny Vázquez Paz, por la conversación que provocara este escrito de camino a Casa Colón, durante la celebración del Otoño Cultural Iberoamericano 2009 de Huelva en España.








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Yolanda Arroyo Pizarro (Guaynabo, 1970).  Es novelista, cuentista y ensayista puertorriqueña.  Fue elegida una de las escritoras latinoamericanas más importantes menores de 39 años del Bogotá39 convocado por la UNESCO, el Hay Festival y la Secretaría de Cultura de Bogotá por motivo de celebrar a Bogotá como Capital Mundial del libro 2007. Recibió el Residency Grant Award 2011 del National Hispanic Cultural Center en Nuevo México. Es autora de los libros de cuentos, ‘Avalancha’ (2011), ‘Historias para morderte los labios’ (Finalista PEN Club 2010), y ‘Ojos de Luna’ (Segundo Premio Nacional 2008, Instituto de Literatura Puertorriqueña; Libro del Año 2007 Periódico El Nuevo Día), además de los libros de poesía ‘Medialengua’ (2010) y Perseidas (2011).  Ha publicado las novelas ‘Los documentados’ (Finalista Premio PEN Club 2006) y Caparazones (2010, publicada en Puerto Rico y España).

jueves, 30 de mayo de 2013

Otras diez formas de dominar un pueblo

por  Caronte Campos Elíseos



En una entrada anterior escribí sobre las maneras que a mi entender, si es que entiendo algo, se puede someter un pueblo a la voluntad de otra nación con mayores poderes.  En esta ocasión vuelvo sobre lo mismo, porque a falta de creatividad e innovación, un refrito repetitivo sobre lo mismo, siempre es una buena opción.

Solo me resta decir que espero, al igual que en aquel primer listado, podamos identificar si algún país cercano a nuestros lares, ha padecido o padece, por algunas de estas prácticas imperialistas:


1.  Dominar económicamente los organismos internacionales, de manera que estén supeditados a la voluntad de la nación interventora, a manera de evitar cualquier intromisión durante el proceso de apoderamiento.

2.    Establecer las operaciones de las agencias de espionaje e inteligencia desde el punto más íntimo del objetivo a dominar.

3. Financiar los operativos de los grupos opositores locales, con el fin de crear desestabilización social.

4.   Crear espejos de los medios de información y de comunicación, a modo de llevar a confusión a los nacionales, con noticias inventadas, manipuladas o completamente falsas.  (Puede incluir imágenes de eventos que nunca ocurrieron).
  
5.   Emplear el uso de falsos positivos.  Es decir, atribuir acciones y/o palabras a ciertas personas o grupos de personas, que no tienen la posibilidad de defenderse o desmentir la atribución.  (Preferiblemente personajes secuestrados, desaparecidos, o simplemente muertos en circunstancias no muy claras).

6.  Tomar represalias (políticas y económicas) contra los países y organizaciones que mantengan cualquier tipo de relación con el objetivo principal.

7.  Implementar una especie de encerrona o embargo económico, para que la población de la cual se quiere apoderar, comience a sufrir las consecuencias directas de la resistencia de su propio gobierno.  De esta manera, se logra atraer adeptos al plan de dominación. 

8.   Implementar operaciones de falsas banderas.  Esto es, llevar a cabo actos de violencia, ataques terroristas o actos vandálicos, en el propio territorio para atribuirlos al oficialismo de nación que se quiere desbancar.

9.     Mover toda la maquinaria militar hacia el objetivo, con el fin de crear tensión en toda la zona donde este ubica.  Para esto se utiliza como pretexto o excusa el criterio número ocho (8).

10.  Sumergir los naturales del país a ser invadido, en un evento Cisne Negro, con repercusiones psicológicas magnificas.  De esta forma verán con otros ojos la invasión militar, y quien sabe, tal vez hasta la consientan.

Siempre que termino de escribir una entrada como esta, me siento más sumergido en la depresión perenne en la que vivo.  Estoy llegando a la conclusión de que voy a tener que seguir los consejos de mi psicoanalista y de mi pastor, y alejarme un poco de la lectura secular.  Tal vez tienen razón y debo buscar entretenimiento y refugio en la televisión y la biblia (No respectivamente).

¡Levántate y anda!





jueves, 23 de mayo de 2013

El Cisne Negro

por  Caronte Campos Elíseos


Siempre he pensado que los seres humanos (en especial yo), prefieren vivir en una especie de cápsula en donde puedan controlarlo todo, a manera de sentir seguridad en todo cuanto realizan.  No por nada existe el viejo y conocido refrán, “cada cabeza es un mundo”.  Ciertamente cada persona vive una realidad distinta en su carácter individual.  Esto es así en todos los ámbitos de la vida: familiar, laboral, escolar (sí, asimile de una vez que los estudiantes también son personas que viven diferentes experiencias), profesional, entre otros. Tratamos de explicarlo todo de la manera más sencilla posible, sin complicaciones innecesarias y que provoquen esfuerzos adicionales. Esto propicia el que comencemos a ver y a creer todo de una manera sistemática, donde todo tiene un orden establecido y una estructura funcional para nuestros propósitos (o las intenciones de terceros), aunque ese ordenamiento sea ficticio. 


En esa burbuja individual, a diferencia de las que se diseñan, crean y desarrollan en en los “mundos” financieros y monetarios, que se inflan sin control hasta que estallan, no hay mucho espacio para el discernimiento y mucho menos para disentir.  Esta pequeña esfera se teje con nuestros propios pensamientos, emociones, frustraciones, sentimientos y resentimientos.  La reforzamos con nuestros criterios, juicios y prejuicios, y la sellamos con nuestras conclusiones, ya sean justas o infundadas.  Este escenario nos conduce, en la mayoría de los casos (como lo es en el mío propio), a vivir con una venda en los ojos, con ataduras mentales, que no hacen otra cosa más que enajenarnos del mundo exterior. Nos distancian de la verdad y de la realidad, cerrando el paso a la diversidad y limitando la posibilidad de ver más allá de nuestras propias narices.

Tengo que admitir que al escribir estas líneas siento lástima de mi mismo.  No puedo entender como he podido sobrevivir en una ficción tan absurda como esta. Cuando este patrón se repite de persona a persona, se va construyendo una especie de mapa común, conectado por todos esos nanomundos, que al momento de interactuar entre sí, lo que reina es la intolerancia.  Termina formando parte natural de nuestro ADN.  Este pintoresco panorama nos expone y nos hace vulnerables a ser víctimas de un "Cisne Negro".

La Teoría del Cisne Negro, fue desarrollada y esbozada por el investigador y financiero libanés, Nassim Nicholas Taleb, en su libro titulado, “The Black Swan”, publicado en el año 2007.  Está teoría propone que ciertos eventos no esperados, generan gran impacto entre la población.  El autor revela tres supuestos que están presentes en dichos eventos:

1.    Ocurre de manera sorpresiva - Esto es, no se esperaba que ocurriera y no existía o no había suficiente información estadística para predecirlo.

2.   Genera gran impacto - Es decir, al ser totalmente inesperado, provoca consecuencias, repercusiones, y/o efectos de gran magnitud para los observadores.

3.   Análisis retrospectivo - los hechos se analizan una vez pasado el evento.


Además de los criterios anteriores, se menciona los efectos psicológicos que el “Cisne Negro” tiene sobre el colectivo en general.  Taleb califica en esta categoría sucesos como: las guerras mundiales, la invención de las computadores, la internet, las crisis económicas y los ataques del 11 de septiembre del 2001.  Ciertamente se puede dedicar varios escritos para mencionar estos eventos supernumerarios.  Se pudieran agregar a los anteriores, eventos tales como: el holocausto judío, las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagazaki, el accidente nuclear de Chernobyl, entre otros.


Y aunque ahora tengamos una idea clara sobre las causas de estos eventos antes mencionados, parte de la teoría se fundamenta en la reacción natural de la humanidad a pensar que se pudieron haber evitado si se hubiesen tomado ciertas medidas preventivas.  Aunque a todas luces, no exista certeza sobre la posible previsión de los mismos.  El hombre tiene la tendencia narcisista y egocéntrica de creer saber y conocer todo cuanto le rodea.  Y si en algún caso encuentra que no tiene una explicación lógica y comprobable, tiende a crear falsos positivos, es decir, encontrar la explicación más sencilla y más creíble para el resto de la sociedad, y esparcirla como pólvora a través de los medios masivos de desinformación.  Esto tiene una singular eficacia en un país sin prensa, como lo es el nuestro.

Es por esto que a nivel insular, no somos la excepción.  Tenemos nuestros propios cisnes negros, que han pasado por nuestros lares y han dejado una estela de desastre, destrucción y desolación.  Este pueblo ha vivido y sobrevivido a algunos eventos que han marcado la historia del país y de sus paisanos.  Pero como es de esperarse de un pueblo que solo conoce las cadenas de la colonización (al menos desde que terminó la Era Taína), que ha recibido por décadas una intoxicación de desinformación, y que ha sido víctima de programas orquestados de espejismos mediáticos, dichos eventos y sus efectos vitalicios han quedado en el olvido en alguno que otro libro de la historia oficial, o en la mente de algún patriota retirado.  

Siguiendo un poco los linderos de Taleb, tal vez podamos incluir en los  Cisnes Negros Boricuas, los siguientes acontecimientos: La Guerra Hispanoamericana (originalmente Hispano-Cubana), en la que los Estados Unidos intervino para asegurar sus intereses en el Caribe;  La eventual invasión (para algunos gringófilos, la liberación), donde los norteamericanos reciben la isla como botín de guerra;  La otorgación de la ciudadanía americana a los puertorriqueños, con lo que se asegura la participación de los criollos en las eventuales guerras de la nación interventora;  La persecución y criminalización del nacionalismo, en un periodo donde se realizaron masacres, torturas y asesinatos por motivaciones políticas;  La creación (con lo mejor de dos mundos) del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, sistema que ha perpetuado nuestra condición colonial;  El retiro de la isla del listado de países colonizados, por parte del Comité de Descolonización de la Organización de las Naciones Unidas (en su lugar debería ser Naciones Reunidas propiamente), legitimando de esta manera el hecho de que la nación norteamericana no tome acción sobre el estatus político actual;  Y el establecimiento de un gobierno propio, republicano y tripartita, el cual ha servido como mecanismo para el saqueo de las arcas del país por ciertos grupúsculos para su beneficio personal.  Entre muchos otros que por razones de tiempo, espacio y humor, no debemos traer a colación.

Los terribles efectos combinados de estos eventos se resumen en la actitud natural de los puertorriqueños por los pasados 115 años, de buscar la explicación más sencilla, y hasta cierto punto la más absurda para la historia y para la verdad detrás de estos hechos.  La inmensa mayoría de los nativos todavía piensa que los Estados Unidos de Norteamérica llegaron a nuestras costas con la mejor intención de liberarnos del yugo español, que nos otorgaron su ciudadanía para hacernos herederos de sus beneficios, y que el ELA fue creado con el propósito de prepararnos para hacer una entrada triunfal al conglomerado de los estados continentales.  Es como una especie de dominio mental o hipnotismo, tal vez sea una modalidad de lavado de cerebros o simplemente una forma de acorralar mentes en una zona cómoda artificial.

Para ser honesto (y por lo regular no lo soy), mi percepción sobre todo esto es que lo único que han logrado los sucesos en cuestión es enajenarnos de la realidad.  Realidad que se muestra evidente en la actualidad social, política y económica de la isla, y en las condiciones de vida de los naturales de la misma.  En adición a todo esto, no estamos conscientes de que somos víctimas inocentes de nuestra propia ignorancia.  Pero lo peor de todo es, que este escenario nos coloca una posición vulnerable.  Nos expone, indubitablemente, a ser víctima por enésima vez de un nuevo Cisne Negro. 

Pero si no hemos sido capaces de entender y superar los efectos de los acontecimientos pasados y sus secuelas en nuestras vidas, mucho menos estamos preparados para prevenir cualquier incidencia en nuestro futuro.  No somos capaces de salir por voluntad propia de esta laguna en la que hemos estado sumergidos como los patitos feos de la historia.  Ni siquiera somos capaces de predecir qué nuevo evento nos podría afectar adversamente y provocar un nuevo colapso en nuestra existencia como pueblo.  De hecho, bajo el déficit mental que vivimos, no pasa por nuestros pensamientos que alguna catástrofe con tan singular magnitud pueda alcanzarnos.  Nos sentimos tan seguros con nuestro sistema de relaciones federales y con nuestra relación cristiana con la divinidad, que no creemos posible que nos toque vivir calamidad alguna.  

Hasta que no despertemos de ese sueño americano, hasta que no entendamos el valor de ser un verdadero ciudadano, hasta que no aceptemos que no podemos estar, con Dios y con el diablo simultáneamente; y hasta que no internalicemos que lo que nos mantiene atados a nuestras tristes circunstancias son nuestras propias cadenas, estaremos a la merced de otro Cisne Negro.  Solo nos percataremos que no somos los patitos feos de la laguna, si no que en realidad somos el Cisne Azul que, Luis Lloren Torres describió alguna vez, cuando nos miremos en el agua pura de la fuente de nuestro hogar.

¡Levántate y anda!