domingo, 24 de noviembre de 2013

La guerra de clases

por Óscar Ruiz


Por el pasado año y medio he leído y visto muchos reportajes acerca de que los pobres son unos vagos y como tienen acceso a todos los beneficios que ofrece el Gobierno. Los políticos y personas de diferentes medios mencionan que los programas de ayuda social deberían ser recortados para forzarlos a trabajar y dejen así de llevarse el dinero de personas que han trabajado para ganárselo.Yo me he quedado pensando en este tema, y más ahora que mi situación profesional me ha forzado a ser parte de ese grupo de personas que ha tenido que solicitar asistencia del gobierno.

Me he quedado perplejo de como le echamos tanta culpa a un sector marginado de la sociedad que no tiene poder económico ni decisional para cambiar nuestra realidad. Ningún estudio nos a habla de que la razón principal del colapso económico son los programas sociales, y más cuando no se han incrementado en una era de recortes. Pero si recordé de mis estudios de historia, psicología y ciencias políticas; de que en tiempos de crisis hay que echar culpas al mas débil. El pobre no se puede defender.  Mi hipótesis a esto es que cuando estamos en un mal momento y cuando las cosas están mal, tendemos a echar culpas. Los pobres como no tienen los medios para defenderse, es fácil apuntar el dedo acusador hacia ellos.

Yo me he criado en el círculo que en Puerto Rico llaman “los blanquitos” o los “guaynabitos". Yo he sido muy afortunado de que a mi nunca me ha faltado algo. Me crié en una buena área, estudié en unas de las mejores escuelas privadas, tuve la oportunidad de hacer mi Bachillerato en EEUU y tengo un Juris Doctor. Además he tenido la oportunidad de visitar lugares que la gran mayoría de la gente no ha ido, ni podrá ir, porque no tienen los medios. A pesar de que he crecido en "la burbuja”, mi trabajo ha sido en proyectos de ayuda social y empoderamiento, a sectores de la población marginada en Latino América. Esto no me hace un experto en el tema de la pobreza, ni mucho menos decir que estoy en posición de hablar a nombre de las personas que son de clase más humilde, pero si puedo decirles que muchas personas de esta clase social marginada no son vagos ni criminales.

Es verdad que muchas personas abusan del sistema de PAN, Desempleo, entre otros programas de ayuda social del gobierno. Pero las personas pobres no son los únicos que abusan de algún programa o ley del Gobierno. Empresas como Walmart, y otras compañías multinacionales están generando ganancias récord, en parte ayudados por incentivos que les da el Gobierno. Pero yo no he escuchado o leído que ellos se estén aprovechando del dinero de la gente de clase media. En el caso Walmart, el Gobierno de Puerto Rico paga doble ya que tras que les da esos incentivos, tienen que pagar asistencia a muchos empleados ya que sus salarios son muy bajos.

Los bancos, protagonistas del caos económico, recibieron miles de millones de dinero para ser "salvados". Ese dinero provino de los impuestos pagados por la clase trabajadora. Durante este proceso salió a relucir que con ese dinero los CEO’s de los diferentes bancos estaban pagandose salarios y bonos. Se beneficiaron unos pocos y marginaron a la gran mayoría. En Puerto Rico, UBS hizo un esquema de fraude donde muchas personas perdieron cantidad exorbitantes de dinero, incluyendo sus ahorros para retiro. Pocos hablan de que esas personas, del esquema antes mencionado, son criminales y que no se les han procesado cargos todavía cuando lo que hicieron fue una apropiación ilegal. Los que pagarán el precio son aquellos que no tienen poder decisional y la clase trabajadora que perdieron sus ahorros.

El problema no son los pobres, el problema está en el sistema y los valores individualista que vivimos como sociedad. Esto afecta a todas las clases sociales. La mentalidad de cada persona de "alar para su lado" sin pensar en sus efectos sobre las demás personas a desembocado en nuestra realidad socioeconómica.  Un ejemplo de esta mentalidad individualista soy Yo, una persona con una limitación física, donde se me hace muy difícil encontrar un estacionamiento de impedido ya que muchas personas que no lo necesitan se estacionan en ese espacio, tengan o no el permiso. En una ocasión, en el Banco Popular, una persona que no quería esperar en una fila larga, se hizo pasar por embarazada a pesar que no lo estaba, sólo para que la atendieran inmediatamente.

En el caso socioeconómico, el sistema está diseñado para que las personas que tengan accesibilidad al poder se beneficien. En EEUU, desde que comenzó la recesión, muchas compañias multi nacionales están generando ingresos records. Wall Street acaba de llegar a 16,000 puntos, cifra más alta en su historia. Desde 2008, el 95% de las personas que han visto sus ingresos subir pertenecen al 1% de las personas que más dinero ganan; en otras palabra, el que ya tiene gana más.  Durante este periodo ha aumentado el desempleo, la pobreza y la desigualdad social. Con esto ha aumentado el número de personas que reciben ayudas sociales. Este aumento no significa que hay más personas vagas en nuestra sociedad.

Como antes mencioné, escuchamos mucho, sino demasiado, que el aumento del déficit estadounidense, que ha "provocado" la recesión, tiene mucho que ver con la cantidad de personas que reciben ayudas gubernamentales para que los mantengan. En EEUU, los estudios hecho por el Gobierno mencionan que las causas principales del déficit fueron: primero, el quitar el “estate tax”, impuesto adicional que sólo lo puede pagar un porciento de la población. Las otras causas incluyen el sistema de retiro, ya que los “baby boomers” se están retirando, y las guerras.

Si quieremos que los pobres contribuyan y no sean un “mantengo”, hay que cambiar el sistema para que se beneficien tambien. ¿Cómo vamos a motivar a alguien si no tienen esperanza de que puedan salir de su situación? Si una persona por más que estudie y trabaje sólo puede como máximo ganar el salario mínimo y vivir en condiciones inhumanas. No podemos culpar su desmotivación. Hay que incentivarlos dándoles más educación o entrenamiento que puedan usar. Además es imperativo que se les ofrezcan oportunidades. Es como el confinado, de que sirve darles herramientas para que se rehabiliten si la única opción para generar ingresos es hacer lo mismo por lo cual fue encarcelado.

A través de mis años trabajando con personas desaventajadas, he visto como muchas personas han salido hacia delante con las herramientas que le han dado los programas gubernamentales para ser autosuficientes y se sientan empoderados. Es increible como el empoderamiento ayuda a una persona a intentar y muchos terminan siendo personas que contribuyen. Recuerdo en Venezuela, unas personas marginadas por tener VIH, se les dio entrenamiento y oportunidad de empleo, su calidad de vida mejoró al punto que eran autosuficientes y contribuyentes a la sociedad.

Si queremos echar para adelante, deberíamos ser personas responsables y cada grupo social colaborar para lograr un fin último y colectivo. Si vamos a echar culpas hay que ser honestos, todos pusimos nuestro granito de arena en ésta crisis moral y económica que se está viviendo en EEUU y Puerto Rico... que tanto decimos que queremos que sea estrella.


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Oscar Ruiz - Estudió su B.A. en Ciencia Política y un “minor” en Comunicaciones de la Universidad de Florida en el 2001. Luego obtuvo un Juris Doctor de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico en el 2008. Trabajó por cuatro años y medio en la Fundación Interamericana (FIA), una agencia independiente del gobierno federal de los Estados Unidos, trabajando con proyectos de desarrollo de base en Latino América. En la FIA, inició una revisión interna acerca los proyectos que ayudan al empoderamiento socio económico de las personas con discapacidad. El Sr. Ruiz ha colaborado y hecho presentaciones en distintas organizaciones internacionales cual incluye: Naciones Unidas, el Banco Mundial, Fundación Internacional de la Juventud, Organización de Estados Americanos, Grupo FOCAL (Canadá), entre otros. Ha participado en numerosas conferencias relacionadas al tema de diversidad, grupos sub-representadas y personas con discapacidad como: Segundo Comité Ad-Hoc de las Naciones Unidas acerca los derechos de las personas con Discapacidad, Conferencia acerca el desarrollo y discapacidad del Banco Mundial, por nombrar varias. Ha organizado varias conferencias acerca diversidad en el Banco Inter-americano de Desarrollo, organizó el primer panel acerca afro-latinos en la Conferencia del National Council of La Raza en el 2003.  Además de trabajar aproximadamente diez años en el tema de diversidad y proyectos para aliviar pobreza en América Latina, ha trabajado en el area legal como Oficial Jurídico en el Tribunal de Primer Instancias en Ponce. El Sr. Ruiz ha escrito y colaborado en varios artículos y estudios que han sido publicadas acerca del tema de personas con discapacidad. Fué líder del grupo de trabajo en el BID en el diseño e implementación de una política acerca trabajo a distancia del Banco. Además perteneció al equipo de trabajo en la creación de proyectos para inserción laboral a jóvenes de clase desaventajada en Argentina y Brazil. Actualmente pertenece al Consejo Estatal de Rehabilitación de Puerto Rico, organización que trabaja en beneficio para las personas con discapacidad.

jueves, 7 de noviembre de 2013

La cultura boricua de la leche


por  Caronte Campos Elíseos



Arropado por el aburrimiento de una tranquila noche de Halloween, salí a dar un paseo.  Eran las 9:35 de la noche cuando me fui a un parque cercano, que a pesar de ser enorme y oscuro, comparte un largo tablado con la costa norte del país.  El mismo cuenta con seguridad para los transeúntes y unos cómodos gazebos (casi como capillas cristianas) para compartir buenos momentos.  Además de sus cómodos bancos marmoleados, posee unas áreas verdes muy extensas donde la brisa se torna agradablemente fría.  Mientras caminaba, encontré a un gran amigo de muchos años.  Compañero de muchas locuras de la infancia.  Era mi primera visita al parque, pero a juzgar por los saludos del personal de seguridad, mi gran amigo asistía con gran frecuencia.  La pregunta obligada para él era qué hacía a esas horas en un lugar tan oscuro, frio y desolado.  Fue parco en su respuesta al decir que era un refugio para su inadecuación social.  Me invitó a compartir su actividad nocturna, a lo que accedí rápidamente al saber de qué se trataba, lectura de viejos periódicos.  Por fortuna yo llevaba los míos propios, por lo que pudimos intercambiar impresiones acerca de los acontecimientos locales trascendentales.  Nos sentamos en una de las casetas con la pila de papel noticioso y las miradas sigilosas de los guardianes no se hicieron esperar.

Sin más, comenzamos a repasar las pasadas noticias.  Lo primero que encontramos fue la decisión en el tribunal federal sobre la leche puertorriqueña.  No es lo que usted está pensando, al menos no exactamente.  Es que un juez federal determinó en una sala que el pueblo de Puerto Rico le debe a las elaboradoras del preciado líquido blanco, nada más y nada menos que 250 millones de dólares.  Esto sin importar otras consideraciones que no fueran el capitalismo rampante y el llamado comercio interestatal, en una demanda de las únicas dos elaboradoras en la isla contra el gobierno.  En otras palabras, el juez federal tomó una decisión sin importar los efectos en toda la industria lechera del país y mucho menos sin pensar en el bolsillo de los puertorriqueños.  Al final del día, el tribunal prefirió hacerles justicia a dos familias ultra acaudaladas que mantienen un duopolio, que al resto de los 4 millones de habitantes.  La reacción de mi buen y nunca bien ponderado amigo, no se hizo esperar.  Se expresó muy a favor de ambos sistemas, tanto el económico como el judicial.  Incluso se mostró complacido con la intervención federal en el asunto, y la describe como importante y vital para que las fuerzas extranjeras mantengan la ley y el orden en nuestros asuntos.  Según él, el gobierno no debe controlar la forma y manera en que se hacen negocios, y que eso precisamente fue lo que provocó el desbarajuste lechero.  No pude aguantar mi molestia y fuertemente lo increpé sobre lo nefasto que puede resultar que un tribunal determine la escala de precios de un producto, y más aún, que dicho tribunal estipule jurisprudencia en detrimento de los intereses de todo un país.

No pasó mucho tiempo cuando llegó uno de los custodios del lugar para llamarme la atención por el alboroto.  Me miraba con suma perspicacia, como si estuviera sorprendido por mi presencia.  Le dije que la culpa era de mi acompañante, pero este me ignoró por completo y continuó con su ronda nocturna.  Seguimos ojeando los periódicos buscando algo interesante.  Conseguí ahora la noticia sobre la orden del Primer Circuito de Apelaciones de Boston, de detener la decisión del juez de la leche.  Con tono de satisfacción y hasta de burla le comento a mi compañero de lectura, “¡Qué leche tenemos!  Hasta un panel de jueces extranjeros reconoce lo ridículo y lo absurdo de la decisión en cuestión.”  El no pierde tiempo en refutarme y mostrarme su próxima noticia, la del gobernador de Puerto Rico llegando a un acuerdo monetario, un día domingo, con los abogados de las elaboradoras.  Riendo a carcajadas me dice: “¡Hasta Agapito sabía que no tenía más opciones, que no fuera pagarle a los poderosos!”  Algo molesto, le comento que no me sorprende la acción de este gobierno, que lo único que ha logrado es el arrepentimiento de los 12,000 incautos que votaron por él y le dieron la victoria.  El acuerdo nos libra del aumento de 14 centavos, pero nos cuesta 95 millones del fondo general.  Todavía el gobernador tiene la fuerza de cara de decir que nos libramos del aumento en el precio de la leche.  No sé de donde piensa que va a salir el dinero con el que va a pagar dicho acuerdo.  Ordeñando el fondo general, junto con lo que pagamos en impuestos, nos deja peor que el periodo de las vacas flacas.  Sin mencionar que el acuerdo no garantiza que dentro de cuatro años no se implemente un aumento forzado.  Ah, y haciendo caso omiso a la orden de Boston que evidentemente favorecía al gobierno, o al menos ganaba tiempo para buscar alternativas menos onerosas al erario público. 

Nuevamente se acerca el vigilante para llamarme a capitulo por el escándalo.  Un tanto molesto y con su mano en el gas pimienta, me indica que no son horas ni el lugar para tal comportamiento.  Siempre me habla en tono hostil, como si le molestara trabajar la noche de los disfraces.  Le pido disculpas por ambos, y continuamos con nuestro maratón de lectura al aire libre.  Escogí esta vez, la noticia sobre la renuncia del Superintendente de la Policía.  Mala selección de mi parte porque eso dio pie a que, la ya pésima compañía, continuara con su campaña de “bullying” psicológico.  He tenido que engullir su mofa y aguantar sus gritos y risotadas al celebrar la noticia.  No por la renuncia en sí, más bien por el contexto en que se da la misma.  Para esa fecha se había anunciado la imposición de un síndico para la fuerza policial, es decir, una persona que ostentará todo el poder decisional sobre ese cuerpo.  Así que la presencia y permanencia del Súper, se tornó académica.  Según mi impertinente amigo, es un ejemplo más de la necesidad de intervención federal en la isla.  Ya de manera irascible, trato de hacer que entre en razón (lo cual yo no he logrado conmigo mismo).  ¿Como es posible que exista persona alguna que esté de acuerdo con que retrocedamos en la historia, hasta el punto donde los dirigentes policiacos eran norteamericanos nombrados por el congreso estadounidense?  Esta es la muestra más evidente del déficit democrático que vivimos como colonia norteamericana.  A lo que en tono sarcástico respondió mi interlocutor: “Lo mejor es lo americano, está bien que traigan la gente de allá afuera.  Ojala y traigan hasta las vacas para que nos tomemos la leche de los americanos.” 

Tan encolerizado estaba por el comentario tan fuera de lugar y de tan mala leche, que casi nos vamos a los golpes.  Para suerte de ambos, llego el guardia palito, ya con la paciencia agotada y con el roten listo para nosotros.  Me indico que era mi última llamada y que la próxima iba a intervenir de mala manera, y que de ser necesario llamaría la policía municipal.  Por enésima vez me disculpo y prosigo tranquilamente buscando entre los periódicos algo menos controversial.  Mi amigo y yo acordamos no volver a discutir, y dejar la leche y la venida del policía americano en las manos del gobernador.  Luego de ese pacto de paz, me muestra la próxima noticia.  Esta vez del Capitolio, donde estuvieron aprobando 15 millones de dólares para remodelar la casa de las leyes.  En esta ocasión estuvimos de acuerdo en que estos senadores abusadores están totalmente enajenados de la realidad boricua.  Están desligados de la vida cotidiana del puertorriqueño promedio.  Es más, están desvinculados de las necesidades del pueblo.  Mientras el tiempo pasa y las promesas incumplidas se acumulan en el olvido, estos sujetos se sirven con la cuchara grande.  Al tiempo que el desempleo se dispara, los salarios no alcanzan para nada por lo elevado de los precios, los costos de los servicios básicos por las nubes, la clase profesional y preparada abandonando el país, muchos comiendo atún enlatado para no gastar de más y otros tantos solapando el hambre con esperanzas; estos elementos del desgobierno solamente piensan y actúan conforme a su propia realidad.  Realidad creada por ellos mismos con nuestros votos e indulgencias.  Se burlan de nosotros mientras nos echan el jugo de vaca en la cara.  Tristemente, mientras eso ocurre, nosotros todos estamos ocupados con la eliminatoria del programa de vida real de turno; con quien canta, baila o actúa mejor; o en el peor de los casos, con cualquier otra idiotez diseñada para distraernos de la realidad y de las cosas de envergadura. 

Solo cuando miramos las facturas, los precios en el mercado o en la gasolinera; o cuando pagamos por algún bien o servicio, es que nos damos cuenta que nos están violando a nuestras espaldas.  Pero estos gobernantes tienen la leche de que el boricua solo piensa en vengarse durante el próximo cuatrienio.  “Que abusen ahora, decimos, que yo me vengo el día de las elecciones.”   En el ínterin, nos quedamos de rodillas recibiendo lo que a ellos les plazca darnos.  Llegado el día de las elecciones después de cuatro largos años, estos políticos tienen la leche (nuevamente) de que salimos a escoger la misma basura para que nos gobierne.  Y este ciclo se repite infinitamente.  Esa es la cultura boricua de la leche, nos tragamos lo que el bipartidismo ha introducido en nuestros cuerpos y nuestras mentes.  Vivimos embelesados frente al televisor o el computador, esperando que los cambios lleguen por cuenta propia.  Hasta que no apaguemos el televisor y la computadora, y encendamos el pensamiento crítico, sin fanatismo y con discernimiento, seguiremos nadando en el producto lácteo de otros.   

Mi compañero de lectura hace un alto en este instante y me dice que está muy bien el discursito comunista, pero que esto es un ejemplo más de la necesidad y de lo imperativo que resulta una intervención federal hasta en el mismo corazón del gobierno colonial.  Esta vez sí que no aguanté más y agarre una tabla con alguna especie de epitafio que encontré en el piso del parque y quise arremeter contra él.  Justo en ese momento apareció el oficial ya armado y me indicó que tenía que abandonar el lugar.  Le cuestioné si me tenía que ir yo solamente o si también iba a desalojar del parque a la persona que me acompañaba.  Este me respondió con voz temblorosa y apuntándome con su pistola: “¿Caballero, usted está loco? Usted no está en un parque, esto es el cementerio municipal, y usted ha estado aquí solo toda la noche.”  Asombrado, espantado, y aturdido, salí de allí cual noche de brujas.

¡Levántate y anda!

lunes, 4 de noviembre de 2013

Carlos Esteban Cana en el Sexto Maratón Cultural “Al aire, libre”, en Nueva York: las tres piezas que compartió con la audiencia

Entre los múltiples eventos culturales en los que participa Carlos Esteban Cana en la ciudad de Nueva York, se destacan festivales, presentaciones de libros, encuentros poéticos, maratones de lectura, obras teatrales, entre otros.  Además de cubrirlos y documentarlos como parte de su ardua tarea de periodismo cultural, el autor participa en los mismos con sus propias creaciones.  Aquí, para los lectores de Sólo Disparates, nos comparte las piezas con las que deleitó a los presentes en el Sexto Maratón Cultural “Al aire, libre” en Nueva York.      



Tu casa

Tu casa es la misma;
sigue Allí...
bloque de concreto
inmóvil, pero indómita;
no es necesario
que desmayes por ella.
El escritor Carlos Esteban Cana junto al novelista
Eduardo Lalo y el poeta Luis Rodríguez
en una actividad reciente en el Americas Society.
Tu casa es la misma;
sigue Allí...

Yo también,
brizna perceptible,
permanezco
en sus recónditas fisuras,
presente y ausente

camino por sus
cortos y largos pasillos,
aprieto luz en sus ventanas
hacia esos linderos lejanos
de mis adentros,
con mis ojos
fijados a las ramas,
empeñados
y decididos a dibujar
el flamante arco

antes de irte
a tus cercanas metrópolis,
distancia establecida
por vigorosas alas en tus pies,
tienes visión suficiente
para ver difuso tu reflejo


de Crepusculario del laberinto



Silueta difusa

Silueta difusa,
has tratado
una y otra vez
arrebatarme;
provocar mi exilio
ante su aparente inercia

Armada de un taladro infame
llegaste hacerle un orificio profundo,
y ella, impávida,
no puso resistencia

Como siempre ves todo
cual carrera desenfrenada,
no dudaste en gritar,
era tuya la victoria

Segura esperabas  
la herida-abierta
en el espacio vacuo...
destejido el hilo
por las ruinas
y los telúricos escombros
la ausencia matiza el fondo

Sin embargo
el primer-rayo de luz
(entre aromáticas especias)
sorprendió el aura a tus espaldas:
y esta fuerza que late
transforma tu silueta difusa
en genuinas esperanzas

de Crepusculario del laberinto



Hacen falta ojos para ver

Faltan ojos para ver tantas estrellas;
estuve un tiempo limitado en tierra
y ya me siento nuevamente
inseguro
con cierta extrañeza
por ver sólo el horizonte sin límites, reducido
Despierto poco a poco
todo fue un sueño;
lo bueno es bastante breve

La nao se pone en camino
me ocupa lo mismo
subir y bajar el velamen,
coserlas y repararlas
bajo un calor sofocante

El viento fuerte del este
a toda velocidad mueve,
la tripulación silba
All Together Now
y el mareante vaivén
trae gratos recuerdos

Paso revista sobre los víveres,
todo está calculado…
la alquimia se instala
en el alma continuamente transformada
y después de tantas travesías
la práctica metamorfosea experiencias
en conocimientos

Lo que antes parecía imposible
ahora Es

inmenso deseo de continuar el viaje

La proa apunta hacia esa dirección


de Hacen falta ojos para ver

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Carlos Esteban CanaComunicador y escritor.  Nació en Bayamón, Puerto Rico, pero se crió en el pueblo costero de Cataño.  Fundador de la revista y colectivo TALLER LITERARIO, publicación alternativa que marcó la última década de creación literaria boricua en el siglo XX.  Ha trabajado en el Instituto de Cultura Puertorriqueña como Coordinador Editorial, Director de Prensa para la V Feria Internacional del Libro de Puerto Rico y como Coordinador de Medios para el Encuentro de Escritores De-Generaciones.  Su periodismo cultural ha sido publicado en periódicos y publicaciones como Dialogo, Cayey, CulturA, El Nuevo Día, y Resonancias, entre otras.  Fue parte del colectivo El Sótano 00931.  Colaboro con el poeta Julio Cesar Pol, junto a Nicole Cecilia Delgado y Loretta Collins, en la antología Los Rostros de la Hidra.  

Su periodismo cultural es reproducido en diversos espacios y bitácoras cibernéticas, con columnas como: Breves en la cartografía cultural; Aquí allá y en todas partes; Crónicas urbanas y el boletín En las letras, desde Puerto Rico, en bitácoras como Confesiones, Sólo Disparates: buscando la luz al final del túnel, Panaceas y placebos, Boreales, Revista Isla Negra y en periódicos como El Post Antillano.  Tiene tres libros publicados: Universos (micro-cuentos); Testamento (antología poética; una selección de 46 cuadernos) y Catarsis de maletas (cuentos).  Actualmente reside en la ciudad de Nueva York y desarrolla la plataforma multi-mediática Servicios de Prensa Cultural.  Para Carlos Esteban Cana profesar creación y cultura es como recibir oxígeno; vehículos que le permiten ejercer su libertad.