jueves, 19 de febrero de 2015

La ciudad en mi estómago de Luis Francisco Cintrón Morales

Por Miranda Merced
Escritora, antóloga y profesora


"El libro La ciudad en mi estómago, del escritor Luis Francisco Cintrón Morales, nos presenta una colección de textos donde se reúnen los elementos necesarios para ubicar la obra en la literatura fantástica. El autor logra combinar lo fantástico con lo real, creando un tercer mundo que aún cuando la lógica quisiera protestarlo por absurdo, logra convencer al lector de una nueva realidad por la que ambulará desde el primero hasta el último de los cuentos. Cintrón utiliza con destreza la adjetivación. Con este recurso construye una atmósfera de tensión que mantiene al lector a la expectativa de lo que sucederá al concluir el relato. La sangre, que adquiere un rol protagónico en varias ocasiones, se convierte en una herramienta eficaz para provocar emociones extremas en quien lee. La extensión de los textos contribuye también a mantener el interés del lector. La brevedad de los mismos permite que sean leídos, como se dice coloquialmente: de una sentada. De uno se pasa al otro y al otro, hasta que terminamos la lectura del libro casi sin percatarnos. Independientemente de la brevedad de los textos, el autor logra manejar la anticipación con total dominio. Esta misma destreza la encontramos en sus finales sorpresivamente impredecibles. Luego de la lectura de esta obra, nos atrevemos a asegurar que La ciudad en mi estómago se convertirá en uno de los mejores ejemplos de la literatura fantástica puertorriqueña".

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Luis Francisco Cintrón Morales nació en San Juan, Puerto Rico en el 1976.  En diciembre de 2013, publicó su primer poemario "Microgramas de sol" bajo el sello editorial de la Casa de los Poetas. Además ha publicado poemas y cuentos en blogs y revistas electrónicas como Corpus Litterarum (Puerto Rico), Palabras Diversas (España), Inopia (Puerto Rico), Monolito y Factum (México). Participó en el 6to Festival Internacional de Poesía de Puerto Rico. Es parte de la Antología de Casa de los Poetas 2014 con el tema de “Fronteras” (Puerto Rico), de la Antología de Diversidad Literaria 2014 “Versos en el aire” (España), Antología de microrelatos de Diversidad Literaria 2014 “Microterrores” (España) y de la Antología “Palestina Poemas VIII-MPI y Poetas y Poemas con Palestina” (2014) por la Biblioteca de las Grandes Naciones. Colaboró con columnas deportivas para el periódico electrónico El Post Antillano. Colabora con columnas de opinión social en el blog “Atramentum/Voces Subversivas”.

viernes, 6 de febrero de 2015

El debido proceso de ley

por  Caronte Campos Elíseos



En Puerto Rico siempre nos han hecho creer que vivimos en un país de vanguardia.  En todos los sentidos de la palabra.  Incluso, en materia de leyes y derechos.  Nos han adiestrado para obedecer por sobre todas las cosas, leyes, resoluciones, estatutos legales, órdenes ejecutivas, procesos legales, reglamentos, y hasta la futurística constitución.  Esto, aunque la educación en esa materia sea tan paupérrima y que solamente la reciben los que van a ejercer en los tribunales.  Soy del pensamiento que necesitamos un Nuevo Estado de Derecho.  Claro, el gobierno se escuda tras el cliché de que, “el desconocimiento de la ley no te exime de cumplirla.”  Es de entenderse porque al final del día, es el propio gobierno el llamado a velar el fiel cumplimiento de la misma.  Es el propio gobierno con sus tres “ultra poderes”, separados en teoría, pero unidos en una mala práctica (cosa que mi bajo coeficiente intelectual no alcanza a entender), el que legisla, evalúa, aprueba y vigila la aplicación de toda la cosa legal del país.  Luego, con su mal llamada independencia judicial, es el encargado de realizar interpretaciones sobre la legalidad.  Interpretaciones que luego se convertirán también en leyes bajo el concepto de jurisprudencia interpretativa. 

Nosotros, como buenos y obedientes ciudadanos comunes, respetamos y observamos en nuestros actos cotidianos, el cumplimiento de leyes que ni siquiera sabemos que existen.  Nos han sembrado esas ideas los apologistas del sistema y de la estructura legal.  Son los expertos, los analistas, los periodistas, los escritores, los reporteros, los que hacen las veces de moderadores para torear nuestras frustraciones frente a este esquema.  Esos que en radio, televisión y prensa, se la viven de peritos en el tema induciendo a todos a obedecer el régimen establecido.  Exhortando a todos a creer y tener fe en el debido proceso de ley.  ¿Pero qué pasa con los miembros, sí, los miembros de toda esa regencia?  Se han escudado detrás de la cláusula de inmunidad parlamentaria, la cual han extendido a su máxima expresión.  Cláusula por la cual se sienten revestidos de impunidad, poder divino y relevados de cumplir cualquier responsabilidad por sus actos.  Ha sido como poner los cabros (de los grandes) a velar las lechugas. 
  
Esto se denota en su comportamiento normal y típico frente al pueblo.  Se conducen como seres superiores, en todos los sentidos, al resto de la población.  Por obvias razones, sus formas y maneras de expresarse y manejarse frente a todos tienen una notable variación cada cuatros años.  Pero una vez pasadas las elecciones, muestran sus verdaderas intenciones carentes de lisura.  Se sienten como dioses en el Olimpo, inalcanzables cada uno en su trono legislativo, aunque tal escaño fuera obtenido por una victoria pírrica.  Todo esto se refleja en el hecho de que las autoridades locales se muestran incapaces de juzgar los actos de estos señores.  Mientras, sus actuaciones y decisiones continúan conduciéndonos a un famélico porvenir.  Aumentan la deuda del país, se roban los clavos de la cruz, venden sus influencias políticas, utilizan su posición para el medro personal, legislan para favorecer a sus allegados, corrompen todos los sistemas establecidos para el bien común, le venden el alma al diablo (muchos de nosotros también hacemos esto último).
 
Pero el colmo de la situación llegó cuando, a causa de la intervención de las autoridades federales, se devela el asentamiento de este resabio en la judicatura del país.  Fiscales, jueces, abogados prominentes y acusados con gran poder adquisitivo haciendo de los procesos judiciales una superchería.  Prestándose, o mejor dicho, vendiéndose cuales Judas Iscariote, al mejor postor.  Manipulando un proceso que de ordinario debería ser igual para todos.  Inclinan la balanza de la justicia con sus cuentas de bancos rebosantes.  Desvirtuando y desdeñando todo lo que nos han hecho creer (por fe, si alguna) sobre la igualdad, los derechos y la justicia para todos en igual condición.  A todas luces, quedó evidenciado lo que era un secreto a voces;  “El que tiene padrino se bautiza, y el que tiene capital compra la pila bautismal”.  Esta es la historia nuestra de cada día.  Vivimos el día a día, la cotidianeidad que nos han inseminado por ojo, boca y nariz.  Estudiando, trabajando, consumiendo a sobre precio, viendo televisión y repitiendo el ciclo por los siglos de los siglos, amén.  Pero, cuando se presenta ante el estrado un indigente, un estudiante universitario, un obrero sin convenio, un maestro al que le reducen sus beneficios, un niño de educación especial, un conductor, un anciano retirado, un menor abusado, o usted que está leyendo esto, ¿cómo funcionará ese sistema corrompido y diseñado a la medida de los influyentes?  
            
Jueces convictos, fiscales acusados, y abogados de defensas que necesitan ser defendidos.  Ese es nuestro pan de cada día.  Poco reseñaron los medios sobre esto.  Una vez terminado el juicio ya es noticia vieja y no propicia ventas ni “ratings”.  Hay que buscar otras noticias superfluas, carentes de sentido e importancia para entretener las masas.  Crean circos y espectáculos para distraernos de lo que realmente importa, de lo que pueda sacarnos de este letargo generalizado. ¿Quién puede olvidarse del bacalao de Maripili? (yo no he podido olvidarlo).

¡Levántate y anda!


lunes, 2 de febrero de 2015

Libros de Angelo Negrón


Sinopsis: La vida de un solitario muchacho cambia por completo cuando comienza a entrometerse a distancia en la vida de otros. Él disculpa su comportamiento bajo la creencia de que padece criptoscopofilia; un comportamiento sexual en el que la excitación erótica, la facilitación y el logro del orgasmo dependen de ver la conducta, sexual o no, de otras personas en la privacidad de su hogar.


Con su pasatiempo el ligón descubrirá que las perversiones humanas están en todas partes y no sólo en aquel edificio de apartamentos al que observa a través del instrumento óptico que permite ver objetos lejanos con mucho más detalle que a simple vista y al que ha titulado el tubo indagador. El telescopio, además de transportarlo a varias pesadillas le ayudará a encontrar a su verdadero amor.

Disponible en:




“…Muchos de los escritos incluidos en CAUSA Y EFECTO tienen unos ribetes eróticos, pero otros están vestidos (¿desvestidos?) con una carga sensual de alto voltaje. Hay cuentos donde se dan cita la totalidad de los elementos previamente mencionados: los giros inesperados y el climax arriba de la conclusión, tabúes y sexualidad; aunados dichos factores las páginas del autor urden unos hechizos que se quedan trashumando mucho tiempo, por vericuetos bifurcados, en la mente de l@s que deambulen en los... universos aviesos de Angelo…”

Tony Aguado Charneco
Escritor



Disponible en:



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Angelo Negrón es narrador, bloguero y asiduo fanático de la twitteratura. Oriundo del pueblo costero de Cataño. A finales de la década del 80 funda y dirige la revista Senderos. Durante los años siguientes sus cuentos serán conocidos en las páginas de la revista Taller Literario. A raíz de esa experiencia entra en contacto con una serie de cuenteros de diferentes partes de Puerto Rico, entre ellos el escritor Antonio Aguado Charneco, que considera a Negrón como uno de los principales narradores de su promoción generacional. En la primera década del presente siglo comienza a publicar en la WEB su bitácora titulada Confesiones, en la que ha ido publicando algunas de sus piezas narrativas, que suman más de una centena. Al día de hoy su portal cibernético ha recibido más de 63,000 visitas, según diversos contadores de estadísticas. Su blog, a través de los años, se ha ido convirtiendo además en un espacio cibernético que ilustra el acontecer cultural boricua, y reproduce ocasionalmente el boletín “En las letras, desde Puerto Rico”. Recientemente fue incluido en la antología Cuentos puertorriqueños en el nuevo milenio, antología que recoge 50 cuentos de 50 narradores puertorriqueños contemporáneos, publicado por la editorial Libros de la Iguana. En enero del presente año comenzaron a circular sus libros Causa y efecto (cuentos) y Ojos furtivos (novela), bajo el sello de Publicaciones Gaviota. Para Angelo Negrón escribir, más que ordenar palabras, es ordenar ideas. Al respecto manifiesta: “Es un juego muy serio, cuando escribimos emitimos señales que el lector tiene la posibilidad de interpretar de un modo u otro. Es ese proceso puede adoptar el rol del protagonista o ser un mero observador. Es aquí que se dinamiza el ejercicio y el lector ya no es un ente pasivo. Y entonces se puede convertir en parte de lo que lee, disfrutando u odiándolo, estando de acuerdo o no. Yo escribo para eso, aspiro a sembrar una "espinita" que duela o acaricie, poco o mucho, pero que, al final del camino, dé qué pensar”.

lunes, 26 de enero de 2015

El espíritu de la Navidad

por  Caronte Campos Elíseos


He vuelto después de una larga ausencia y quiero compartirles una experiencia reciente, y que fue la causa de mi retraimiento.  Como todos los que me conocen saben, no soy un fanático de las fiestas navideñas.  Esta aversión al tiempo de adviento y celebración proviene de su directa relación con los ritos religiosos.  Por mi ateísmo empedernido, cuando llega esta temporada me retiro a vivir y sobrevivir lejos de la sociedad.  Cual ermitaño furibundo, vagaba en las noches por las calles del interior sin dirección.  Una madrugada fría, se apareció frente a mí un espíritu que según el mismo comentó, era un enviado para iluminarme y convencerme sobre la verdadera natividad.

Comenzó por resumir una larga lista de profecías sobre un tal mesías.  Continuó con una ristra de razones por las que era necesario un salvador para el mundo.  También hizo referencia a la hermandad, la solidaridad y la esperanza que trae consigo esta temporada.  Acto seguido, cual espíritu chocarrero me llevó por los altos cielos a ver varias estampas tradicionales de la época.  Durante el viaje, seguía con su discurso admonitorio sobre mi actitud y proceder antisocial. 

Como experto regidor de escenas, me llevo a visitar una fiesta familiar.  Era la noche del 24 de diciembre, y a todas luces la numerosa familia disfrutaba unida de la “noche buena”.  Un ambiente de algarabía, frenesí y adulación.  Se avistaban regalos, se escuchaba música y había comida en demasía.  El espíritu me invitaba a reflexionar sobre aquella hermosa estampa.  “Esto es lo que promueve la inminente llegada del niño rey”, decía.  Añadía, con brillo en sus ojos, que en todos los hogares puertorriqueños se estaba celebrando el nacimiento del niño dios.  “Esto es lo que te pierdes alejándote de la sociedad.  Te privas de tan bella experiencia y tan hermosas bendiciones”, me dijo.  “Pero Ángel o Arcángel”, le contesto yo: “Todo ese escenario grávido de fraternidad y armonía, son simplemente falsas apariencias.  Ya las familias no se reconocen como tal.  Están carcomidas por el deterioro social.  La propia sociedad ya no sabe el verdadero significado de familia.  Para mí es algo luctuoso, porque está cargado de hipocresía.  Todo lo que ves ahí es puramente anodino.  Las personas que ves ahí, ya no piensan en la unidad.  Solo piensan en la gula, la bebe lata, y lo único que inculcan en los menores es la espera de los regalos más caros y de moda.  Este pueblo sigue borracho de baile, botella y baraja.  Ya ni la sangre pesa más que el agua.  Los hermanos se matan, las madres maltratan sus hijos, los padres violan sus hijas y lo que se vive es una guerra continua por quien está mejor que el otro.  Ya no existe respeto por la vida. La criminalidad y la inseguridad se han importado hasta el seno del hogar.  Se olvidaron ya del verdadero significado de la navidad”.

“Tu corazón está peor de lo que yo pensaba”, replicó algo decepcionado.  Como un celaje salimos de allí hacia otro escenario análogo.  Una iglesia grande, centenaria, decorada.  La estampa del pesebre iluminado, el árbol con adornos de cristal y el coro celestial eran los acompañantes perfectos en aquel templo atestado.  “¿Todavía piensas que no hay fe y que se olvidó el verdadero significado del belén?”, me cuestionó con gracejo el simpático serafín.  Tuve que contestar de forma adusta su cuestionamiento.  “¿Tú crees que esto es así el resto del año?  La inmensa mayoría de estas personas no visitaran una iglesia al menos hasta semana santa.  Muchas están aquí por compromiso, otras por apariencias y otras por conveniencia.  Basta con ir a una misa del tiempo ordinario para ver la realidad de la iglesia actual.  El pecado se ha apoderado de los corazones de todos los parroquianos.  Pero claro, ese es el resultado de las malas acciones y las pobres reacciones de los representantes de dios en la tierra.  La iglesia ha perdido adeptos por su falta de transparencia, por su connivencia con los pecadores internos, y por su insistencia y actitud retrógradas en temas de actualidad.  Sin mencionar su parquedad en temas políticos, sociales y de bien común escudándose en la división de iglesia y estado.  Haciéndole el juego a los gobiernos a cambio de exenciones contributivas.  Ni siquiera el poder divino ha podido diezmar  la involución social que vivimos y experimentamos a diario.” 

Saltan lágrimas de los ojos del desilusionado querubín.  Con un chasquido de sus dedos, me transportó a otro lugar.  Aparecimos en una especie de festival al aire libre.  Parecía una fiesta patronal de los años noventa.  “No es eso que piensas”, me dice el espíritu como si pudiera escuchar mis pensamientos.  “Estamos en una fiesta de pueblo por motivo de la navidad.  En todos los municipios, los gobiernos promueven también la tradición.  De esta manera mantienen viva su verdadera razón de ser, servir de puente entre la sociedad y la religión.  Ya aborrecido por los viajes y mareado por las alturas, exploté contra el pobre Ángel.  “Tú no ves desde tu trono en los cielos que en Puerto Rico se vive un verdadero infierno.  Tú no te das cuenta de que la navidad es utilizada para entretener al pueblo embriagado de festividades, para poder expoliar sistemáticamente sus bolsillos.  Mientras los ciudadanos comunes son entretenidos con bombos y platillos, en las grandes esferas se tejen sacrilegios contra la voluntad, los derechos y el bienestar de todos los feligreses.  Los políticos con sus tendencias sibaritas aprovechan la polarización de la ciudadanía para aprobar leyes en detrimento de sus constituyentes.  Al final del día, nosotros como pobres incautos no reaccionamos ni en defensa propia.  Seguimos consintiendo y subscribiendo el mismo sistema cada cuatro años, cada domingo, y cada navidad.”

En ese preciso instante, la brisa navideña se tornó ventolera de tormenta.  Sentí estar dentro de un tornado.  Las palmas y los árboles se torcían hacia la misma dirección en que se retiraba, como alma en pena sin cumplir su misión, aquel mensajero celestial.  Aquel vendaval a penas me permitía abrir los ojos.  Cuando por fin se calmaron los vientos, desperté y me encontraba solo, en el mismo refugio de donde intentó liberarme aquel querube enviado.

¡Levántate y anda!

miércoles, 21 de enero de 2015

¿Las fiestas de todos?

por Luis A. Pérez


Mi nombre es Luis A. Pérez.  Quedé parapléjico hace 18 años y hace más de 20 no iba a una fiesta de la calle San Sebastián. Muy buena organización para movilizar las personas.  Incluso aquellas con impedimentos como yo que ambulo en silla de ruedas.  Decidí ir por la invitación pública que hizo la alcaldesa Carmen Yulín, de que eran "las fiestas de todos". El domingo 18 de enero me puse en marcha con mi familia hacia La ciudad patria. No obstante me sentí excluido y sin patria; en el momento que necesité utilizar el servicio sanitario.  Ahí caí en cuenta que no eran las fiestas para todos. Los baños portátiles estaban sobre la acera (sin rampa).  Al no poder utilizarlos entré en el cuartel de Bayajá y en el baño para varones no cabía porque la doble puerta no abría una de sus hojas, así pues me dirigí en busca de otro baño. 

El caballero que custodiaba el próximo baño estaba despachando a un ciudadano que deseaba utilizarlo aduciendo que era el baño exclusivo de los artesanos. Cuando el caballero se movió, introduje mi silla de ruedas a través del angosto pasillo entre artesano y artesano y le expliqué mi situación; le explique que no cabía en ninguno de los otros baños y que por mi condición de paraplejia me subía la presión debido a la disreflexia autonómica (condición que tienen todos las personas que sufren de daño al cordón espinal), le expliqué que yo me caterizaba y que tenía mi “kit” conmigo, solo necesitaba una esquinita privada para hacerlo. El caballero que custodiaba el baño me dijo que no me podía ayudar, que no podía utilizar el baño y fue más allá cuando al verme con una cerveza en la mano me invitó a que no consumiera bebidas para que así orinara menos.  Le di las gracias y solo le dije que me conmovía hasta las lágrimas su empatía.

Cuando lo que realmente debí hacer fue, llamar la policía y denunciar la violación de acomodo razonable.  Con la ayuda de una esquina, un paraguas, mi esposa e hijos de 12 y 8 años, imité sin caerme al personaje que corrió por las redes sociales haciendo sus necesidades en público.  Pensé por un momento no escribir ni denunciar al empleado prepotente cuyo trabajo ese día era custodiar la puerta de un baño, pero... ¿a cuantas personas le atropellan sus derechos?, empleados prepotentes que no saben cuántas leyes federales están violando porque tienen un poco de poder ese día.  Ese individuo violó mi derecho a un acomodo razonable para algo tan simple como ir al baño.  Mi intención al exponer este asunto públicamente es que adiestren al personal que va a trabajar con el público en eventos como este para que si sean "las fiestas de todos".

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Luis A. Pérez Rivera – Nació el 16 dejulio de 1971 en Rio Piedras PR. Natural del pueblo de Cataño, donde cursó sus grados primarios.  Finalizó su bachillerato y maestría en la UPR de Rio Piedras. Labora como voluntario en la Asociación de Lideres Escutistas y en la tropa 168.  Es el guionista de la Obra de Semana Santa en el Barrio Amelia.