viernes, 4 de octubre de 2013

Voz esencial de la poesía contemporánea: Elizabeth Cazessús (Segunda Parte)

por Carlos Esteban Cana
Servicios de Prensa Cultural


En esta segunda parte, que publicamos en el hogar cibernético del editor Caronte Campos Eliseos, la Poeta viaja con este servidor a las diferentes instancias que marcan sus libros. Un catálogo marcado insondablemente por el contacto entre naturaleza y existencia; singularizado, sin duda, por su abarcadora visión orgánica y su esencia poética, femenina. 

Con ustedes, una voz esencial de la poesía contemporánea: Elizabeth Cazessús,

Carlos Esteban Cana: Pasemos revista cronológica sobre otros libros de tu catálogo. Comencemos con Ritual y canto, título que se nutre de esos elementos que has ido incorporando a tu propuesta. Ritual y canto fue tu primer libro publicado, en 1994.

Elizabeth Cazessús: Si,  Ritual y Canto fue mi primer libro publicado, mas tenía otro que se habían quedado atrás, inédito, como 20 apuntes antes de dormir que me rechazó la editorial, del ICBC. Esta carpeta de poesía me hizo zarpar, tomar el camino hacia el ritual, es mi hijo preferido porque implicó iniciar la búsqueda por las rutas inexploradas de mi misma y de la tradición mexicana. Reconocer el viaje como una aventura a lo desconocido. Enfrentarme a los elementos rituales y a la naturaleza, conocer la tierra como un gran templo sagrado. Tener una visión del mundo y del universo. Y hacerme  fiel a la cosmogonía de nuestros ancestros. Emprendí  el camino rojo.

CEC: Al año siguiente publicaste 20 apuntes antes de dormir, un libro que de entrada parece un guiño espontáneo y contestatario a cierta poesía amorosa de tradición latinoamericana… Esos apuntes… ¿Cómo se produjeron? ¿En la duerme vela? ¿En medio del insomnio? ¿Por qué 20? ¿Cuáles son los motivos para puntualizar en ellos?

EC: El poema es un cuerpo entero, si no lo es, es porque busca que tú lo seas… 20 APUNTES ANTES DE DORMIR, fue primeramente publicado en la antología de poesía de los premios de Anita Pompa de Trujillo, 1994, le dieron mención honorífica. Este nace de un conflicto, fue mi primer libro escrito en la juventud, y estaba inédito antes de publicar RITUAL Y CANTO. Había dejado de escribir por muchas razones en una etapa adolescente y quemado mis primeros poemas (yo les llamé poemas larvarios). Estos 20 apuntes, se salvaron de esta quema, porque vivían adentro de mí. Este libro se gestó durante el sueño, eran textos que me hacían despertar de madrugada con líneas fijas y con una voz obsesiva que me hacían levantarme a escribir. Eran líneas que  me avasallaban en medio de la noche y el silencio de madrugada. Es el poemario que más rechazos de publicación ha tenido, incluso mío, incluyendo la mención honorifica, una anécdota completamente absurda. Antes de Ritual y Canto, no era mi pretensión publicar. Y más que nada porque no alcanzaba a entender ese fenómeno de la escritura de la sombra. Soy parte de lo que llaman la “Generación del Umbral”, y lo explica muy bien Ana Clavel, en uno de sus ensayos del libro: “A la sombra de los deseos en Flor”. Tampoco sé cómo una llega a pertenecer a cierta generación por lo que escribe, se expresa y tiembla; un hallazgo para mí, pero que reúne ese carácter al que pertenezco, y lo entendí en este ensayo.

CEC: En ese libro incluyes, a modo de brújula para el lector, unas reflexiones de José Antonio Becerra, que al final resultó revelador hasta para la propia poeta.

EC: Ese epígrafe que le puse de José Antonio Becerra, cuando al fin lo publique, me dio la explicación: “El sueño, esa historia sin armas, esa voluntad que es parte de los labios, ese pacto con el corazón más breve a la locura”. 

Había un pacto con la escritura que yo rechazaba, y no entendía. Poco a poco dejé que la tinta fluyera sin ponerle tantas objeciones, o quizá esa voz se intensificó para dar luz a esa fuerza. Para mí eran solo apuntes, no poemas, y fueron veinte porque me fueron dictados. Quizá puedas relacionarlos con 20 poemas de amor y una canción desesperada; más bien serian “veinte apuntes desesperados con luz de madrugada”. Para entonces, había leído a autores latinoamericanos y revivía esa tradición a través de las canciones y las revoluciones latinoamericanas, con dolor y rebeldía ante la injusticia social, quizá por eso encuentres ese guiño contestatario y a la vez amoroso.

CEC: ¿Cómo vez a la distancia, con esa visión que el paso ineludible del tiempo otorga, tus 20 apuntes antes de dormir?

EC: Ese es un texto, ahora que lo puedo ver a lo lejos, que lo sigo amando. La voz que encuentro  en los 20 apuntes: es la de la voz socavada, la de la volcadura interna, la de la auto-represión de los sexos, la de la sombra. En ese tiempo vivía una confrontación frente a la imposición del mundo, el postcolonialismo aberrante y la falta de libertad de una cultura racial y sexista. Fue un poemario a cuenta gotas…

CEC: Déjame citar unos versos contundentes de los 20 apuntes antes de dormir:

La luna enardece tormentas/herida de luz/ árbol talado de mi pecho/ el silencio se anida en su veta ciega/augurio de sal….

CEC: Mujer de sal, del 2000, en cierta forma dialoga con Huella en el agua, del cual hemos hablado. ¿Son libros que el lector los pueda tomar como complementarios o son propuestas digamos, antagónicas?

EC: Huella en el agua viene después de Mujer de Sal, y quizá como un derivado de un encuentro meditado con la sal y el mar, pero con otra intensión. Mujer de sal pertenece a los libros de los rituales, como Ritual y canto, Sartal de la memoria, (inédito). Mujer de sal es un ejercicio más de geometría escénica, el antropomorfismo de la Diosa de la Sal, la búsqueda y la inmersión a la cosmogonía ritual.

La experiencia de Huella en el Agua, fue una experiencia mística en relación a la naturaleza del agua. Hay una obra musical de media hora hecha para este poemario, y lo presenté con orquesta de cámara, en vivo. La poesía es un viaje por las honduras y la sutileza del espíritu de la sangre marina, por las inmediaciones del ser a través de sensaciones y emociones que atraviesan lo desconocido de uno mismo.

CEC: Tengo que repetir esas últimas palabras porque quiero apropiarme de ellas, de lo que comunican, de su sentido… “La poesía (en Huella en el Agua) es un viaje por las honduras y la sutileza del espíritu de la sangre marina”… Y sigues, “por las inmediaciones del ser a través de sensaciones y emociones que atraviesan lo desconocido de uno mismo”…

Es difícil continuar después de tales impresiones, pero sigamos. Más adelante, en el 2006 viajas a los linderos oníricos y estructurales en Casa del sueño… Que ocurrió en la vida de la autora durante esa etapa que dio un cauce algo diferente a su obra.

EC: Aquí hubo un impasse del 2000 al 2006, deje de publicar pero no dejaba de escribir; afiancé mi vida personal y profesional. Sin embargo, con Casa del Sueño, el erotismo llegó con sus mareas y mi vida empezó a fluir, los sueños dejaron de ser pesadillas, hubo una liberación de imágenes, ritmo y sensualidad. Era el cuerpo de palabras, la poeta que había en mí aceptándose en plenitud, con más elementos artísticos asimilados en la escritura. Desde Huella en el Agua yo sentí este cambio, en mis textos estaba la danza de las olas, la música, la lectura apasionada,  enarbolados por la tinta de un sol en el horizonte.

Algo que me parece bueno aclarar con esta pregunta, es que una de mis intenciones era hacer cuatro primeros libros de los cuatro elementos, como parte de los rituales de la vida. Ritual y canto, era para mí un canto a la Tierra madre, luego tengo el de la sal, que se apropió de mí antes que el del agua; y del aire que sigue inédito. El del fuego aún no lo escribo.

CEC: Me da la impresión que los últimos dos libros que publicas durante la pasada década, permitieron que tu poesía -que se había difundido mediante tu participación en eventos internacionales- fuera más conocida en el hemisferio. Lo menciono porque compañeros escritores de diversas latitudes latinoamericanas, en varias ocasiones han compartido conmigo sus impresiones acerca de Razones de la dama infiel (2008) y No es mentira este paraíso (2009). Obras que evidentemente no dejan indiferente a quien se acerca a sus páginas.

EC: Tienes razón,  mis últimos libros han viajado por distintas latitudes. Pero una sigue sin saber que destino tendrán los libros. La poesía es la creación, el poema es lo escrito, la poética es la búsqueda… Al primer encuentro internacional que participé fue el de MUJERES POETAS EN EL PAIS DE LAS NUBES, y tuve el gusto de conocer poetas entusiastas y promotoras de encuentros en sus países.

Después de Oaxaca, visité Puerto Rico, luego Cuba y Chile… Así fui saliendo de mi país; otro de los sueños inesperados para mi vida. A Oaxaca, llegué con Mujer de Sal, a otra tierra de salinas y mar y raíces profundas y costas hermosas; por siempre será la tierra mágica por excelencia, y una puerta al mundo para mi vida.


** Lea la primera parte de la entrevista a Elizabeth Cazessus en: Confesiones **

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Carlos Esteban CanaComunicador y escritor.  Nació en Bayamón, Puerto Rico, pero se crió en el pueblo costero de Cataño.  Fundador de la revista y colectivo TALLER LITERARIO, publicación alternativa que marcó la última década de creación literaria boricua en el siglo XX.  Ha trabajado en el Instituto de Cultura Puertorriqueña como Coordinador Editorial, Director de Prensa para la V Feria Internacional del Libro de Puerto Rico y como Coordinador de Medios para el Encuentro de Escritores De-Generaciones.  Su periodismo cultural ha sido publicado en periódicos y publicaciones como Dialogo, Cayey, CulturA, El Nuevo Día, y Resonancias, entre otras.  Fue parte del colectivo El Sótano 00931.  Colaboro con el poeta Julio Cesar Pol, junto a Nicole Cecilia Delgado y Loretta Collins, en la antología Los Rostros de la Hidra.  

Su periodismo cultural es reproducido en diversos espacios y bitácoras cibernéticas, con columnas como: Breves en la cartografía cultural; Aquí allá y en todas partes; Crónicas urbanas y el boletín En las letras, desde Puerto Rico, en bitácoras como Confesiones, Sólo Disparates: buscando la luz al final del túnel, Panaceas y placebos, Boreales, Revista Isla Negra y en periódicos como El Post Antillano.  Tiene tres libros publicados: Universos (micro-cuentos); Testamento (antología poética; una selección de 46 cuadernos) y Catarsis de maletas (cuentos).  Actualmente reside en la ciudad de Nueva York y desarrolla la plataforma multi-mediática Servicios de Prensa Cultural.  Para Carlos Esteban Cana profesar creación y cultura es como recibir oxígeno; vehículos que le permiten ejercer su libertad.

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