viernes, 10 de mayo de 2013

En las letras, desde Puerto Rico: canto a la madre, en voz de un clásico

por Carlos Esteban Cana

En una reciente edición de En las letras, desde Puerto Rico, compartí con los lectores dos piezas de poetas contemporáneas que rendían homenaje al arquetipo materno.  Ahora, en esta entrega, y en esa misma dirección, compartiremos ese mismo tributo pero en voz de un escritor clásico de las letras puertorriqueñas. Me refiero al autor de Vendimia, Almacén de baratijas y Motivos de Tristán, el poeta y traductor, José Antonio Dávila.

De la creatividad e ingenio de este poeta boricua, compartimos en el hogar cibernético del amigo editor y escritor, Caronte Campos Elíseos, ese canto hacia la figura materna, el famoso poema, Carta de recomendación.  Que lo disfruten.

Carta de recomendación
  
                      


  (Al Señor Propietario del Universo)


Señor:

En breve llegará a tu cielo
una tímida y dulce viejecita;
los lirios de los años floreciendo en su pelo,
y el rostro sonreído como una margarita.
Es la más hacendosa en la colmena
donde por todos se ha sacrificado;
y es tan buena, tan buena...
tal como el pan que a todos nos ha dado.

En tu casa, Señor, con su plumero
y su invariable pulcritud a tono,
sacudirá ese polvo de lucero
que empolve el mobiliario de tu trono.
Le dará cuerda al Tiempo; traerá flores
de tu jardín y frutos de tu viña,
y pintará de fresco los colores
del arcoiris, cuando se destiña.
Pulirá los metales de la luna;
limpiará los fanales que tiene tu palacio,
y tenderá a secar, una tras una,
las holandas de nube en el espacio.

Le cambiará la mecha a los faroleso
de la Vía, y asiendo sus peinetas,
trenzará las melenas de los soles
y la rebelde crin de los cometas.
Tu té, de flor de algún celeste tilo,
te hará en noches de Invierno, cuando nieva;
y en tiempo de vendimia, pondrá un filo
a la hoz de argento de la luna nueva.


Zurcirá desgarrones
en la túnica de los serafines,
y traerá las esponjas y jabones,
a la hora de bañar a los querubines.
Te bordará en la almohada del nimbo más mullido,
con una hebra de sol, tus iniciales,
para que te eches cuando estés rendido
por tus preocupaciones inmortales.

Así ha sido acá abajo: nunca escasa
de sí misma en el bien de dicha ajena;
en la más abnegada de la casa
y la más hacendosa en la colmena.

Y así será allá arriba: en lo que pueda
hacer por otros, no andará remisa.
Ponla a sueldo, Señor, de una moneda:
la moneda de luz de tu sonrisa.

Su bien cual su limpieza, penetra en los recodos
más ocultos del alma o la memoria;
solear, mullir el bienestar de todos
es lo que ella ha tenido como gloria.

Si recorriendo un día tu reinado
sorprendes en su cara la fatiga
y ella te dice que aún no se ha cansado,
¡no le creas, Señor, lo que te diga!

                                             José Antonio Dávila


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Carlos Esteban Cana – Escritor y comunicador puertorriqueño.  Ha cultivado el cuento, el micro-cuento, y la poesía.  Actualmente, sin embargo, se ocupa de darle forma a sus dos primeras novelas y a un volumen de ensayos.  Colaborador de varias publicaciones impresas y cibernéticas, en Puerto Rico y otros países.  Bitácoras y publicaciones alrededor del planeta, como Confesiones, del narrador Ángelo Negrón, reproducen su boletín “En las letras, desde Puerto Rico”.  Para el periódico cibernético El Post Antillano también publica su columna “Breves en la cartografía cultural”.  En verano del 2012, Carlos Esteban publica Universos, libro de micro-cuentos bajo el sello de Isla Negra Editores.  Otros dos libros aparecerán durante el presente semestre.  El primero titulado “Catarsis de maletas: 12 cuentos y 20 años de historia”, ofrece una vista panorámica de una pasión que el autor ha desarrollado, por cuatro lustros, en el género del cuento.  “Testamento” es el segundo de los libros mencionados, poemario antológico que reúne lo más representativo de su poesía; género del que Cana manifiesta: “Fue la propia poesía que me seleccionó como medio, como intérprete”. Cana es conocido además por haber fundado la revista y colectivo TALLER LITERARIO, que marcó la literatura puertorriqueña en la    última década del siglo XX en Puerto Rico.  Actualmente participa en actividades y proyectos multiculturales en la Ciudad de New York.

martes, 7 de mayo de 2013

El regreso

por  Luis A. Pérez Rivera


         
El frio calaba los huesos, a pesar del tumulto del cuarto.  Las narices rojas goteando, los ojos hinchados y los labios enmudecidos.  El elocuente silencio impregnaba las paredes del lugar y las miradas solo observaban su yo interior.  No me atrevía mirarle su frágil cuerpo, su cara con la boca y los ojos tan abiertos y plegados por donde se escapaba la vida.  Su respirar entrecortado, mostraba el dolor que el cuerpo debe soportar.  Era la última de 10 diez hermanos, tenía 85 años.  Se sentía sola, pues no quedaba nadie de su tiempo, me había dicho cuando aún podía hablar.   Ahora, apenas unos gruñidos salían de su boca para llamar la atención cuando necesitaba agua o que la cambiaran de posición.

Los presentes trataban que sus ojos no se cruzaran con los de ella.  Transmitían dolor, angustia y desesperación.  Eran los emisarios de lo que sentía.  La miré fijamente tratando de absorber su dolor, quitarle aunque fuera por unos segundos la agonía que vivía, y una lagrima, solo una, resbalo por su mejilla.  La luz del cuarto se reflejó en la gota que descendía y cual gigante espejo, atrapó y multiplicó la luz del lugar, segándome parcialmente y transportándome a sus años más felices.

Su cuerpo se achicó, la cama desapareció.  Las paredes de concreto se esfumaron mostrando el verdor del campo.  Su cuerpo, antes en posición fetal, se incorporó.  Yo absorto ante esa transformación quedé sin habla; ella corrió hacia mí, trate de detenerla para que no me tumbara cuando su cuerpo atravesó el mío.  Riendo y con el brillo de la vida en sus ojos, volteé y espantado por lo ocurrido observé como el camino era de tierra y el polvo se levantaba con cada paso que daba.  Los arboles a cada lado del camino presentaban una sombra perfecta.  Y la fresca brisa movía las miles de hojas que construían el túnel del camino en el que nos encontrábamos. 

Nadie me veía, era como un fantasma del futuro en tiempo pasado.  Todo era a color, no como en las fotos donde solo se ve blanco y negro. Las cosas viejas se veían muy nuevas, las carretas, las casas y la gente.  Le seguí hasta la parte posterior de un ranchón enorme de donde sacó de debajo de las escaleras una lata y de ahí sacó una caja.  Al abrirla tomó un lápiz labial, trapo y unos tacos.  Cuidadosamente mirándose en el reflejo de la lata se pintó los labios, se colocó el trapo en los senos y se puso los zapatos de tacón alto.


Luego, con aires de gente grande caminó por la acera y entró en la fábrica de tabaco. Se dirigía a su empleo, era su segundo día de trabajo; tenía 12 años.  Era un espacio enorme, muchas mesas y sillas ocupadas por mujeres principalmente que, ante la crisis tenían que completar el sustento en el hogar.  En la pared del frente había un calendario con un 16 en rojo.  El 16 de julio de 1929.  Presurosa se sentó cuando Don Roberto le llamó y con el ceño fruncido le preguntó:

             - ¿Qué edad tienes?, preguntó Don Roberto.

- 19, respondió.

- ¿Sí?, Mira no me molesta que quieras trabajar, pero no mientas. Te daré otra oportunidad. ¿Qué edad tienes?

- Con la mirada hacia el suelo susurró, 12.

- No puedes, trabajar.

- Pero, Don Jacinto me dejó, el me vio ayer y le parecí grande, además, lo necesito. Usté sabe. De que me voy a alimentar.

- Mira niña, Jacinto es un viejo sentimental y si fuera por él les pagaría aún sin trabajar.  Además, si los inspectores te ven; me cierran la fábrica. Hagamos algo, quítate el montón de pintura que tienes en la cara y bájate de esos zapatos que son más grandes que tú y toma la lata de donde los sacaste, la llenas de agua y la colocas al lado de tu lugar de trabajo. Si vienen los inspectores te pones a repartir agua. ¿Está bien?

Sus ojos se iluminaron, tenía el trabajo.  Corriendo hizo lo que Don Roberto le dijo y se sentó a despalillar tabaco.  Mientras Don Roberto caminaba cruzó miradas con Jacinto y entre sonrisas y un guiño de ojos, sellaron la complicidad de que aun violando la ley sabían que hacían lo correcto.



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Luis A. Pérez Rivera – Nació el 16 dejulio de 1971 en Rio Piedras PR. Natural del pueblo de Cataño, donde cursó sus grados primarios.  Finalizó su bachillerato y maestría en la UPR de Rio Piedras. Labora como voluntario en la Asociación de Lideres Escutistas y en la tropa 168.  Es el guionista de la Obra de Semana Santa en el Barrio Amelia.

martes, 30 de abril de 2013

Testamento

En Solo Disparates nos sentimos orgullosos de poder presentarles, a ustedes nuestros fieles lectores, la obra más reciente de uno de nuestros colaboradores más asiduo.  

Carlos Esteban Cana estrena, Testamento, una selección personal de poemas, donde nos hereda una valiosa parte de su caudal poético.  De más está decir que, esta antología de poesías es una pieza esencial en nuestra propia colección de libros. 




Disponible en Publicaciones Gaviota
Librería Norberto González, en Río Piedras.




jueves, 25 de abril de 2013

Educar con valores: Un reto mayor cada día

por Mariella Rivera



Le agradezco a Caronte Campos Elíseos la oportunidad que me brinda de compartir  en su blog Solo-Disparates un poco de mis pensamientos.  Estoy muy lejos de ser escritora, realmente muy lejos. Lo que sí soy, es una profesional que lucha cada día por el bienestar de su familia, lo cuál en este País, cada día se hace más difícil. Como madre, me preocupan muchos temas que pueden afectar el futuro de mis hijos.  Si los discutimos todos, nunca terminaríamos.  Entiendo que la mayoría de ellos son consecuencias de la falta de valores que aquejan nuestra Isla, y me atrevería decir que al Mundo entero.  Por lo tanto voy a enfatizar en esto último.

Recuerdo cuando en Puerto Rico reinaba la hospitalidad, el respeto y la consideración.  En muchos hogares se podía dormir con las puertas abiertas, existía la confianza en nuestros semejantes, la camaradería y muchas otras buenas características.  Se les enseñaba a los niños como actuar correctamente.  Cosas tan básicas, como a saludar cuando se llegaba algún lugartratar con respeto a los demás, entre otras. Que conste que soy una mujer joven, al menos eso me creo, así que no ha pasado mucho tiempo de eso.  Entonces, ¿qué nos pasó?

Todo ha cambiado radicalmente en los últimos años.  Lo triste es que no ha sido para mejorar, al menos en lo que respecta a este tema.  No voy a entrar en el asunto de cómo el sistema ha influenciado grandemente en detrimento de nuestra cultura y salud social.  Tampoco en como nos afecta el cambia y cambia cada cuatro años, con nuestros gobernantes enfocados en sus intereses personales, dejando a un lado el bienestar del pueblo.  Más bien, voy a apelar a la responsabilidad y deber que tenemos cada padre y madre, de no permitir que nuestros hijos se contaminen, en darles las herramientas necesarias para que sean personas de bien y de provecho, en brindarles el escudo para que sepan protegerse de los males actuales que aquejan a nuestra sociedad enferma.  En mi humilde opinión, si cada hogar se enfocara en esto, el futuro que les espera a nuestros hijos sería mucho más alentador de lo que se vislumbra.  Pero, ¿como controlamos lo que nuestros niños aprenden fuera de los hogares?  ¡Ahí se encuentra el verdadero reto!



Hoy día, en la mayoría de las familias, ambos padres se ven en la obligación de trabajary nuestros retoños pasan la mayor parte del tiempo fuera de nuestros hogares.  Si no les reforzamos la buena educación y ni le inculcamos valores, la posibilidad de que se nos pierdan en el camino va a ser mucho mayor.  No soy doctora en salud mental, ni terapista de familia, pero puedo compartir algunos consejos que mi esposo y yo integramos y/o intentamos implementar en nuestro hogar con el fin de crear una base suficientemente fuerte, como para que nuestros dos niños se puedan desenvolver exitosamente como personas de bien.

  • Dios es el centro del hogar: Enseñarles valores cristianos, amar y respetar a Dios.  Orar en familia. Fomentar la Fe en Dios.

  • Brindarles mucho amor: Recordarles, cada vez que tengamos la oportunidad, cuanto los amamos y lo importantes que son en nuestras vidasaún cuando estemos enojados con ellos. El hecho de que estemos enojados o que los disciplinemos, no quiere decir que haya falta de amor, sino todo lo contrario. Porque los amamos, es que los corregimos, y debemos asegurarnos de que ellos así lo entiendan.

  • Dedicarles tiempo: Aún con el ajetreo diario, tenemos que hacer un esfuerzo por ofrecerles tiempo de calidad.  De lunes a viernes es mucho más difícil, llegamos tarde a la casa y para colmo a realizar miles de tareas.  Es por esto, a pesar de las muchas críticas de familiares y amistades, practicamos el colecho y crianza de apego Intentamos disfrutar de nuestros hijos y que ellos disfruten de nuestra atención cada minuto libre.  Hacemos todo lo que podemos junto con ellos.

  • Estar atentos a sus estudiosVerificar todas sus libretas diariamente, estudiar con ellos, buscando la manera más agradable y divertida para que aprendan sin que el momento se convierta en una tortura.  Mantener una comunicación estrecha con los maestros y personal de la escuela.  Apoyarlos y reconocerle todos sus logros.

  • EscucharlosEs importante estar atentos a lo que nos dicen, esto nos ayuda a entender que tienen en sus mentecitas y de esta manera los podremos comprender mejor.  Incluso, si escuchamos algo que no es de nuestro agrado, nos da la oportunidad de aprovechar la ocasión para dirigirlos y/o corregirlos.  Teniendo precaución de no perder la confianza que nos tienen de contarnos sus cosas.  Sí, confianza, no nos cansamos de recalcarles que nos deben tener la confianza de contarnos TODO, sin importar las posibles consecuencias.

  • Contestar sus preguntas: En ocasiones, nos hacen preguntas difíciles de responder de acuerdo a sus edades y nos da mucha tentación de evadirlas y/o desviar el tema.  La verdad es que debemos mostrarnos calmados, aunque por dentro estemos escandalizados, y contestar lo mejor que podamos, asegurándonos de no dejarlos con dudas.  ¿Quien mejor que tu para responder Es peor que busquen las respuestas fuera de tu hogar.

  • Disciplina positiva: La disciplina postiva es educar con amor, dignidad y respeto. Es corregir a tus hijos sin violencia, utilizando el refuerzo positivo. En la práctica, esto no es fácil, en ocasiones nuestros      niveles de “stress” nos traicionan. En momentos de mucha tensión le levantamos la voz a nuestros hijos por alguna mala conducta, pero una vez nos percatamos, inmediatamente debemos modificar nuestra actitud.  Es estar conscientes de que nuestros hijos no tienen culpa alguna de las situaciones díficiles que afrontamos durante el día.

  • Evitar discusiones en su presencia: Las diferencias entre mamá y papá, se resuelven entre la pareja. Debemos ofrecerles a nuestros niños un lugar lleno de armoníay de presentarse algún conflicto que se deba resolver en el momento, hacerlo de una manera cordial y con respeto.

  • Apoyarlos en sus intereses: En la manera que el tiempo y el dinero lo permitan, es bueno apoyarlos en las actividades de su interés: baloncesto, música, bailes, arte, etc.  Es mejor mantenerlos ocupados en actividades que los ayuden en su desarrollo.  El aburrimiento es amigo del ocio, juntos traen malas costumbres.

  • Darles un buen ejemplo: No somos perfectos, pero debemos estar muy pendientes que nuestras acciones no contradigan lo que les enseñamos.  Los niños aprenden mucho más por lo que ven que por lo que escuchan. ¡¡Y creánme, que si ven algo que no les hace sentido con lo que les has enseñado, no van a dudar en cuestionarlo!! Un ejemplo simple: “Si el refresco hace daño, ¿porqué estás tomándolo?”

Estos son algunos ejemplos de nuestra filosofía de crianza, con el propósito de educar a nuestros hijos con valores, a pesar de lo retante que se hace día a día en nuestra sociedad.  Confío que con la ayuda de Dioslo estemos haciendo bien.


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Mariella Rivera – Nació en el Brooklyn, New York.  Criada en Cataño, Puerto Rico, donde recibió su educación hasta la secundaria.  Egresada de la Universidad de Puerto Rico, donde obtuvo su Bachillerato en Administración de Empresas con una concentración en Recursos Humanos.  Con una experiencia de casi diez años, actualmente se desempeña como administradora y gerencial en la industria de la arquitectura.