lunes, 8 de junio de 2015

En las letras, desde Puerto Rico: “La respiración del silencio”: el buen camino de Astrid Lander (Segunda parte)

por Carlos Esteban Cana

Si algún lugar del planeta ha recibido con los brazos abiertos la presencia y obra de Astrid Lander, ese lugar -ese Archipiélago en nuestro caso- ha sido Puerto Rico. Sus visitas siempre han dejado surcos de intercambio con sus colegas boricuas, entre l@s que se encuentran Mairym Cruz Bernal, Mayda Colón, Stefan Antonmattei, Yolanda Arroyo Pizarro, Walberto Vázquez, Zulma Oliveras y Kattia Chico.

Sus visitas a diversos eventos culturales han sido la situación de turno para continuar con interesantes conversaciones. En las mismas despunta siempre la noción cabal del oficio, la búsqueda incansable de la belleza, y el sentido de solidaridad. Y es que Astrid siempre nos ha dejado, a quienes habitamos estas costas caribeñas, lecciones de sensibilidad e introspección, esas columnas esenciales que permiten oxigenar el Ser.

Sirva esta parte final de nuestra tertulia de turno para que, de un modo u otro, sean ustedes, estimados lectores de “Buscando luz al final del túnel”, partícipes de lo anterior. 

No queremos concluir sin agradecer al editor de este espacio, Caronte Campos Eliseos, la publicación de esta entrevista. De igual manera extendemos el agradecimiento al escritor Angelo Negrón por reproducir la primera parte. Y, de manera especial, a la escritora venezolana Astrid Lander por permitirme continuar indagando en su universo creativo.

Ahora le dejamos a la poeta la palabra. 

“La respiración del silencio”: el buen camino de Astrid Lander (Segunda parte)

Carlos Esteban Cana: Hay quienes piensan que las mejores páginas salen de situaciones extremas o dolorosas... ¿Qué piensas al respecto?
Astrid Lander: Cada vivencia que vive el ser humano es válida para ser susceptible de escribirla. Porque se trata del alma, de lo que nos iguala, lo que nos une como ser humano. Se trata de apuntar y dar con ello. 

Carlos Esteban: Otros esgrimen la tesis de que ese periodo nocturno y sinuoso de los sueños, abona para la creación ¿Será valioso ese universo onírico para crear?...
Astrid Lander: Es un clásico nutrirse de los sueños, de las fantasías para crear, lo surrealista de aprovechar el inconsciente. Usarlo, sí, como delirio, como necesidad expresiva, como imágenes poderosas, enriquecedoras, como significantes de lo que se escribe. 

Carlos Esteban: ¿Hay algo que no te gusta o disfrutas del oficio, de ser creadora?
Astrid Lander: Cuando termino de escribir el libro, por mi parte ya está listo, pero hay que salir a buscar cómo publicarlo, diligencia que no me gusta para nada.

Carlos Esteban: Prefieres escribir o crear todas las semanas o tienes periodos voluntarios de silencio artístico...
Astrid Lander: Es mi hábito escribir diariamente en horas matutinas, así sea como ejercicio, como calentamiento. Es una necesidad, cuando no escribo, siento que me falta algo, ese algo se cubre al leer o escribir.

Carlos Esteban: Otros teóricos del proceso creativo, o incluso artistas, manifiestan que el creador es un medio, una especie de antena o médium por el que desemboca la creación. ¿Concurres con esa idea?
Astrid Lander: El escritor ha de dar la palabra necesaria. La poesía que acomete y repone a la palabra en su valor de composición del mundo, de recitación del espíritu de la humanidad. Hallar la entonación que permita enfocar la pureza de ser humanos a un sentir que nos amplíe y englobe. Con fe en el sorpresivo detalle de la transparencia y la reconfirmación de que el amor sí tiene cabida para celebrar la vida. Ahí es donde marca su latido la poesía redentora, la que alivia, la que recuerda la felicidad en medio de la tristeza. 

Carlos Esteban: Astrid, ¿a qué aspiras con tu arte?
Astrid Lander: A que para cada quien haya un poema que le aguarde, para que le responda, le pertenezca. A eso aspiro, a que un poema mío le sea adjudicado a alguien.

Carlos Esteban: Cuáles han sido los libros más significativos, esas obras –de cualquier disciplina- que ocupan un lugar de privilegio en tu biblioteca...
Astrid Lander: Hay todo un repertorio de obras artísticas que me estimulan, es difícil enumerar por aquello de ceñir, mas puedo nombrarte los poemas de Borges, las pinturas de Dalí, la música de la Flauta Mágica de Mozart, hay tantas maravillas del arte, de la escritura. Ah, y me deleitan los diccionarios. 

Carlos Esteban: A veces, como autor, tenemos un aprecio particular por un libro de nuestra autoría... ¿Cuál de tus libros o cuadernos propios merece tal aprecio?
Astrid Lander: El aprecio es al poemario Buen Camino, el cual le agradezco a los amigos escritores puertorriqueños que haya salido a luz, a ti, a Mairym Cruz Bernal, a Mayda Colón, a Stefan Antomattei, a quienes estaban en el taller de Mairym y me escucharon leer unos poemas que escribí mientras recorrí el Camino de Santiago y fueron ustedes quienes me dijeron que allí había un libro para publicarlo. La sonrisa que siempre les saco cuando les leo el ‘poema del caballo’, como lo llaman, eso se los agradezco. Y ahora ya ves, ese poemario está traducido al gallego, al portugués, (está publicada una edición trilingüe), también traducido al catalán y alemán, y son traducciones hechas por poetas que generosamente, por propia iniciativa me han dado ese regalo. 

Carlos Esteban: En una sociedad tecnológicamente globalizada con redes cibernéticas y teléfonos inteligentes y espacios en la Web como Youtube... ¿Crees que tales ‘herramientas’ colocan en ventaja de exposición a los autores actuales?... En tu caso, esos recursos, han sido útiles...
Astrid Lander: Claro, son utilísimos en cuanto a la comunicación instantánea con el mundo y eso es vital para un escritor porque no puede estar ajeno a lo que sucede afuera y apoyo la multimedia para la creación, mas que no se te vaya de la mano, que siempre prevalezca lo unplugged, que no se pierda la naturalidad, la intimidad. 

Carlos Esteban: ¿Cuál, entiendes, es el mayor reto que tiene de cara un autor en el futuro?
Astrid Lander: La lectura de poesía: La cuestión es atraer hacia la lectura, que comprueben la potencialidad de la poesía, el conocimiento sensible que se halla en la matriz de la poesía; la sabiduría concentrada en la experiencia de un verso, de un poema, de un poemario. Es apreciar los poemas que te ofrecen una lección de vida, porque leer un poema es catalítico de los sentimientos, es un animado abrazo poético ante tanto fuego cruzado. El mayor reto está en que cada una de las personas asuma que lo que se halla en los buenos libros es una manera de revivir el mundo y sentir la palabra armónica que ausculta y transforma a bien. 

Carlos Esteban: Y para finalizar, Astrid... ¿Qué te ocupa en estos momentos? ¿En qué linderos artísticos pernocta actualmente la creadora que eres?
Astrid Lander: Siempre ha de haber un proyecto que te mantenga vital. Ahora mismo quiero plantearme sacar una antología de mi poesía, reunir los poemas que he escrito desde que me inicié, los poemas que me satisfacen y visualizar así los que expresan mi voz. En eso ando. A la par puliendo poemas inéditos. Y sigo con mis talleres, ya me tocó la hora de orientar a las nuevas generaciones acerca del oficio de la escritura literaria. 

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Carlos Esteban CanaComunicador y escritor.  Nació en Bayamón, Puerto Rico, pero se crió en el pueblo costero de Cataño. Fundador de la revista y colectivo TALLER LITERARIO, publicación alternativa que marcó la última década de creación literaria boricua en el siglo XX.  Ha trabajado en el Instituto de Cultura Puertorriqueña como Coordinador Editorial, Director de Prensa para la V Feria Internacional del Libro de Puerto Rico y como Coordinador de Medios para el Encuentro de Escritores De-Generaciones.  Su periodismo cultural ha sido publicado en periódicos y publicaciones como Dialogo, Cayey, CulturA, El Nuevo Día, y Resonancias, entre otras.  Fue parte del colectivo El Sótano 00931.  Colaboro con el poeta Julio Cesar Pol, junto a Nicole Cecilia Delgado y Loretta Collins, en la antología Los Rostros de la Hidra.

Su periodismo cultural es reproducido en diversos espacios y bitácoras cibernéticas, con columnas como: Breves en la cartografía cultural; Aquí allá y en todas partes; Crónicas urbanas y el boletín En las letras, desde Puerto Rico, en bitácoras como Confesiones, Sólo Disparates: buscando la luz al final del túnel, Panaceas y placebos, Boreales, Revista Isla Negra y en periódicos como El Post Antillano.  Tiene tres libros publicados: Universos (micro-cuentos); Testamento (antología poética; una selección de 46 cuadernos) y Catarsis de maletas (cuentos).  Actualmente reside en la ciudad de Nueva York y desarrolla la plataforma multi-mediática Servicios de Prensa Cultural.  Para Carlos Esteban Cana profesar creación y cultura es como recibir oxígeno; vehículos que le permiten ejercer su libertad.

jueves, 21 de mayo de 2015

Isla del Cannabis

por  Caronte Campos Elíseos


Luego de unas merecidas vacaciones, donde todo este tiempo disfruté a solas de mis depresiones, estrés postraumático, recuerdos de mi crianza difícil, y toda suerte de estresores violentos, he regresado cual hijo prodigo.  Debo confesar que aunque siempre he sido un fuerte crítico de las hazañas y patrañas gubernamentales, en esta ocasión me ha tocado rendir mis honores y extender mis felicitaciones al gran y excelso gobernador de Puerto Rico.  Con su última decisión de aprobar el uso del cannabis o como se conoce comúnmente por esos lares, la Marihuana, se ha ganado mis respetos.  Y no solo por los beneficios que esto implica para todos los pacientes de cáncer y otras enfermedades en la isla, sino por todas las ventajas que trae por carambola para el resto de la población.  Me parece, y creo que todos los lectores estarán de acuerdo conmigo en esto, que el gobierno dado un paso gigantesco hacia el futuro colocando la isla a la vanguardia de las américas.  No únicamente por lo que la orden en si misma conlleva, sino también por convertirse en un gobierno que piensa y actúa en pos del bien común de todo el colectivo y en el bienestar de todos y todas sus constituyentes.
 
Admito que al principio me encontraba un poco reacio y con muchas dudas sobre  la efectividad de la aprobación de esta clase de productos.  No sabía cuál era la verdadera intención detrás de esta movida.  Llegué a pensar que la única razón que tienen los legisladores usuarios es no tener que realizarse pruebas de dopajes que arrojen resultados positivos, y esto les cueste sus lucrativos puestos.  Mi carácter escéptico me lleva a dudar de todo y de todos.  Así que decidí ponerlo a prueba.  En vista de que no encontré a nadie dispuesto a ayudarme con mi primera receta, me tome la libertad e iniciativa de ir en busca de algún genérico, bioequivalente, o en su lugar, algún sustituto.  Para esto me fui por esos pueblos costeros que se niegan a morir, donde conozco de muy buena tinta, abundan estos productos.  Llegué a mi casa con las dosis recomendadas por los farmacéuticos sin licencia de los puntos de ventas estratégicamente ubicados.  Mientras me administraba las primeras dosis, pensaba en lo audaz del gobierno en aprobar una medida que a todas luces, beneficiará al 100% de la población, exceptuando a los menores de edad que por razones obvias pueden tener contraindicaciones.

No tardaron mucho en hacer acto de presencia los efectos de los productos que me proveyó aquel jovencito, que aunque por su corta edad no puede consumirlos (como ya mencionamos), se encarga de distribuirlos a sus clientes satisfechos.  Comencé por sentir una sensación de euforia y alegría desmedida; luego sentí deseos de correr, gritar, brincar, y hasta bailar; me sentía sobre-excitado y emocionado, hasta pensé en salir a buscar compañía de alguna proxeneta.  Tiempo más tarde, tantas emociones me dejaron hambriento, exhausto y atolondrado.  Las dudas en mi cabeza sobre las motivaciones del gobierno, se fueron disipando como el humo.  Después de tan largo viaje, puede ver la luz al final del túnel.  Divagando todavía entre el cansancio físico y mental, entendí las verdaderas intenciones de nuestro honorable gobernador. 

A todas luces, la maquinaria de asesores y publicistas con gran experiencia en sustancias psicoactivas, encontraron la manera de introducir nuevas legislaciones y conseguir el apoyo de la inmensa mayoría de los puertorriqueños.  Induciendo al pueblo al consumo legal de tales derivados, garantizan el triunfo de todos sus entuertos sobre nuestro exiguo razonamiento y escaso sentido común.  De que otra forma, si no es bajo los efectos de algún agente psicotrópico, pudiera este país aguantar y sobrellevar las vicisitudes de una política partidista oportunista.  Claro, los de cuello blanco saben que solo cayendo en un perenne, pero placentero arrebato mafutero, pueden pasarnos gato por liebre.  Ciertamente, la única manera de que un país se convierta en cómplice de su propia desgracia, y consienta: una deuda pública sideral, una quiebra financiera, unos servicios mediocres, exceso de medidas impositIVAs, el disloque del sistema educativo, el hundimiento de las corporaciones públicas para venderlas a buitres extranjeros, las escoltas millonarias para los responsables de la miseria colectiva, los fondos millonarios para las fundaciones fantasmas de estos personeros, la eutanasia del sistema de salud, un sistema judicial politizado hasta la medula, el nepotismo burdo, la corrupción corrosiva, entre otras minucias; es con la modificación de su sistema de neurotransmisión.  Es decir, inhibiendo o modificando su actividad mental (si alguna).

He llegado a la conclusión de que la medida es buena.  Tiene el efecto anestésico que necesitamos para no sentir las veces que nos violan y sodomizan con infinidad de leyes absurdas; nos mantiene hipnotizados mientras nos saquean los bolsillos; e inhibe el orgullo boricua mientras destruyen el país.   Adicionalmente, provee para que todo aquel que prefiera vivir en la enajenación intelectual voluntaria (como yo), no se sienta aludido ni culpable y mucho menos responsable por votar por ese enjambre de incompetentes.  Agotado por tanta reflexión humo-tivadora, fui a darme una ducha.  Tanto esfuerzo mental hizo que sudara las pocas neuronas que me quedan.  Sorpresa me lleve al abrir todas las mezcladoras de la casa, y notar que de ninguna de ellas salía gota de agua.  Recordé que el gobierno ya había declarado la sequía anual. Corrí sin más a darme otro “pasesito” justo y necesario.  ¿De que otra manera puede un isleño sobrellevar que en una isla (rodeada de tanta agua), todos los años se racione el preciado líquido por escasez, sin que el gobierno posea un plan correctivo a corto y largo plazo? Con todo a mi alrededor dando vueltas, llega a mi mente este último pensamiento: “Pido que nuestro gran y nunca bien ponderado gobernador, tenga la oportunidad y el tiempo necesario para culminar la transición y cambio de imagen nacional, pasando de ser la Isla del Encanto a la Isla Estrella, y muy pronto, a la Isla del Cannabis.  Que así lo ayude dios”.

¡Levántate y anda!  


miércoles, 1 de abril de 2015

Juglares Apócrifos

por  Caronte Campos Elíseos


Para mi sorpresa, después de aquella experiencia del tercer tipo con aquel ente viril y su diatriba en contra del IVA, el protagonismo del impuesto en la opinión pública, ha disminuido.  No hemos de extrañarnos, si es harto conocido que somos un pueblo de memoria corta (al menos yo si lo soy), lo que en tiempos modernos se ha diagnosticado como Alzheimer Nacional.  Históricamente nos han ofuscado con toda suerte de patrañas mediáticas para distraernos de todo tema relevante y vital.  El estatus políticos, la ciudadanía americana, el español y el inglés como segundo idioma, los días feriados y más recientemente el chinkungunya, son solo algunas de las artimañas del sistema para polarizar nuestra atención. 

Siempre estás tretas han sido muy efectivas en nuestra mentes y débiles corazones (al menos el mio).  Pero en estas últimas dos semanas, nos han bombardeado con una de mis favoritas, los juglares apócrifos.  En nuestra parsimonia y con nuestra voluntad inerme, estos personeros se prestan para entretenernos mientras las cosas de envergadura suceden tras las cortinas de humo.  En esta ocasión no estoy haciendo referencias a Maripily, Shalimar, Carlos Arroyo ni a El Molusco.  Estoy hablando de los casos particulares de Alexandra Lúgaro y Reinaldo Ríos.  Con sus espectáculos circenses en los principales “medios de información masiva”, lograron captar la atención de la mayoría de la población.  Dándole así el espacio y la sombra necesaria a nuestros senadores y representantes, para pasarnos gato por liebre nuevamente.

Mientras estos emisarios realizaban sus actuaciones, malabares y representaciones ante las cámaras, los legisladores nuestros hacían lo que mejor saben hacer… embaucarnos.  Tras bastidores, sucedían varias cosas de importancia.  Entre ellas, el “deadline” que otorgaron a la Autoridad de Energía Eléctrica para que emita un pago millonario a sus acreedores.  Claro, a falta de una discusión seria sobre el desacreditado IVA, no existen los fondos ni las fuentes de recaudos para emitir el súper pago a los bonistas.  Como secuela de ese evento, la casa acreditadora Fitch Ratings, degradó, por enésima vez los bonos de Puerto Rico.  Simultáneamente, los políticos poco creativos que tenemos traen a la mesa de discusión un aumento al costo de la energía eléctrica.  Al parecer se les olvidó, al igual que a nosotros (al menos a mi), que ya nos habían subido el costo de energía con la crudita que entró en vigor tan reciente como el 16 de marzo.  Y todavía la oficial de restructuración de la agencia, Lisa Donahue, con su humilde salario de $9 millones no logra acciones afirmativas hacia una corporación más costo-efectiva.   

Otra de las cosas que pasaron desapercibidas, fue la investigación iniciada por el FBI contra varias compañías contratadas por el Departamento de Educación.  Estas empresas, muchas de ellas pertenecientes a familiares de alguno que otro legislador, según se informó, eran seleccionadas para ofrecer servicios de tutorías en las escuelas.  Recibían sumas millonarias por unos servicios por los que jamás rindieron cuentas y sobre los cuales nunca mostraron resultados satisfactorios según los propios estándares del Departamento de Educación.  Sin mencionar la pobre, mediocre y famélica educación que reciben los niños en este país.  Entre el drama y la comedia, pasa inadvertido el pequeño detalle de que la candidata independiente a la gobernación, es dueña de una de estas corporaciones educativas.  Encima de este burdo esquema, tienen las pelotas de tirar documentación de padres y estudiantes en vertederos clandestinos.  En definitiva, los problemas de la instrucción a nuestros niños no se resuelven con cartas circulares que cambian minucias y no sustancias.  Fraude, Corrupción, Pillaje, Nepotismo, son la orden del día en las agencias y corporaciones públicas de esta isla estrella.

Mientras sigamos patrocinando los espectáculos que nos envuelven y engatusan con sus actos de magia, donde lo único que desaparece son los dineros del pueblo; mientras sigamos hipnotizados por los malabares y juegos con nuestra educación e instrucción pública; mientras sigamos dejando que lancen cuchillos a nuestros sueños; mientras dejemos a merced de estos domadores y cantores épicos, nuestra conciencia y voluntad nacional, jamás saldremos de las gradas para convertirnos en protagonistas de nuestro futuro brillante.  Tenemos que despertar, levantarnos y tomar en serio las riendas de nuestra vida colectiva para de una vez salir de esta tragicomedia que vivimos.  Aunque eso no obsta de que podamos entretenernos con algunos de esos payasos y bufones mediocres.

¡Levántate y anda!


sábado, 14 de marzo de 2015

Tiempos de cambios

por Angel Parrilla



Nuevamente me ha tocado escribir en el segundo aniversario del Papa Francisco.  Algunas personas me cuestionan las razones por las que solo escribo acerca de este tema.  La razón es sencilla... toda la vida he sido católico.  Sin entrar en los méritos de si he sido un buen o mal católico.  Aparte de las expectativas que tengo con relación al pontificado de Francisco, me mueve en especial el hecho de que mis dos hijos comienzan a acercarse y a dar sus primeros pasos en los caminos propios de esta religión.  En los primeros dos escritos, el primero en la entronización y el segundo en el aniversario, hablaba del poder de cambios que tiene la figura del Papa.  Cambios ya imperativos e impostergables para una iglesia con una imagen desgastada por sus realidades internas.  Decía también que no se pueden esperar cambios sustanciales en tan poco tiempo.  La iglesia, con sus más de dos mil años de fundación, sus estructuras e instituciones, amén del factor humano encargado de su administración, es un hueso duro de roer.

A dos años de su papado, el sumo pontífice ha logrado cautivar las masas con sus actos, aparentemente espontáneos, que lo hacen ver muy cerca de la gente.  Reuniones con grandes personalidades políticas, sociales y religiosas, en las que ha intercedido por asuntos de justicia y de paz (Obama y el caso de Cuba), expresiones controversiales sobre temas de actualidad (la familia y la orientación sexual), la fiscalización financiera del Instituto para las Obras de Religión y la reforma de la estructura actual de la curia, son solo ejemplos del enfoque de su gestión.  Pero en realidad lo que mantiene su figura tan presente y patente en el acontecer diario, son los gestos simples con las personas.  Los saludos, los abrazos, las palabras de aliento, las entrevistas informales y su proceder simple y ameno, han logrado que los que le siguen sientan a través de él, manifestaciones del Poder Divino.


Como todo agente de cambios, el Papa ha encontrado resistencia para su cargada agenda.  Con expectativas de un papado rápido y corto, el tiempo no se detiene a esperar por el convencimiento de los detractores y opositores, en su mayoría internos del propio Vaticano.  A todas luces, Francisco quiere dirigir con su ejemplo una iglesia en estado catatónico por siglos, enfatizando en un proceder y en una actitud más cristiana y humanizada hacia el que nos rodea.  Una estrategia acertada, a mi entender, pero a dos años de su ascensión, es meritorio acciones más concretas y definitorias.  Hemos visto en la radiografía al cuerpo de la Esposa de Cristo, lo que ésta padece y el cáncer que la consume desde sus adentros.  No me parece pertinente entrar en los detalles de estas enfermedades crónicas y socialmente mortales.  Pero sí me parece que debemos tomar conciencia de que tal metástasis se refleja en lo que el papa llama, las periferias de las iglesias esparcidas por el orbe.  La corrosión que viaja por esas venas, desde el corazón de la institución, corrompe los corazones de sus miembros.  Entonces estos terminan por mostrarse incapaz de hacer frente a la descomposición social y la ausencia de valores existentes en las comunidades donde se desenvuelven.  Esto es una catástrofe globalizada que amerita cambios radicales. 
  

En mi opinión la Santa Iglesia Católica, experimenta en estos momentos un periodo de anarquía.  Mientras su máximo pastor señala el camino en una dirección, el peso de las ovejas negras la mueve en otra muy distinta a la señalada.  Tan es así de esta manera, que en Puerto Rico, la iglesia se ha insertado más en los asuntos de política pública que en los relacionados a la fe.  Esto haciendo caso omiso a la casi inexistente, separación de iglesia y estado.  Sin pasar juicio sobre su incapacidad histórica en ambas materias.  El antídoto debe ser suministrado con celeridad para una rápida remisión del desprestigio y pronta recuperación de fuerza moral, ética y cristiana. 
     

Como católico escéptico, lo que algunos llaman tibios y hasta fríos, sé que la proyección papal ha logrado atraer adeptos a su causa.  Lo ha logrado conmigo, que apuesto a que el poder de cambio que posee Francisco puede transfigurar esta coyuntura histórica en buenos tiempos de cambios. 
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Angel L. Parrilla López - Nació en Rio Piedras.  Natural de Cataño, del Barrio Amelia, donde cursó toda su vida escolar.  Tiene un Bachillerato en Recursos Humanos, y una Maestría en Gerencia.  Por más de 20 años, fungió como Servidor en la comunidad, y asesor del Grupo de Jovenes Parroquial.

lunes, 23 de febrero de 2015

Sal-IVA

por  Caronte Campos Elíseos


Son las doce de la noche, me voy a la cama luego de haber visto el mensaje del gobernador sobre el IVA, haber escuchado cientos de analistas, y leído miles de artículos relacionados.  Tranquilo y convencido por toda la información circulada, de que todo va a estar bien y que lo mejor está por venir.  Prendí una vela dedicada a San Miguel Arcángel, apagué todas las luces y me recosté en mi lujoso catre.   Con la tranquilidad del que se siente protegido y descansa en paz confiado en un futuro brillante, cerré mis ojos buscando el oasis nocturno.

No bien pasaron diez minutos, cuando sentí el peso de otra persona entrar en mi cama.  En posición fetal percibo una mano dura rodearme hasta restringir mis movimientos (en tal posición no fue lo único duro que aprecié).  No podía moverme, abrir los ojos y mucho menos gritar por ayuda.  Totalmente inmovilizado, lo único que podía percibir era el calor de una saliva desbordarse por mis oídos hasta el cuello.  Con una voz de ultratumba (no tan cómica como la de Sábado Gigante) comenzó este ente misterioso a cuestionarme:

-   ¿De verdad has creído toda esa bazofia?  ¿Realmente no ves nada insidioso en todas esas falacias? ¡Qué inocente resultaste ser!  ¡Qué prosaico me saliste!  Siempre pensé que, por tus capacidades eruditas eras capaz de ver más allá de las apariencias.  Déjame decirte algo, holgazán intelectual…

Cabe señalar que inmediatamente después de estas palabras, supe que el fornido y bien dotado espectro no podía provenir de la vela encendida apenas unos minutos atrás.  Según pronunciaba palabras la peste al azufre infernal aumentaba.  Y continuó diciéndome:

   - Escúchame bien, lego de tercera, el IVA como sistema de recaudo fiscal no está en tela de juicio.  Si bien es cierto que puede tener altas y bajas, ha funcionado en más de 150 países.  Tampoco está en duda el IVU, ese por el que ustedes los puertorripendejos, marcharon suplicando que se los impusieran.  Las contribuciones sobre ingresos de ninguna manera constituyen el problema principal de la economía.  ¿Sabes tú, ignorante empedernido, cual es el verdadero problema de la crisis fiscal criolla?

Por un momento pensé para que me preguntaba tantas cosas esa ánima malhumorada, si me tenía completamente secuestrado.  El putrefacto aliento me llegaba hasta el cerebro.  A duras penas logré hacer un gesto de negación con la cabeza.  A lo que ni corto ni perezoso contesto el espíritu transgresor:

-    Permíteme ilustrarte, indocto habitual.  No importa el impuesto que establezca el gobierno, cualquier gobierno, si no se atiende la raíz del problema, el resultado siempre será el mismo.  Lo único que obtendrán es una economía cada vez más sumida en la depresión hasta el punto de no retorno.  Ese problema, omnipresente en toda la historia boricua, es como la trinidad.  Es uno dividido en tres.  La primera ramificación es la incompetencia de la entidad recaudadora.  El Departamento de Hacienda se ha mostrado incapaz a través de los años de hacer valer las leyes del fisco.  Ante la impotencia frente a la evasión, se ensaña contra los trabajadores contribuyentes.  En la actualidad, todo el que trabaja y cobra “por debajo de la mesa” logra evadir su sistema de contribuciones sobre ingresos.  Todos los evasores que no rinden planillas se burlan de todos los eruditos financieros sobre-remunerados (aunque hayan quebrado bancos locales).  Con el IVU fue la misma historia.  Prometieron recaudar el 80 porciento de lo gravado.  Las cifras oficiales colocan el recaudo cerca del 60%, lo que nos dice que en realidad anda por los bajos 40 porciento de captación.  Para completar, a causa de la permanente actitud de indiferencia de este pueblo, y mientras marchan por causas hueras, les van a subir el IVU a 16%.  ¡Bueno que se jodan! 

En este punto sentí que comenzaba yo a sudar frio.  Sentía además, que mis ojos se brotaban.  Mientras más hablaba el fantasma, más me apretaba con sus fuertes y corpulentos brazos.  “No sé por qué no se aleja un poco”, pensé.  A estas instancias, el aliento demoníaco no era lo único que sentía que me llegaba hasta el alma.  Mientras tanto, el continuaba con su monologo:

-      La segunda ramificación del problema eterno en las finanzas nativas,  es la deuda con los bonistas.  El gobierno pretende, sin más consideraciones, utilizar el dinero obtenido por el mecanismo que sea, para pagarle a los inversionistas millonarios extranjeros.  No importa si es siete, diez, dieciséis, o veinte porciento, todo va parar a los bolsillos ultramarinos.  Según las cifras oficiales, el 16% del presupuesto del país está destinado al pago de dicha deuda.  Esto implica que alrededor de $4,552 millones desaparecen instantáneamente.  Este renglón supera por mucho al presupuesto asignado a las dependencias principales del país.  Entretanto, los políticos locales hacen cualquier cosa para cumplir con los acreedores.  No les importa, a ninguno, sacrificar la salud, la educación, la seguridad de la gente.  Ni hablar de los mediocres servicios que les ofrecen con altos costos para obtenerlos.  La prioridad de los gobernantes siempre son los tenedores de bonos, las grandes empresas y los inversionistas políticos.  Siempre con las miras puestas en seguir incrementando la deuda, para obtener el flujo de efectivo para sus estafas.  Aprueban medidas de austeridad que hunden la ciudadanía en la pobreza, en la precariedad y los conducen por el camino de la miseria.  Empero, no se atreven a trastocar las ganancias de los grandes intereses, y mucho menos los incentivos contributivos a las megatiendas.  Cifra que ronda los $1,500 millones de dólares, sin que pueda corroborarse, mucho menos asegurar que los requisitos y propósitos de los mismos se cumplan.

La respiración me fallaba.  Me faltaba el aire.  Los movimientos eran en vano. La impotencia me invadía (contrario a mi opresor, del cual sentía toda su potencia).  La parálisis corporal era total.  Encima de todo, tenía que aguantar la diatriba de la sombra maligna:

 - Peor es la parálisis electoral que padecen ustedes, y que es la raíz de la última parte de la nociva trinidad.  Salen como ovejas ciegas, autómatas e ignorantes, cada cuatro años a prestar su voto a los mismos imbéciles.  Aunque no distingo quien lo es más, votantes o candidatos.  Víctimas de la cacofonía de los políticos, siguen el sonido cual ratas a la flauta.  A su vez victimarios de su propia irracionalidad.  Con ánimo férvido eligen a los verdugos de su propia condena.  Luego estos politiqueros se reparten entre ellos, cual albaceas de nuestros bienes, la millonaria parte del presupuesto que sobra luego de servir a la deuda.  Se llenan los bolsillos como chiquillos bajo piñata de cumpleaños.  Se roban los clavos de la cruz, y se los venden al propio mesías.  Sin mencionar que lo poco que queda para el bienestar del pueblo, se pierde por la mala administración y el despilfarro de estos oportunistas.  El fanatismo arropa sus mentes y no logran ver lo que estos usureros hacen a sus espaldas.  Se juntan, conspiran y actúan ocultos en las oscuras noches, para desmedrar las arcas públicas.  Viven en una eterna connivencia donde no importan los ideales.  Roban para ellos, para sus amigos, para sus familiares, para sus allegados, para sus partidarios, para sus contribuyentes políticos, para sus vecinos, para sus círculos sociales.  Inmolando a todo un país, dejando los números en rojos.  Los condenan a un sistema de educación mediocre, a un sistema de salud paupérrimo, a una tasa de desempleo en alza, a la inseguridad e inestabilidad de una calidad de vida en detrimento constante.  Los puertorriqueños no son víctimas, son cómplices de su larga y eterna amargura. 

Al fin me sentí libre.  Lentamente fui recuperando la movilidad, la respiración y la razón.  A los pocos minutos, bañado en sudor, saliva del espectro y no se en que otras sustancias, me levanté (aunque comencé a extrañar al misterioso acompañante).  Encendí todas las luces de la casa y apague la vela que había puesto al supuesto guardián de mis noches.  Me senté en la azotea de mi casa todavía con mis ojos furtivos.  Poco a poco recordaba, palabra por palabra, lo que me dijo al oído aquel musculoso mensajero.  Comencé a entender tantas cosas.  Entendí que no importa cuál sea el sistema fiscal de recaudo, está destinado al fracaso.  No porque no funcione o no sea bueno.  Tampoco por que sea la mejor o peor alternativa.  Es crónica de un fracaso anunciado a causa de la ineptitud imperante, la impunidad que reina, la incapacidad, la ignorancia, la torpeza, la falta de actitud y aptitud que domina la clase política de este país.  

Pero más aún, por la indiferencia, la apatía, el letargo intelectual, y el enajenamiento sistemático al que nos someten los medios de comunicación y de desinformación masiva.  Porque mientras se le va la vida al país entero, estos cómplices de la confusión, nos entretienen con su circo mediático y sus primeras planas insustanciales.  Todos hacen ecos del hipnotismo general que padecemos.  Todo es casusa y efecto.  Si no despertamos de ese sueño, y no entendemos de una vez y por todas que entre tanta baba y saliva que nos hablan, lo que existe en realidad es un adoctrinamiento para el consentimiento.  Sensaciones con las que quedé yo, luego de la platónica visita.


¡Levántate y anda!