lunes, 30 de marzo de 2020

En las letras, desde Puerto Rico: Profeta, mago y chamán, la presencia necesaria del escritor Eric Landrón en el mundo de las letras

por Carlos Esteban Cana 


Eric Landrón es uno de los poetas y gestores culturales más importantes de Puerto Rico y el Caribe.  Con el paso del tiempo ha sido nombrado como El Juglar del Pueblo o El Poeta de la Bondad, por su consecuente presencia a la hora de acompañar al pueblo boricua en sus luchas por preservar los derechos humanos más fundamentales en el archipiélago nacional. Desde la militancia pacífica para obtener el cese de bombardeos en Vieques hasta la excarcelación de los presos políticos, el reclamo de justicia y compasión hacia las personas víctimas del SIDA o los reclamos porque se audite la ilegítima deuda de Puerto Rico, Landrón ha estado en primera fila para alzar su voz, como pocos lo hacen, en defensa de los más vulnerables.  Esa misión autoimpuesta le ha llevado a declamar a viva voz, desde una carroza auspiciada por la organización ecologista Sierra Club, sus poemas en defensa del ambiente ante millones de personas en la Quinta Avenida de Nueva York durante el Desfile Puertorriqueño, incluso ha hecho lo propio en las instalaciones de las Naciones Unidas.  Entre sus libros más importantes se encuentran Pupilazos (1978), Huracanazos o Hugomanías (1989), Piropazos (1991), Delirio y esperanza (1994), Entre la vida y el aliento (1997)  y Vía crucis y redención del calvo (2006), que incluye una introducción del escritor chileno, Antonio Skármeta. Landrón también ha sido columnista para periódicos como El Diario y The San Juan Star.  

En el panorama cultural se le reconoce como pionero en modalidades estéticas vanguardistas y poéticas como los Pintuversos (en el que funde la poesía con la pintura) y el Fotopoema (en el que sus versos y metáforas están al servicio de la fotografía), de ahí su serie Poemas de Pandora que se inspiró en la película Avatar, de James Cameron.  De igual manera, Landrón ha sido promotor incansable a la hora de unir la poesía con la música, lo que ha dado como resultado su consecuente colaboración con músicos como Tito Auger, Andy Montañez, el grupo de folclor Tepeu, Ivania Zayas, Alí Tapia, Raulo, Carlos Esteban Fonseca, y el grupo Los perros de Pavlov , de ahí sus diversos conciertos/recitales como Bohemia Roquera y Románticos en un siglo equivocado.  En años recientes ha trabajado estrechamente con Danny Rivera, la Voz Nacional de Puerto Rico, en el libro y proyecto artístico Chávez de sol y de lluvia que lo ha llevado a viajar varios países. También ha formado parte de la bohemia poética Laro y sus amigos junto a Luis Antonio Rodríguez, quien en junio de 2019 dictó una conferencia en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos sobre el humor en la obra lírica de Landrón como un verdadero Poeta Juglar del siglo XXI.  Por tal valiosa trayectoria, con el paso de los años, este servidor también ha tenido la oportunidad de entrevistar a Eric Landrón para algunos medios.  Y en tales conversaciones debo reconocer que algunas de sus respuestas me parecieron drásticas, pero hoy día, con todo lo que está sucediendo a nivel global y nacional, tienen otro tono, el tono de profecías casi cumplidas:

En agosto del 2012, Landrón manifestaba: “Los poemas de Pandora son parte de algo mayor, que le hemos puesto por nombre Attabeira, que en taíno significa ‘Madre Tierra’. Se trata de un movimiento que une a cristianos, científicos, ambientalistas y humanistas.  Ya no basta con sembrar un árbol. Es urgente cambiar de estilo de vida. Los pronósticos dicen que si no lo hacemos, para el 2050 las condiciones climáticas en la tierra serán muy difíciles. Se habla del aumento del calentamiento global, de huracanes nunca antes vistos, ya es un hecho que el agua será escasa en muchos lugares y hasta especies completas de animales podrían desaparecer.  Nos urge, como dije, un cambio de conciencia”.

En esa misma entrevista añadió: “Lo que estamos haciendo hoy con el ambiente repercutirá mañana en las generaciones futuras.  Si somos creyentes en lo que hacía, por ejemplo, un ambientalista como San Francisco de Asís, que no era otra cosa que promover valores de respeto hacia el prójimo, no nos queda otra alternativa.  Hay que llevar esa praxis del amor hasta las últimas consecuencias.  El planeta no aguanta que lo sigamos explotando por codicia.  O somos mejores seres humanos o morimos”.

Más adelante, en noviembre de 2014, expresaba: “Aparte de esa sobrevivencia física estamos hablando de la sobrevivencia del alma, de lo humano, del humanismo.  Rodolfo Llinás, el famoso neurólogo colombiano, está diciendo que vivir desde la virtualidad atrofia el cerebro.  Pilotear un avión desde una computadora, hacer el amor desde un teléfono inteligente como ya se está haciendo, atrofia el cerebro en dos aspectos.  El primero, elimina el instinto de supervivencia porque todo te es dado y ese instinto es el móvil de la evolución humana. Y peor aún, atrofia la capacidad de sentir: tú te desconectas de la vida, de la empatía, del altruismo, porque si tú te quedas de 12 a 15 horas en un mundo virtual fijo, oye, dejas de sentir”.

Y sobre el valor de los artistas, puntualizó: “Los artistas somos los custodios de los sentimientos.  Nosotros somos los antropólogos del sentido común. Somos los profetas, somos los magos, somos los chamanes.  Ahora más que nunca el artista tiene que estar en la calle, tiene que salirse del libro, la poesía tiene que fusionarse con otros medios para llegar a más gente”.


Y en este punto, estimado lector, quiero culminar esta edición de “En las letras, desde Puerto Rico” en el blog de Caronte Campos Eliseos, incluyendo como colofón el enlace a un reportaje que realicé sobre el Poeta de la bondad para Hoy en las Noticias de Radio Universidad de Puerto Rico. En el mismo escucharán a Eric Landrón declamar una poesía suya en un evento de Amnistía Internacional en contra de la pena de muerte.  Le acompaña en la guitarra, Tito Auger, cantando Solo le pido a Dios, himno global y latinoamericano que compuso el argentino León Gieco en 1978.  Que lo disfruten.


 ____________________________________

Carlos Esteban Cana – Comunicador y escritor.  Nació en Bayamón, Puerto Rico, pero se crió en el pueblo costero de Cataño. Fundador de la revista y colectivo TALLER LITERARIO, publicación alternativa que marcó la última década de creación literaria boricua en el siglo XX.  Ha trabajado en el Instituto de Cultura Puertorriqueña como Coordinador Editorial, Director de Prensa para la V Feria Internacional del Libro de Puerto Rico y como Coordinador de Medios para el Encuentro de Escritores De-Generaciones.  Su periodismo cultural ha sido publicado en periódicos y publicaciones como Dialogo, Cayey, CulturA, El Nuevo Día, y Resonancias, entre otras.  Fue parte del colectivo El Sótano 00931.  Colaboro con el poeta Julio Cesar Pol, junto a Nicole Cecilia Delgado y Loretta Collins, en la antología Los Rostros de la Hidra.


Su periodismo cultural es reproducido en diversos espacios y bitácoras cibernéticas, con columnas como: Breves en la cartografía cultural; Aquí allá y en todas partes; Crónicas urbanas y el boletín En las letras, desde Puerto Rico, en bitácoras como ConfesionesSólo Disparates, Panaceas y placebos, Boreales, Revista Isla Negra y en periódicos como El Post Antillano.  Tiene tres libros publicados: Universos (micro-cuentos); Testamento (antología poética; una selección de 46 cuadernos) y Catarsis de maletas (cuentos).  Actualmente reside en la ciudad de Nueva York y desarrolla la plataforma multi-mediática Servicios de Prensa Cultural.  Para Carlos Esteban Cana profesar creación y cultura es como recibir oxígeno; vehículos que le permiten ejercer su libertad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario