Como bien saben, he decidido retomar la cotidianidad en mi vida. Eso implica también plasmar por escrito las sandeces que inundan mi mente puertorriqueña. En esta ocasión quiero dedicar este espacio a los pensamientos que sin importar las circunstancias, están establecidos de manera perenne. Estas ideas permanecen sembradas e inalteradas más allá de mi conciencia. Para mi es irrelevante que los hechos, la historia, la realidad, los resultados, las consecuencias, las contradigan y/o cuestionen con toda razón y autoridad. Mucho menos la evidencia presencial o empírica, entre otras consideraciones. Así ha sido por los siglos de los siglos, y no veo motivos para cambiarlas o dejarlas ir.
1. Nuestra raza está compuesta por un sincretismo de
características que nos heredaron la trilogía colombina. Esto, sin entrar en los méritos de si tal
herencia fue la mejor, o si pudieron heredarnos otros rasgos más trascendentales
y pertinentes.
2.
El arribo de los norteamericanos a nuestras tierras
no fue una invasión. Fue un paliativo
para la situación de isla en aquellos días.
3.
La contribución de los gringos nos liberó de la
esclavitud y la pobreza. Amén de
curarnos de la plaga de piojos.
4.
El régimen militar establecido y el Estado Derecho
aprobado nos trajo la suficiente democracia que nos merecemos.
5.
La ciudadanía americana que ostentamos nos la
ganamos por derecho propio. Es una
ciudadanía de primera clase, y es tan válida y valiosa como la ciudadanía
continental.
6.
Nuestra isla nunca ha sido utilizada como bastión
militar. Mucho menos como punto
estratégico para invadir países vecinos, almacenar armas de destrucción masiva,
y mucho menos para probar armas químicas y/o biológicas.
7.
Los soldados puertorriqueños no fueron, ni son, ni
serán, utilizados como carne de cañón.
Los militares boricuas siempre han sido tratados como iguales a los
nacionales. Antes, durante, y después de
las movilizaciones en las que han servido, han recibido trato igual, incluido
los beneficios para los veteranos de guerras.
8.
Los puertorriqueños nunca hemos sido utilizados
como conejillos de indias. Tampoco hemos
sido víctimas de experimentos médicos, tales como anticonceptivos, cáncer, o
algún producto científico para controlar la población.
9.
El gobierno republicano que poseemos no es un
gobierno subordinado ni colonial. Simple
y llanamente es un gobierno autónomo bajo un protectorado ultramarino. Todo está consentido en el convenio establecido,
en la sesión de poderes. De ahí, los acuerdos de ayuda, moneda y defensa
común. Lo mejor de dos mundos, como
singularmente le conocemos.
10.
La mal llamada represión y persecución política
contra los separatistas, no fue otra cosa que la legítima defensa de un
gobierno democrático establecido con el aval del pueblo puertorriqueño.
Ya a estas horas y
después de tanto esfuerzo mental y emocional para escribir estas ideas sembradas en mi cabeza, estoy exhausto.
Los efectos de los químicos controlados hacen mella en mi voluntad. Espero que repasándolas y estudiándolas
continuamente, no olvide que todo lo anterior es parte de nuestra historia
colectiva.
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