Tu casa
Tu casa es la misma;
sigue Allí...
bloque de concreto
inmóvil, pero indómita;
no es necesario
que desmayes por ella.
El escritor Carlos Esteban Cana junto al novelista Eduardo Lalo y el poeta Luis Rodríguez en una actividad reciente en el Americas Society. |
sigue Allí...
Yo también,
brizna perceptible,
permanezco
en sus recónditas fisuras,
presente y ausente
camino por sus
cortos y largos pasillos,
aprieto luz en sus ventanas
hacia esos linderos lejanos
de mis adentros,
con mis ojos
fijados a las ramas,
empeñados
y decididos a dibujar
el flamante arco
antes de irte
a tus cercanas metrópolis,
distancia establecida
por vigorosas alas en tus pies,
tienes visión suficiente
para ver difuso tu reflejo
de Crepusculario
del laberinto
Silueta difusa
Silueta difusa,
has tratado
una y otra vez
arrebatarme;
provocar mi exilio
ante su aparente inercia
Armada de un taladro infame
llegaste hacerle un orificio profundo,
y ella, impávida,
no puso resistencia
Como siempre ves todo
cual carrera desenfrenada,
no dudaste en gritar,
era tuya la victoria
Segura esperabas
la herida-abierta
en el espacio vacuo...
destejido el hilo
por las ruinas
y los telúricos escombros
la ausencia matiza el fondo
Sin embargo
el primer-rayo de luz
(entre aromáticas especias)
sorprendió el aura a tus espaldas:
y esta fuerza que late
transforma tu silueta difusa
en genuinas esperanzas
de Crepusculario
del laberinto
Hacen falta ojos para ver
Faltan ojos para ver
tantas estrellas;
estuve un tiempo limitado
en tierra
y ya me siento nuevamente
inseguro
con cierta extrañeza
por ver sólo el horizonte
sin límites, reducido
Despierto poco a poco
todo fue un sueño;
lo bueno es bastante
breve
La nao se pone en camino
subir y bajar el velamen,
coserlas y repararlas
bajo un calor sofocante
El viento fuerte del este
a toda velocidad mueve,
la tripulación silba
All Together Now
y el mareante vaivén
trae gratos recuerdos
Paso revista sobre los víveres,
todo está calculado…
la alquimia se instala
en el alma continuamente
transformada
y después de tantas
travesías
la práctica metamorfosea experiencias
en conocimientos
Lo que antes parecía
imposible
ahora Es
inmenso deseo de
continuar el viaje
La proa apunta hacia esa
dirección
de Hacen falta ojos para ver
__________________________________________
Carlos
Esteban Cana – Comunicador y escritor. Nació en Bayamón, Puerto Rico, pero se crió
en el pueblo costero de Cataño. Fundador
de la revista y colectivo TALLER LITERARIO, publicación alternativa que marcó
la última década de creación literaria boricua en el siglo XX. Ha trabajado en el Instituto de Cultura Puertorriqueña
como Coordinador Editorial, Director de Prensa para la V Feria Internacional
del Libro de Puerto Rico y como Coordinador de Medios para el Encuentro de
Escritores De-Generaciones. Su periodismo
cultural ha sido publicado en periódicos y publicaciones como Dialogo, Cayey,
CulturA, El Nuevo Día, y Resonancias, entre otras. Fue parte del colectivo El Sótano 00931. Colaboro con el poeta Julio Cesar Pol, junto
a Nicole Cecilia Delgado y Loretta Collins, en la antología Los Rostros de la
Hidra.
Su periodismo cultural es reproducido
en diversos espacios y bitácoras cibernéticas, con columnas como: Breves en la cartografía
cultural; Aquí allá y en todas partes; Crónicas urbanas y el boletín En las
letras, desde Puerto Rico, en bitácoras como Confesiones, Sólo Disparates:
buscando la luz al final del túnel, Panaceas y placebos, Boreales, Revista Isla
Negra y en periódicos como El Post Antillano.
Tiene tres libros publicados: Universos (micro-cuentos); Testamento (antología
poética; una selección de 46 cuadernos) y Catarsis de maletas (cuentos). Actualmente reside en la ciudad de
Nueva York y desarrolla la plataforma multi-mediática Servicios de Prensa Cultural. Para Carlos Esteban Cana profesar creación y
cultura es como recibir oxígeno; vehículos que le permiten ejercer su libertad.
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