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jueves, 25 de septiembre de 2014

Cuello blanco

Por: Antonio Aguado Charneco


La bata, estilo albornoz, colgaba suelta alrededor de la mujer sentada en la butaca. Frente a ella brillaba el monitor de una ordenadora de palabras, en el que se podía leer: Las garras de los criminales ocultas bajo elegantes guantes…

El cabello de Carmicci, recogido alto, se mostraba muy negro y brilloso con la humedad de un duchazo reciente. Por su cuello todavía se deslizaban, acariciantes, lentas perlas de agua mientras sus dedos viajaban con celeridad pulsando el teclado: Comprando influencias en las esferas gubernamentales e intimidando luego a las autoridades con sus prepotentes credenciales políticas.

Por la pálida piel de su rostro viajó un temor, un tic, desde el ojo izquierdo hasta la boca; se ocasionó un leve tremor en el carnoso labio inferior cuando la periodista se atrevió a oprimir las letras, en una posible fatídica secuencia, de una cualidad acusadora: El afán de lucro de unos grandes comerciantes, la codicia desmedida de unos acaudalados profesionales, le facilitan a los narco-traficantes los dineros para financiar la importación de vicios que alienan y esclavizan.

La sombra entró a su área de visión causándole un sobresalto; pero la reportera volvió a calmarse cuando sus ojos aquamarina reconocieron a Carlosomar. Él le alargó una copa de champán; con un gesto se disculpó por la interrupción y con otro le indicó que continuara su labor.


Carmicci sonrió y se estiró sobre el butacón que utilizaba solamente cuando iba a escribir. Mientras sorbía el casi congelado líquido dorado, escanciado por su adorado, se sintió muy dichosa; tan sólo llevaban una semana viviendo juntos y ya ella sabía que iba a ser una relación por toda su vida… Así resultaría ser.

Mientras lo escuchaba quebrando hielo, a punzón, pensó que para ella Carlosomar lo tenía todo: inteligente, apuesto, buen amante… tanto en la cama como en el asiento de sus autos deportivos; ambicioso, sumamente ambicioso, en vías  de hacer fortuna por sus habilidades como corredor en la bolsa de valores; cariñoso, en extremo cariñoso; también fascinado con el oficio de ella, o sea, que no existía preocupación de que se antojara que ella dejara su trabajo.

Carmicci colocó la copa vacía en un tablillero adyacente para reanudar su tarea:  En este último artículo de la serie se mencionarán los criminales, junto a sus aliados de cuello blanco, y grandes firmas comerciales involucradas en el contrabando, en el comercio ilícito, con la utilización de furgones de carga conteniendo muy poca mercancía legal…

Las manos de Carl, apócope en el cual él insistía, se ciñeron alrededor de la nívea garganta de la joven; y los dedos,  helados,  debido al contacto con los hielos de la cubeta que albergaba el botellón, ocasionaron en ella un escalofrío. Con los pulgares él procedió a masajearle la nuca.

Carmicci cerró los ojos y volvió a sonreír. Carl la mimaba tanto: la manicuraba y le depilaba los vellos, para que ella no tuviera que perder tiempo en el salón de belleza; incluso le secaba los oídos con palitos de punta en algodón. Tan considerado Carl, siempre tan caballeroso.

La reportera sintió las manos alejarse. Luego el hormigueo de la motita algodonada limpiando dentro de su oreja derecha. Carmicci se relajó más, esperando las cosquillas en el otro lado; en vez de ello sintió un punto gélido que la tocó dentro del mismo oído

El picador de hielo penetró por el canal auditivo con sonido de fuelle desinflado, en suave movimiento por un orificio de entrada, sin oposición ósea. La muerte cerebral, instantánea, desmadejó a Carmicci arriba de la butaca como marioneta deshilada; aquél asiento ya no se usaba sólo para escribir.

Carlosomar extrajo el picahielos lentamente del oído, orificio de salida; el lugar herido cerrando en vacío, sin provocar hemorragia; una única gota de sangre se asomó, lágrima roja transformándose en acusador ojo de rubí. Un palillo punta de algodón absorbió el lunar colorado.

Carl enfundó el punzón en su vainita de cuero antes de colocarlo en el bolsillo interior de su chaquetón. De otro bolsillo sacó un teléfono celular, marcó y habló: “Hecho... Ya los muchachos en el correo no tienen que preocuparse de que los expongan. ¿Cuál va ser el diagnóstico de nuestro patólogo, el forense? ¡Aneurisma! Oquei”

Entonces con una cucharilla de platino, colgada de una cadenita alrededor de tu pescuezo jincho, procediste a darte varios pases de cocaína. Después te pusiste a reorganizar la escena del crimen mientras terminabas la champaña.

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Antonio Aguado Charneco nació en Arecibo, tierras del Cacique Jamaica Aracibo, señor de las márgenes de Abacoa. Es narrador efectivo en la traslación del lector al mundo primordial, manejador del vocablo taíno y guerrero experimentado en las lides de construir episodios del mundo original de nuestros antepasados, como les llamaba Corretjer. Sobresalen en su obra con fuerza y realismo mágico las novelas Bajarí Baracutey: el taíno de la cueva (1993), mención honorífica en el certamen del Ateneo; Anacahuita: Florespinas (2006, EDUPR), primer premio en los Juegos Florales de San Germán. Así como Ouroboros: seis cuentos galardonados (1985), premiado por la UNESCO y Sendero umbrío –cuentos- (1997). Entre sus obras inéditas destacan las novelas Guarocuya (3ra de la saga indigenista); Mediomundo (en torno a unos inmigrantes de Islas Canarias); LuzAzul (de temática erótica) y las colecciones de cuentos: Narcocuentos; Al sur del ombligo; Flores de muerte (relatos de Méjico); Cuentos con Zeta; Hálitos del Averno (antología), Soseiva Sotaler en los Umbrales Umbríos y Aryanation - Order of the New & pandeza, The Last Influemiauna novela en inglés  que se ocupa del resurgir del neo-nazismo. También tiene varios libros de ensayos.

sábado, 10 de agosto de 2013

Aryanation by Tony Aguado-Charneco

Order of the New & pandeza, the last INFLUEMIA

APOCALIPTIC NOVEL OF A FOURTHREICH OPPOSED BY KNIGHTSTEMPLAR



“Tony Aguado has just published his novel in English Aryanation with Ediciones Gaviota. The novel is an apocalyptic one as it delves in a Pandemic of Influenza brought about by Neo-Nazis forces through genetic engineering. Some participants from Puerto Rico go to Dallas for an International Robotics Competition, it is there that the threat of the malady emerges; in a consolation trip to the theme parks in Orlando, in Florida, the three families and the disaster meet head on; from that point it’s touch and go situations that drag the dwindling group across the swamps. Opposing the Neo-Nazis there is an organization from the past which had been lurking underground, the warrior monks, or… Knights Templar”.

Available at the following links:
 Ediciones Gaviota and Norberto Gonzalez Library

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ANTONIO AGUADO-CHARNECO, the writer of Aryanation, stems from the coastal city of Arecibo in Puerto Rico; nowadays he is a nomad, sharing time between the mountain town of Jayuya and the Metropolitan Area. He has published three collections of short stories and three novels, the most recent LuzAzul (2011) by Isla Negra Editores; the one before, Anacagüita (2006), was published by EDUPR (University of Puerto Rico Press).
Antonio has garnered various awards in literary contests, several among others: three Honorary Mentions in essay at the Ateneo, two Second Prizes in short story at CEPI & UNESCO, First Place in novel at the Floral Games of San Germán (2000). Aryanation, his fourth novel, is his first one written in English to be published; the author also has another novel in English, titled Bulls of Twilight, unpublished so far. Medio mundo, a work delving around the antics of a family from Canary Island, is under consideration by EDICIONES GAVIOTA.
They were three average families from Puerto Rico that had qualified for a trip to Dallas, to take part in an international robotics competition. But for the element of excitement, by the participants, life was normal... or so it seemed.
Due to the team's high placing in the finals the parents awarded them a visit to Florida's Disney world, a detour in the return trip to their homeland. Life was a lovely adventure for the six parents and their half dozen offspring. All of a sudden, in the midst of the four thousand acres in the biggest fun attraction on earth, life went topsy-turvy. Circumstances drastically changed and life was no more usual... it became far, very far away, from that; the tentacles of a world encompassing menace threatened to engulf the globe ...and it caught them up at Disney, the capital of wholesome entertainment.