domingo, 21 de abril de 2013

Aquí, allá y en todas partes: colecciones de cuentos esenciales en la literatura puertorriqueña

por Carlos Esteban Cana

En diferentes ocasiones he reflexionado sobre las colecciones de cuentos en Puerto Rico que han tenido mayor significación para este lector. Los criterios que fundamentan mi selección puntualizan en diversos aspectos. La brújula estética del cual mi yo crítico se sirve, oscila entre los elementos que configuran la creación de un conflicto hasta lo necesario para dar relieve, matices a los personajes. Mis ojos se deleitan cuando encuentran la atmósfera propicia en los pasajes narrativos que contribuyen a la veracidad de los acontecimientos expuestos. Y encuentro eso que nombran como ‘novedad’ cuando el relato llega al lector mediante una estructura vanguardista, es decir, en un formato que trasciende el armazón apalabrado tradicional en el que se inserta de forma natural el lenguaje a lo narrado.

Esos y otros criterios me han permitido explorar el desarrollo del género en nuestro País, focalizando en aquellos libros que se produjeron a partir de la década del 40 del pasado siglo. Para los lectores interesados, en artículos y ensayos como, Visitando mi canon personal: libros de cuentos puertorriqueños y  Piezas fundamentales del cuento en Puerto Rico (1989-2009),  que han sido reproducidos en bitácoras como Panaceas y Placebos, Confesiones, Bocetos de una ciudad silente, y en publicaciones cibernéticas como Ciudad Seva, exploro con amplitud el tema.

Esta vez,  en Sólo Disparates, el hogar cibernético del escritor y editor Caronte Campos Elíseos, quiero hacer una síntesis mayor en la selección de esos títulos. Los libros incluidos recorren 70 años de creación de cuentos. Y comprimir una selección de divulgación popular como esta es una decisión difícil y compleja pues en Puerto Rico siempre hemos tenido la suerte de contar, a través del tiempo, con excelentes narradores.

*****

Cuentos para fomentar el turismo - Emilio S. Belaval

En una ciudad llamada San Juan - René Marqués

Veinte cuentos y Paisa - José Luis González

En cuerpo de camisa - Luis Rafael Sánchez

Panorama - Emilio Díaz Valcárcel

Concierto de metal para un recuerdo y otras orgías de soledad - Manuel Ramos Otero

Démosle luz verde a la nostalgia - Juan Antonio Ramos

*****

Encancaranublado - Ana Lydia Vega

El día que el hombre pisó la luna - Edgardo Sanabria Santaliz

Escribir para Rafa - Luis López Nieves

Ouroboros - Antonio Aguado Charneco

Pez de vidrio - Mayra Santos Febres

Ya vienen a buscarme - José Manuel Solá

Vindicación del miedo - Camilo Santiago Morales

*****

Breviario - Juan Carlos Quiñones

Cinco minutos para ser infiel - Emilio del Carril

Cuentos traidores - Rubis Camacho


Crímenes domésticos - Vanessa Vilches Norat

La belleza bruta - Francisco Font

Reyerta TV - Juan Luis Ramos



       
    
_________________________________________

Carlos Esteban Cana – Escritor y comunicador puertorriqueño.  Ha cultivado el cuento, el micro-cuento, y la poesía.  Actualmente, sin embargo, se ocupa de darle forma a sus dos primeras novelas y a un volumen de ensayos.  Colaborador de varias publicaciones impresas y cibernéticas, en Puerto Rico y otros países.  Bitácoras y publicaciones alrededor del planeta, como Confesiones, del narrador Ángelo Negrón, reproducen su boletín “En las letras, desde Puerto Rico”.  Para el periódico cibernético El Post Antillano también publica su columna “Breves en la cartografía cultural”.  En verano del 2012, Carlos Esteban publica Universos, libro de micro-cuentos bajo el sello de Isla Negra Editores.  Otros dos libros aparecerán durante el presente semestre.  El primero titulado “Catarsis de maletas: 12 cuentos y 20 años de historia”, ofrece una vista panorámica de una pasión que el autor ha desarrollado, por cuatro lustros, en el género del cuento.  “Testamento” es el segundo de los libros mencionados, poemario antológico que reúne lo más representativo de su poesía; género del que Cana manifiesta: “Fue la propia poesía que me seleccionó como medio, como intérprete”. Cana es conocido además por haber fundado la revista y colectivo TALLER LITERARIO, que marcó la literatura puertorriqueña en la    última década del siglo XX en Puerto Rico.  Actualmente participa en actividades y proyectos multiculturales en la Ciudad de New York.

sábado, 13 de abril de 2013

Mucho más que un Misil

por Sherly Rivera

Le agradezco al compañero cibernauta, Caronte Campos Elíseos, el que me haya separado un espacio en, Solo Disparates, uno de los blogs sociales de más difusión en los últimos tiempos.  En mi blog, A Posteriori,  busco “llevar de la mano” al pueblo puertorriqueño en áreas poco estudiadas, ignoradas y hasta cierto punto restringidas al ciudadano común. Vivimos en tiempos en que ser lego e ignorantes es la mejor arma de un Estado, y donde el conocimiento es nuestra única libertad.


Mucho más que un “Misil”

Hay pocas cosas más temibles que las palabras “Bomba Nuclear”, estas apelan a nuestros temores, miedos, pesadillas… juegan hasta con la psiquis del hombre más equilibrado. Históricamente estas armas de destrucción masiva solo habían sido utilizadas en conflictos bélicos donde eran consideradas como “último” recurso para “acabar” con las guerras, ahora son la primera opción ante cualquier provocación.
En los últimos días hemos sido testigos, y parte, de las nuevas tensiones internacionales a causa del conflicto entre Estados Unidos y Corea del Norte. Esto ha traído nuevamente a la palestra pública el tema nuclear, así como sus verdaderas repercusiones, intereses, orígenes y propósitos. Pero detrás de este conflicto existe un bagaje de hechos, someramente discutidos y poco analizados.

Las tensiones entre Corea del Norte y Estados Unidos se remontan a la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) donde Corea, que estaba ocupada por Japón, es dividida en Norte y Sur como consecuencia de un acuerdo entre la antigua Unión Soviética (y China) y los Estados Unidos de América (con la ONU). Se acordó que esta división no sería permanente, pero Estados Unidos no cumplió. Como consecuencia de la división de este “botín de guerra” Corea fue dividido en un Norte socialista y un Sur capitalista.

El socialismo, según la Real Academia Española, es un “sistema de organización social y económico basado en la propiedad y administración colectiva o estatal de los medios de producción y en la regulación por el Estado de las actividades económicas y sociales, y la distribución de los bienes.” Karl Marx, padre del socialismo, establece que este tipo de gobierno busca la planificación racional (su utilidad física) de los valores de cambio, mientras el capitalismo busca producir valores de uso como un subproducto de la búsqueda del beneficio.

Al Sur estar atado al que hace unos años fue la primera potencia mundial existe una marcada diferencia entre ambos extremos, donde el Sur meridianamente florece ante el auge del capitalismo, mientras el Norte busca el bien social utilizando racionalmente sus valores, que al fin y al cabo no bastan.

Luego de acabada la Segunda Guerra Mundial, esto por la vía rápida gracias a la Bomba Atómica, desarrollada y arrojada por Estados Unidos de América en Japón; se creó el Consejo de Seguridad de las Naciones (1946), que se reúne en la sede de la ONU, y que actualmente cuenta con quince (15) naciones, cinco (5) permanentes y diez (10) temporales. Casualmente sus miembros permanentes fueron aquellos cuatro potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial (actualmente Federación Rusa, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, Republica Francesa y los Estados Unidos de América), más la República Popular de China.  Estas mismas naciones, según el Tratado de No Proliferación Nuclear (1968) son las únicas naciones que se le permite la posesión de armas nucleares.


En innumerables ocasiones se ha tratado de unificar a este país, pero la influencia de sus invasores ha sido más fuerte que la sangre. Con la Guerra de Corea (1950) se enfrentaron los hermanos y el paralelo de los 38˚(franja divisoria, y ecuatorial, entre las dos Coreas) se convirtió en un campo de batalla delineado estratégicamente por el extranjero, que hasta nuestros días delimita las fronteras de ambas naciones y ha redundado en la casi inexistente esperanza de un tratado de paz entre ambas partes.

Corea de Norte, nación que no es parte del Consejo de Seguridad de la Naciones, y a su vez no es una de las cinco naciones (arriba señalados) que pueden tener en su poder armas nucleares, bajo el mandato comunista de Kim II-sung (1948-1994) había tenido una relación atípica con los Estados Unidos, esto hasta que en 2003 Kim Jong-il (1994-2011), hijo y sucesor de su padre Kim II-sung, reanudó su Programa de Armas Nucleares, anulando así su firma en el Tratado de No Proliferación Nuclear. Esta negativa a seguir los parámetros establecidos por los cinco (5) miembros del Comité de Seguridad de las Naciones ha provocado que se le apliquen, a través de los años sanciones tales como:

  • Detener la ayuda humanitaria
  • Embargo de Armas
  • Prohibición relativa de venta y suministro de artículos de lujo,
  • Prohibición a viajar y la congelación de los activos de personas seleccionadas
  • etc.
Estas sanciones han intensificado la ya precaria situación económica y social de Corea de Norte, donde el hambre y la desesperación han sido la orden del día, pero el sentimiento patrio de su pueblo y fidelidad a su régimen comunista, vigilado y penalizado por la comunidad internacional, los ha alimentado para dar su vida por su nación. No podemos obviar el hecho de que el régimen ha aislado a los norcoreanos de cualquier comunicación o noticia exterior durante años, pero su pueblo no ha aceptado pero la gran mayoría de los países no.

La figura de Kim Jong-un (2011 al presente) sucesor de su padre, ha añadido más tensión a un ambiente ya hostil. El joven dirigente, muy parecido a su padre, suscita frialdad y temor y, aunque en ocasiones su comportamiento sea objeto de burlas,  ya sea por su inexperiencia o gustos extravagantes, cierto es que está a un paso de provocar un conflicto nuclear en la Península.

El 12 febrero de 2013,  Corea del Norte realizó una prueba nuclear en total bravata de sus opositores, que ocasiono un sismo que afecto a los países vecino, lo cual para la ONU y Estados Unidos supuso un claro desafío. En marzo de 2013 Corea del Sur y Estados Unidos iniciaron maniobras militares, que para el líder comunista, ante el ambiente cargado, están orientados con el fin de provocar a Corea del Norte y por ende comenzar una guerra nuclear. Para aumentar las tensiones el portavoz del Pentágono, George Little, el 18 de marzo de 2013 reveló que a principios del mes de marzo aviones bombarderos sobrevolaron Corea del Norte, además de realizar otras maniobras militares. Con esta acción de los Estados Unidos, Correa del Norte anuló el acuerdo de no agresión con su hermano sureño.

El incremento de la presencia militar de Estados Unidos en las inmediaciones de Corea del Norte, con buques de guerras con sistemas antimisiles, aviones espías, submarinos nucleares y cazas F-22 e incluso una plataforma naval para vigilar los movimientos del hermético régimen comunista, han recrudecido la actitud del prepotente e indiferente joven líder, que bajo la sombra de sus antecesores busca  vanagloriarse ante su pueblo.
             
Estados Unidos como “Presidente” de la ONU, Comisión de Seguridad de las Naciones y guardián del “Tratado a la No proliferación Nuclear” busca una ficticia armonía, donde perpetuar  su poder no permitiendo lo que ellos le sobra. Corea del Norte, con Kim Jong-un  busca estar en los libros de historia e inmortalizarse ante su pueblo. Las amenazas de Kim Jong-un más allá de ser “irracionales” (para nosotros) y que sólo  avivan el orgullo enajenado de los norcoreanos, pueden ser un grito a la comunidad internacional para que ayuden a su pueblo, pues tienen la creencia de que al  tener “Poder Nuclear” van a ser escuchados, en completa referencia a los Estados Unidos de América.

Tenemos que ver más allá de lo evidente…


____________________________________

Sherly Rivera - Naranjiteña. Posee un Bachillerato en Relaciones Laborales, de la Universidad de Puerto Rico (Magna Cum Laude).  Egresada de la Escuela de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Ponce (Cum Laude).  Ex-Fanática (en rehabilitación), siendo parte del rebaño de los "Nunca valorados y siempre olvidados".  En sus propias palabras: “No creo en el imaginario, pues lo evidente es lo suficiente para dejar de soñar”.  En la actualidad escribe sobre temas de derecho en su blog, A Posteriori.

viernes, 5 de abril de 2013

Diez maneras adicionales de arruinar un país

por  Caronte Campos Elíseos



Como he mencionado anteriormente en algún escrito, muchas veces trato de plasmar aquí las ideas incoherentes que inundan mi mente.  En una entrada anterior, enumeré quince mecanismos con los que se puede arruinar un país.  Mi pensamiento vuelve a traicionarme, y trae consigo diez formas adicionales para esos efectos.  Posiblemente, ninguno de ellos sea para nosotros conocido ni guarde relación con nuestro entorno, pero tal vez algunos de ustedes, haya escuchado o leído en nuestros grandes medios de información, sus efectos en naciones desarrolladas y poderosas.


10 Maneras (adicionales) de arruinar un país


      1)     Aplicar recortes en los ingresos y salarios de la clase media, hasta llevarla al borde de la desaparición.

      2)     Implementar en las Agencias de gobierno planes de austeridad, sin considerar los efectos en los servicios que deben ofrecer. 

      3)     Aumentar el costo de los servicios básicos hasta niveles astronómicos, para de esta manera apropiarse del dinero del pueblo trabajador.

      4)     Aprobar legislación con medidas impositivas a los sueldos de la clase trabajadora, a modo de apoderarse de su capital.

      5)     Expoliar los servidores públicos de los beneficios adquiridos a través de los años.

      6)     Explotar la clase obrera del país hasta minimizar la participación laboral.

      7)     Desfalcar las arcas públicas provocando una crisis financiera que lo conduzca a la quiebra.

      8)     Sumergirlo en una emergencia fiscal hasta que el crédito se catalogue como chatarra.

      9)     Dividir la población en bandas políticas, que actúen como agentes antagónicos pero con un mismo propósito.

      10)  Elegir gobernantes solo porque pertenecen a la tribu por la que fueron adoctrinados.
  

Reitero mi deseo, de que el patético panorama que un sistema como este puede causar en el futuro de un pueblo, nunca desembarque en nuestras costas.  Ya hemos tenido suficiente con los que han atracado en nuestra vida colectiva.

¡Levántate y anda!

miércoles, 27 de marzo de 2013

Persistencia peligrosa

por  Caronte Campos Elíseos


En la esta última semana se dio la más reciente intentona por parte de la Fiscalía Federal en Puerto Rico, para aplicar la pena de muerte a un convicto.  Esto, a pesar que desde el año 1952, la Constitución del Estado Libre Asociado, claramente la prohíbe.  Vale mencionar que dicha Constitución, fue revisada por el propio Congreso de los Estados Unidos de Norteamérica, antes de su eventual aprobación y aplicación.  Por tal motivo, es evidente que la misma está supeditada a la voluntad y prerrogativa de los congresistas de turno.  Más allá de este hecho histórico, en el año 1994, Washington aprobó una ley sobre la pena de muerte para ciertos delitos, y de paso, incluyeron a Puerto Rico como territorio para la aplicación de dicho estatuto.  Cabe señalar, que el juicio bajo esta nueva norma se celebra en la isla, pero la ejecución del reo, se realizaría en su territorio continental.  Me imagino (con la poca imaginación que tengo) que esto es así de esa manera, para tratar de llevar el falso mensaje de que se respeta la “voluntad del pueblo”, expresada en su ley suprema.

A esta fecha, la Fiscalía Federal ha tenido cerca de cinco intentos para materializar que un jurado compuesto por puertorriqueños, dé el visto bueno para asesinar a uno de los suyos.  En adición, tienen en turno aproximadamente cinco casos para solicitar el fatal veredicto.  Esto demuestra un total desprecio a la idiosincrasia boricua y a la identidad cultural de este pueblo, que ha luchado por los pasados cien años para poder mantenerla viva (o al menos moribunda).  Claro está, esta misma agencia federal está compuesta por muchos nativos que han asumido roles de protagonismo en estos casos, y sirven de testaferros para los intereses foráneos.  Estos personajes han renunciado a todo su linaje y herencia criolla, para asumir los rasgos y características de una sociedad ultramarina, que lejos de ser la más civilizada, es una de las más violentas y retrogradas de nuestros tiempos.

Estos seres siniestros, utilizan como arma para lograr sus fines, la vulnerabilidad de la ciudadanía, causada por el detrimento social que padece.  Apelando a sentimentalismos y a la susceptibilidad de sentirse inseguros e indignados por la feroz criminalidad que vivimos, hacen un llamado a los doce elegidos para que dejen caer todo el peso de la ley, sobre el ya declarado culpable ciudadano.  Esta solicitud viene acompañada de expresiones que invocan a un sentido de urgencia, para poner un alto a la impunidad de los malhechores que no tienen ningún tipo de compasión al momento de ejecutar sus fechorías.  Haciendo referencia a la alta incidencia criminal y a la creciente tasa de asesinatos en la isla, se valen de artilugios demagógicos para hacer brotar en los doce, el sentido de responsabilidad por los futuros sucesos violentos, en caso de que estos no otorguen al Estado, una licencia para ajusticiar con la muerte al sentenciado.   

Todo esto en un ambiente donde permea la desesperación por parte de fiscalía, que ya ha visto derrotada su maligna y cruel intención.  Este anacronismo de las autoridades federales, de presentar la práctica de ejecutar una persona antisocial, como un antídoto que sanearía una sociedad tísica, ha sembrado en las mentes aún colonizadas de algunos sectores de la población, la creencia de que la pena capital es la única alternativa viable y disponible a esos efectos.  Ciertamente, el pueblo puertorriqueño vive una desolación emocional dada las condiciones de inseguridad actuales.  Realidad que la Corte Federal del Distrito, ha logrado manipular para impulsar sus truculentos fines en la isla.  Esto último se ve reflejado en las votaciones finales en cada una de las deliberaciones del jurado, donde en el juicio más reciente, la muerte letal solo recibió un voto en contra, lo que resulta indicativo de que el  poder imperial se acerca  de manera acelerada a su objetivo final.  A juzgar por el promedio en los números de casos presentados y los que faltan por someter, sumado a los resultados en los votos de los jurados anteriores, el próximo candidato a caminar por el corredor de la muerte ya tiene nombre y apellido.

A este punto, los expertos coinciden en que no existe evidencia que compruebe que la pena de muerte tenga mayores efectos en la prevención  de la  criminalidad, más allá de aniquilar a un ser humano.  Por el contrario, en los países donde aún existe esta medida funesta, los índices de conductas antisociales son altísimos, esto incluye la nación norteamericana.  Nación donde todavía, treinta y dos de sus cincuenta estados, acepta esta pena en su ordenamiento jurídico, siendo el único país en todo el continente americano que aun consiente este sistema.  De hecho, según Amnistía Internacional, de los 198 países del mundo, 157 ya la han abolido, legalmente o en la práctica.  Demás está decir que lo que está sucediendo en la isla con este tema, va en dirección opuesta a la corriente internacional, que ya sea por convicción o por presiones de algunas organizaciones no gubernamentales, se mueve hacia la implementación de medidas más civilizadas.  Amén de los notorios casos de hombres que han estado en ese oscuro sendero y luego se comprueba su inocencia.  A saber cuántos no han tenido esa fortuna.

Este es un tema que genera pasiones, emotivo por  demás, y sobre el cual existen múltiples opiniones.  No cabe duda que el pueblo está cansado de sufrir las penurias de una economía subterránea, que hace lo indecible por mantener su crecimiento.  Eso incluye las ejecuciones indiscriminadas contra cualquiera que se interponga en sus objetivos, sin importar los daños a terceros, que por lo general son víctimas inocentes.  Pero antes de caer en la aquiescencia de que el Estado se convierta en el verdugo, de iure, de sus propios ciudadanos, es necesario pensar y analizar si ese es el Estado de Derecho que queremos.  Hay que recordar que ya las autoridades poseen, a través de sus agencias de seguridad, los mecanismos para perpetrar y encubrir asesinatos en masa.  Dudo mucho que un pueblo sensato quiera abrir la puerta para otra “acta patriótica”, donde la prerrogativa de asesinar sumariamente a un sospechoso se otorgue, a una figura mediocre con apariencia presidencial solo por intereses políticos y económicos.

La oposición ha menguado, la desesperación va in crescendo.  Incluso la iglesia, que hasta hace unas semanas marchaba en defensa de la familia, ha brillado por su ausencia y ha rendido sus armas en la defensa de la vida (puede ser porque este temas toca la fibra más íntima de esa institución).  El gobierno colonial se muestra impotente, sin poderes para defender su injerencia, si alguna, en la vida de los suyos.  No podemos olvidar, que son precisamente las autoridades, las que han fallado en su misión de brindarnos seguridad, y son ellos  los responsables de crear las condiciones para que cada día sean menos los que recurran a esos estilos de vida. 

Podemos enviar a la horca, a la hoguera, a la silla eléctrica, o utilizar cualquier mecanismo disponible para eliminar estos elementos de la sociedad que no aportan nada positivo, y que por el contrario, atentan contra el bienestar común de todos.  Pero hasta que no entendamos que es un proyecto de país, (el cual hemos olvidado y abandonado), detener la producción de individuos sin apego social, tomando acciones afirmativas y vanguardistas de cara al futuro.  Para esto necesitamos un Nuevo Estado de Derecho, sin intervención extranjera que nos endilgue prácticas y costumbres que más allá de edificar, lo que logran es destruir nuestra identidad y lacerar nuestra sensibilidad humana.  Es de todos conocido que en esta tierra colonial gobiernan las autoridades federales, no es necesario que continúen con su Persistencia Peligrosa, de querer marcar territorio con sangre, mucho menos con la nuestra.

¡Levántate y anda!



viernes, 22 de marzo de 2013

Nuevo Estado de Derecho

por Caronte Campos Elíseos    




Agradezco la invitación de la colega en estos linderos del ciberespacio, Sherly Rivera, para discutir un tema que es un tanto desagradable, y el cual apenas entiendo.  Se trata del tema de las leyes en Puerto Rico.  De ordinario, esta discusión solo encuentra espacio en las Escuelas de Derechos, los Tribunales, El Capitolio y en La Fortaleza.  Difícilmente en una cafetería, barras, clubes nocturnos o en una barbería (que son los lugares que frecuento), ni siquiera en alguna Plaza Pública del país,  se escuche alguna conversación que gire en torno al origen de las leyes que rigen toda nuestra vida.  Por lo regular en los chinchorros solo se oye a varios comensales dialogar, cerveza en mano, la última noticia sobre cómo se aplican esos estatutos casi desconocidos.  Según mi matemática, q sigue siendo tan buena como cuando cursaba el tercer grado, en Puerto Rico se deben haber aprobado aproximadamente, 15,500 leyes desde el año 1952.  De las cuales, lo más probable no conozcamos ni una millonésima parte.  Debo admitir que pertenezco a esa singular minoría que no las conoce, ni se interesa en conocer.

Me parece que es un t
ópico exclusivo de la clase letrada nacional.  O al menos, eso es lo que el sistema educativo del país, nos ha empotrado a través de sus métodos de enseñanza.  Debe ser por eso que, mientras los jóvenes cursan la escuela preparatoria para la Universidad, sólo les interesa la ley sobre el cumplimiento de la mayoría de edad, para poder conducir y tomar alcohol.

Continúa leyendo en: A Posteriori