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sábado, 25 de abril de 2020

Breves en la cartografía cultural: Palabras atemporales de la teóloga uruguaya María Cristina Robaina (a raíz de una visita a Puerto Rico en el 2014)

por Carlos Esteban Cana

Por ello me duele tanto comprobar
cómo en algunas comunidades cristianas,
y aún entre personas consagradas,
consentimos diversas formas de odio,
divisiones, calumnias, difamaciones, venganzas,
celos, deseos de imponer las propias ideas
a costa de cualquier cosa,
y hasta persecuciones que parecen
una implacable caza de brujas.
¿A quién vamos a evangelizar
con esos comportamientos?

Papa Francisco
Evangelii Gaudium, 100
 

Cuando el fraile dominico Yamil Samalot OP, se dirigió a los presentes sintetizó el sentir general de quienes escucharon atentamente a la teóloga uruguaya Maria Cristina Robaina stj. Por espacio de dos horas Robaina interactuó con la audiencia en una conferencia titulada La profecía del diálogo, germen de comunidades nuevas.

“A la verdad que ha sido un banquete de teología narrativa. Ella como buena Teresiana que es, nos ha hecho meternos en las profundidades de lo que es la misma vida de Dios, que es la vida de comunión, que es la vida de amor, que es la vida de unidad. Con estos mensajes del Evangelii Gaudium que María Cristina ha compartido esta noche nos da a entender que nuestro primer anuncio es la amistad entre nosotros y que en la medida que en nuestras comunidades vivamos la comunión el mundo va a creer.  Esas son las palabras de Jesucristo”, así lo manifestó Samalot, quien fungía como Director del Centro de Estudios de los Dominicos del Caribe (CEDOC) en aquel momento.

Ante la relevancia de tal conversatorio, que sucedió el 3 de septiembre de 2014 en el Aula Magna fr. Félix Struik, O.P. en la mencionada Escuela de Teología de la Universidad Central de Bayamón, comparto algunas de las reflexiones que María Cristina Robaina stj obsequió esa noche.  La teóloga uruguaya había sido invitada al País por la Conferencia de Religiosas y Religiosos de Puerto Rico que efectuaba para esos días su asamblea anual.

*****
María Cristina Robaina: "El tema que me sugirieron es el de la Profecía del diálogo como germen de las comunidades nuevas, esta convicción está vinculada a La Conferencia Latinoamericana de Religiosos (LACLAR), que es desde donde yo quisiera compartir especialmente. La Conferencia LACLAR tiene como horizonte inspirador en este periodo 2012-2015, este lema: “Escuchemos a Dios donde la vida clama”.

Hago el planteamiento, desde la convicción profunda que tenemos, como religiosos y religiosas, que es en el diálogo y en la escucha donde se da el terreno fecundo para el surgimiento de esas comunidades nuevas que estamos necesitando ser y vivir.

Pensando en este encuentro me estaba acordando de la Era de los dinosaurios. Bueno, en aquella Era, en la mesozoica, los dinosaurios parecían que se comían el mundo, que ellos dominarían, que serían el futuro de la vida.  Sin embargo, los estudios paleontológicos han encontrado que antepasados de los marsupiales -esos pequeños roedorcitos con sangre caliente que eran el comienzo de lo que hoy son los mamíferos- andaban entre las patas de los dinosaurios viendo cómo hacían para que los dinosaurios no los aplastaran.  Y si hubiéramos visto aquella escena de hace 80 millones de años seguramente hubiéramos apostado que la vida continuaría con los dinosaurios gigantes, por su poder y potencia, su capacidad ofensiva y defensiva que los hacía aptos para dominar el planeta.  Y resulta que aquellos otros chiquititos que andaban medio escondidos, medio correteando, medio viendo cómo sobrevivir, desde una debilidad biológica real, esos fueron los que dieron continuidad a la vida.  Así nosotros tenemos muchas maneras de entrar en la realidad que tanto nos confronta.  Quizás tengamos que atender a donde están los marsupiales, donde está esa debilidad vital que, sin embargo, tiene la potencialidad y el futuro dentro de sí.

Se habla de cambio axial, sin embargo si le ponemos nombre a esa experiencia interior que vivimos, personalmente y como comunidades, como pueblos, verdaderamente lo que estamos viviendo es una transformación, una metamorfosis.

Hay una imagen semejante que es muy expresiva, en esas cuatro formas de este mismo ser vivo: el huevo, la larva, la crisálida y la mariposa. Si no hubiéramos observado el proceso de transformación, sería difícil asociarlas.  No será que vamos a tener que empezar a identificar entre nosotros y nosotras, larvas, crisálidas que parecen que estuvieran muertas, que están ahí quietitas, encerradas en una cáscara dura y parece que eso es algo vivo.  Y un día se produce aquel milagro de que la crisálida se rompe y sale volando una mariposa.  Realidad y transformación.  Aquí la primera pregunta es: ¿con qué mirada vamos a entrar en esa realidad?

En primer lugar, quizás necesitamos la toma de conciencia de que entramos en un Misterio.  Que lo que llamamos realidad con tanta naturalidad y con tanta insistencia y la aplicamos a tantas cosas es un Misterio, y más Misterio si es una realidad que está en permanente transformación, y más Misterio si la realidad tiene componentes tan diversos como nosotros y nosotras, que vivimos de manera asincrónica esas transformaciones.  Por lo tanto se hace muy difícil poder catalogar y decidir éste por acá y éste por allá y otro por allá.  Como que la realidad nos pide una entrada humilde, una entrada de quien está aprendiendo, con esa conciencia además sistémica de un mundo complejo en que todo se conecta con todo.

Raimon Pannikar que tiene un libro último que se titula  “La puerta estrecha del conocimiento”, cuando se refiere a la puerta estrecha del conocimiento está hablando de la que menciona Jesús: “Pocos son los que entrareis por ella”.  Y Pannikar nos dice que para acceder a la realidad, para conocerla, para poder entrar en ella necesitamos tres llaves: razón, fe y sensibilidad.

La razón solo nos ofrece una serie de explicaciones.  La fe nos traslada a algo que trasciende lo que nuestra pobre razón llega a poder captar, pero además necesitamos de la sensibilidad.  Dicho de otra manera, sólo la persona integrada, desde su sensibilidad, desde la racionalidad y desde la fe, y pudiendo integrar dentro de sí misma esas diversas miradas o experiencias de lo real, sólo así logramos ese ‘click’ que abre la puerta, que es la puerta de la sabiduría.  Es el verdadero contacto íntimo con lo real que no siempre es expresable pero ciertamente experimentable.

Ya no es ‘lo real’, es nuestra capacidad de poder tener empatía, sintonizar, tocar algo de lo que el otro percibe, y de lo que podemos construir juntos y juntas.  Esa es la Profecía del diálogo que genera comunión, que genera comunidades nuevas.

Pero el tema es: ¿Qué estamos y no estamos dispuestos a ver y no ver de la realidad? Percibimos lo que queremos percibir y no percibimos lo que rechazamos. Hay un Misterio allí en la percepción de lo real.  Vemos y no vemos. Bueno, podemos preguntarnos: ¿Qué tiendo a ver en la realidad? ¿Solamente los dinosaurios o solamente los marsupiales?  Y en ese ejercicio, cómo me siento ante lo que veo y, simultáneamente, qué dejo de ver.

De hecho, así, como tocando nuestro corazón y situándonos en esa transformación de lo real uno mira en perspectiva su propia vida, y somos otra persona pero también somos la misma.  En determinados momentos las cosas se ven así, de esta manera por acá.  Pero resulta que hoy somos conscientes de tantas experiencias y realidades humanas y humanizadoras que están más allá de nuestra compresión y de nuestras instituciones y que hablan al corazón del hombre y de la mujer; que conmueven el corazón de la gente, que movilizan a las personas.  En esa extrema diversidad del Espíritu está la imagen y semejanza de Dios en lo humano; en esa diversidad en todo.  Tan compleja, tan a veces difícil de vivir y de convivir; ahí es donde tenemos la puerta de la sabiduría, y ahí es donde tenemos que ver esta invitación:

Dejarnos fecundar por la diversidad del Espíritu, nos supera.

Y ahí hay una palabra que El Señor está pronunciando:

Para poder entrar en la realidad con sabiduría necesitamos una conversión profunda en dos claves: personal y pastoral. Y Aparecida (texto final de la V Conferencia General del Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe, celebrado en Aparecida, Brasil, del 13 al 31 de mayo de 2007) las describe, pero sobre todo también nos pide entrar sin excusas, entrar decididamente con todas las fuerzas en los procesos constantes de renovación misionera y abandonar estructuras caducas que ya no favorecen la transmisión de la fe. Por lo tanto, previamente, entrar sin excusas y decididamente en la realidad con otra mirada, con otra actitud, con otra disposición en la macro realidad y en la micro realidad de mis diálogos con los cercanos, con aquellos con los que convivo, con los que comparto, con los que proyecto, con los que evalúo, con los que analizo.

Escuchar La Palabra, esa actitud de escucha, esa actitud de escuchar a Dios donde La Vida clama me abre el corazón para escuchar los susurros de La Palabra en medio de esas realidades humanas, ante las cuales me quedo en actitud contemplativa, mirando en profundidad, entrando en ellas por la puerta de la sabiduría.  No solamente por lo que entiende mi razón, sino por lo que intuye mi corazón y lo que me revela la fe de aquella situación.  Entonces sí que estamos en la Profecía del diálogo porque estamos viviendo la Profunda Escucha que es, no solamente la premisa de Diálogo sino el elemento constitutivo para que se genere La Comunión.

Hoy, (el Papa) Francisco habla mucho de la Escucha y habla mucho de la Cultura del Encuentro.  Es que el diálogo está bastante desprestigiado, porque a veces llamamos diálogo a cualquier cosa.  Uno tiene que percibir hasta qué punto esa instancia en que yo digo “dialogamos”, en que yo nombro “dialogamos”, genera, produce un encuentro; conmueve, transforma, es una Experiencia de Comunión.  Este es el ícono con el que LACLAR nos invita en este periodo, en este tiempo: a entrar en la comunidad de Betania como comunidad.

Betania nos ofrece una riquísima experiencia de comunidad.  Comunidad de amor, corazón de humanidad. Pero también entendamos que nuestras comunidades tienen algunos personajes más. ¿Cuántos personajes hay acá? Jesús, Marta, María y Lázaro. Bueno, resulta que nuestras comunidades son además de todo esto (‘Casa de Encuentro, Comunidad de Amor, Corazón de Humanidad’), como toda relación humana, nuestras comunidades también son lugares de conflicto.  Y el desafío es la Escucha del conflicto, a ver por dónde viene la cosa.  Antes de empezar a defenderse y decir ‘porque tú, porque yo, porque él’, captar qué es lo que está sucediendo…

Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio.

Evangelii Gaudium, 20

Y a veces la periferia está dentro de casa, la periferia está en la casa del vecino, la periferia está… Porque reconozcamos, estos personajes los vemos como separados pero también nos habitan a cada uno de nosotros y de nosotras.  El conflicto también nace dentro de nosotros. Jesús es también Presencia en nuestro corazón.  Marta y María, Lázaro, son modos de Ser, modos de estar. Son sentimientos, son realidades: Lázaro la fragilidad ¿verdad?; Marta y María, la literatura las ha situado a veces de una manera contrapuesta, sin embargo son actitudes, protagonistas interiores que nos habitan; no solamente a nivel externo sino interno.  Todas y todos somos causa de conflicto para otros.  Ahí está donde se nos pide que pongamos nuestra energía en sumar y salir hacia las periferias de lo humano.  Y salir de la propia comodidad…

¿Por qué Jesús podía convivir con Judas? Porque veía en él un hijo de Dios confundido, en el que se había opacado la comunicación con el Padre; la experiencia de la bondad del Padre.  Era Jesús, el Maestro, que vive en nuestras comunidades, que acompaña y que nos sigue enseñando si lo dejamos, si escuchamos, si escuchamos el susurro de La Palabra de Dios en las palabras del otro que me genera conflicto porque sé que es un hijo a quien el Padre ama entrañablemente; desde ahí puede nacer la Profecía de la comunión, sino son palabras huecas.

Aprender a descubrir a Jesús en el rostro de los demás, aprender a sufrir en un abrazo con Jesús crucificado cuando recibimos agresiones injustas e ingratitudes y dar el paso al perdón.

Redescubrir el gusto de estar juntos –muy bien las redes, las nuevas tecnologías de la información y comunicación, la dirección espiritual por Skype, todo muy bien- pero qué lindo que estemos acá juntos, que compartamos, que celebremos, que nos lloremos juntos, que nos enojemos, que celebremos los cumpleaños, que compartamos incluso los mosquitos estos que nos andan picando…


Y otra vez, así en la inspiración de esta comunidad de Betania, que es una inspiración de La Palabra de Dios, teniendo en cuenta todas estas dimensiones que nos habitan y habitan nuestros vínculos interpersonales.

Una manera de conocer la calidad de nuestros vínculos es si conocemos cuáles son algunas de las heridas de nuestros hermanos y hermanas que consideramos compañeros de camino, compañeras de camino.  Si alguna vez les hemos escuchado de corazón, porque el corazón habla en eso que les duele, se escapa en los intersticios de las comunicaciones, los gestos.  Es importante tener presente cómo sentimos, cómo actuamos, cómo reaccionamos ante las heridas de nuestros hermanos, porque a veces las heridas de nuestros hermanos ponen en carne viva las propias… No es sólo que nos canse escucharlos, es que a veces no queremos escuchar porque no queremos acordarnos que a mí me pasó tal cosa…  Por eso acá la pregunta correlativa es qué hacemos con nuestras propias heridas, nuestras experiencias de vida; vamos a ponerles nombre. Las heridas que van siendo glorificadas y resucitadas como las de Jesús.  Las heridas de las que viene nuestra crucifixión y nuestra muerte, pero de las que renace la Gloria, la Resurrección y la Vida.

De lo que se trata es de vivir los vínculos que tenemos, esos mismos espacios de comunidad, desde una dimensión de profundidad, de contemplación, de escucha; de esa ascética, de ese acoger al otro… Lo importante es que le pidamos al Señor la Gracia de descubrir todos los marsupiales, los marsupialitos que andan por ahí entre nosotros; que no nos dejemos impresionar por los dinosaurios…

Lo importante es que descubramos lo mucho que el Señor hace entre nosotros, y que nosotros lo estamos haciendo para humanizar la vida y para que de verdad nuestras vidas sean una profecía viviente; que eso es nuestra comunión, la Primera Profecía.  La Profecía imprescindible que como cristianos tenemos que anunciar al mundo, que es posible amarnos y que es posible ser hijos de un mismo Padre".


Comunidades de Amor “en salida”
Powerpoint por
María Cristina Robaina stj
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Carlos Esteban Cana – Comunicador y escritor.  Nació en Bayamón, Puerto Rico, pero se crió en el pueblo costero de Cataño. Fundador de la revista y colectivo TALLER LITERARIO, publicación alternativa que marcó la última década de creación literaria boricua en el siglo XX.  Ha trabajado en el Instituto de Cultura Puertorriqueña como Coordinador Editorial, Director de Prensa para la V Feria Internacional del Libro de Puerto Rico y como Coordinador de Medios para el Encuentro de Escritores De-Generaciones.  Su periodismo cultural ha sido publicado en periódicos y publicaciones como Dialogo, Cayey, CulturA, El Nuevo Día, y Resonancias, entre otras.  Fue parte del colectivo El Sótano 00931.  Colaboro con el poeta Julio Cesar Pol, junto a Nicole Cecilia Delgado y Loretta Collins, en la antología Los Rostros de la Hidra.

Su periodismo cultural es reproducido en diversos espacios y bitácoras cibernéticas, con columnas como: Breves en la cartografía cultural; Aquí allá y en todas partes; Crónicas urbanas y el boletín En las letras, desde Puerto Rico, en bitácoras como ConfesionesSólo Disparates, Panaceas y placebos, Boreales, Revista Isla Negra y en periódicos como El Post Antillano.  Tiene tres libros publicados: Universos (micro-cuentos); Testamento (antología poética; una selección de 46 cuadernos) y Catarsis de maletas (cuentos).  Actualmente reside en la ciudad de Nueva York y desarrolla la plataforma multi-mediática Servicios de Prensa Cultural.  Para Carlos Esteban Cana profesar creación y cultura es como recibir oxígeno; vehículos que le permiten ejercer su libertad.

lunes, 18 de abril de 2016

En las letras, desde Puerto Rico: (Serie Conversaciones fragmentadas)

El impacto brutal del psicoanálisis: conversación con Alfredo Carrasquillo-Ramírez (2da parte) 

por Carlos Esteban Cana

Alfredo Carrasquillo-Ramírez lleva 25 años ejerciendo el psicoanálisis en Puerto Rico. Como pocos ha impulsado de diversas maneras su difusión, ya sea a través de la docencia, ofreciendo conferencias o participando de los propios medios de comunicación. Por la importancia de su presencia en el panorama cultural boricua y por mi particular interés por el método fundado por Freud, he seguido la trayectoria de Carrasquillo. A través de los años este psicoanalista ha colaborado con académicos como Ramón Daubón, Silvia Álvarez Curbelo y Pedro Reina Pérez, entre otros. Algunos de los libros o antologías en los que ha participado como coautor son los siguientes: Periodismo y democracia (2000); Ética y retórica en la comunicación política (2001); Capital social (2002); Entre el crimen y el castigo: Seguridad ciudadana y control democrático en América Latina y el Caribe (2003); y Ciudadanía Activa: Diálogos sobre iniciativas ciudadanas para el fortalecimiento democrático en las Américas (2009).

A continuación presentamos la segunda parte de esta edición de “En las letras, desde Puerto Rico” dedicada al pensamiento de Alfredo Carrasquillo como parte de la serie Conversaciones fragmentadas. Agradecemos además al editor Caronte Campos Elíseos por reproducir la misma en su blog Buscando la luz al final del túnel.  En estas reflexiones Carrasquillo nos habla de la razón que le mueve a identificarse con la llamada Escuela Lacaniana. También examina el impacto que ha tenido el psicoanálisis en la cultura global durante los últimos dos siglos.

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Alfredo Carrasquillo-Ramírez:  Yo privilegio la Escuela Lacaniana porque es en la que yo me formé. Y de todas las que he estudiado me parece que tiene una propuesta sólida, más rigurosa, y la que más ha avanzado… pero ahí estoy yo prejuiciado en el sentido que es desde donde estoy inserto.  Sin embargo creo que el psicoanálisis en todas sus tradiciones ha tenido un impacto brutal en la cultura del último siglo.  Es decir, pensemos en el surrealismo, en todas las vanguardias de comienzo de siglo, en el cine, en Hitchcock, es decir, la cultura del siglo XX –incluso la cultura del siglo XXI- de muchas maneras no hubiesen sido posible como fueron sino es por el psicoanálisis.  No es posible plantear muchas de esas cosas sin esa contribución. Uno puede decir, la tradición Lacaniana es mucho más solida que la tradición norteamericana del psicoanálisis, de la psicología del yo.  Pero bueno, gracias al psicoanálisis norteamericano tenemos a Woody Allen y su cine.  Es decir, tiene su impacto de distintas maneras, lo que pasa es que yo creo que la riqueza de la Escuela Lacaniana y de la tradición francesa es que comunica con más disciplinas. El psicoanálisis francés es un retorno a Freud, el psicoanálisis Lacaniano es un retorno a Freud desde la lingüística estructural, en diálogo con la filosofía, en diálogo con la semiología, en diálogo con un montón de disciplinas. Lacan vivía en un momento de gran vitalidad cultural en la que había un diálogo con Levi Strauss, con Albert Camus, con los surrealistas, con los existencialistas por supuesto; la gente estudiaba a Hegel, a Alexandre Kojeve, también a Heidegger. Un momento importantísimo y en ese momento hay muchas intertextualidades con un montón de otras cosas que se estaban haciendo y pensando lo que le da una riqueza muy particular. Tal vez las primeras generaciones de psicoanalistas, posfreudianos estuvieron en el mundo anglosajón.  Ese mundo anglosajón uno podría decir que nunca entendió a Freud del todo. Hay como ciertas limitaciones culturales para entender el psicoanálisis.  Tal vez los países de origen más católico que protestante pudieron entender mucho mejor el psicoanálisis y lo que traía.  En la segunda mitad del siglo XX y comienzos del XXI, ¿qué lugares son de mucha vitalidad psicoanalítica? Francia y Argentina y obviamente hay mucha diversidad de psicoanalistas –sobre todo los psicoanalistas de la escuela francesa y Lacaniana van a cobrar una fuerza grandísima.  Y se han hecho un montón de contribuciones en otros sitios; sobre todo en los países latinoamericanos, hispanoparlantes y francófonos es tal vez donde esto ha cobrado una fuerza mayor.

Añadiría a lo que te menciono que Francia sigue siendo un lugar importante pero la capital del psicoanálisis es Argentina. En Argentina dicen que hasta los taxistas son psicoanalistas.  Está muy presente en su cine, en la literatura, en la cultura en general del argentino, yo dudo que tú encuentres un argentino que no reconozca la conciencia del inconsciente.  A la mitad de los puertorriqueños o más, les preguntas del inconsciente y a lo mejor lo que están pensando es en una cosa así media subterránea; por más que sea un concepto de la cultura general.  En la medicina en Argentina, un médico no descarta la dimensión inconsciente a la hora de pensar la clínica que trabaja.  Culturalmente tiene una presencia por todos lados.  La tiene.  Hay otros países donde esto empieza a tomar fuerza.  Colombia es un país donde el psicoanálisis tiene mucha vitalidad.  España es un país donde tiene mucha vitalidad. Francia la sigue teniendo. Yo diría que son los países… En Estados Unidos el psicoanálisis está más de capa caída en su práctica clínica pero hay un resurgimiento del psicoanálisis y también en Canadá que llega no desde la clínica sino desde los estudios culturales, de la literatura, de la teoría política y va entonces entrando al mundo de la clínica.  Así que yo vislumbro que en los próximos 10 o 20 años vamos a ver una mayor vitalidad o presencia del psicoanálisis nuevamente en Estados Unidos. En la medida en que los modelos médicos, psiquiátricos y psicológicos fracasan o siguen fracasando, el psicoanálisis vuelve aparecer como una alternativa que propone otra vía para manejar el malestar humano, el dolor de los seres humanos, y de esa manera va aparecer como una respuesta diferenciada.
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La primera parte de esta edición de En las letras, desde Puerto Rico dedicada al pensamiento del psicoanalista Alfredo Carrasquillo-Ramírez está disponible en el blog  Confesiones.


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Carlos Esteban CanaComunicador y escritor.  Nació en Bayamón, Puerto Rico, pero se crió en el pueblo costero de Cataño. Fundador de la revista y colectivo TALLER LITERARIO, publicación alternativa que marcó la última década de creación literaria boricua en el siglo XX.  Ha trabajado en el Instituto de Cultura Puertorriqueña como Coordinador Editorial, Director de Prensa para la V Feria Internacional del Libro de Puerto Rico y como Coordinador de Medios para el Encuentro de Escritores De-Generaciones.  Su periodismo cultural ha sido publicado en periódicos y publicaciones como Dialogo, Cayey, CulturA, El Nuevo Día, y Resonancias, entre otras.  Fue parte del colectivo El Sótano 00931.  Colaboro con el poeta Julio Cesar Pol, junto a Nicole Cecilia Delgado y Loretta Collins, en la antología Los Rostros de la Hidra.

Su periodismo cultural es reproducido en diversos espacios y bitácoras cibernéticas, con columnas como: Breves en la cartografía cultural; Aquí allá y en todas partes; Crónicas urbanas y el boletín En las letras, desde Puerto Rico, en bitácoras como Confesiones, Sólo Disparates: buscando la luz al final del túnel, Panaceas y placebos, Boreales, Revista Isla Negra y en periódicos como El Post Antillano.  Tiene tres libros publicados: Universos (micro-cuentos); Testamento (antología poética; una selección de 46 cuadernos) y Catarsis de maletas (cuentos).  Actualmente reside en la ciudad de Nueva York y desarrolla la plataforma multi-mediática Servicios de Prensa Cultural.  Para Carlos Esteban Cana profesar creación y cultura es como recibir oxígeno; vehículos que le permiten ejercer su libertad.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Robo de identidad

por  Caronte Campos Elíseos


Al regreso de un viaje largo por el viejo mundo y que se extendió por varios meses, me encontré vagando nuevamente por las calles.  Llegué hasta una escuela vacía y abandonada, de esas que han clausurado por falta de presupuesto.  Solamente quedaba parte del letrero escolar que leía el apellido, Pedreira.  Rondaban las tres de la mañana, y encontré en el plantel un hombre solitario.  Se me acercó y me preguntó qué se me ofrecía.  Respondí que solo quería ver las facilidades.  El se ofreció a darme el “tour” personalmente.  Cerró los portones con candado.  Esto, según él, para que nadie tuviera acceso al plantel escolar.  Comenzamos por la cancha de baloncesto sin techo y sin canastos; fuimos también a los salones, todos sin puertas y sin ventanas.  Visitamos los baños, sin inodoros ni lavamanos.  Pasamos por la biblioteca, sin libros.  Las paredes llenas de cables, sin energía eléctrica y sin computadoras.  Llegamos hasta una glorieta, sin asientos.  Allí decidimos sentarnos en el piso a compartir la merienda que el anciano había llevado a su trabajo.
 
Compartiendo el palo viejo con anís y las carnes empacadas, le comenté sobre mi viaje a España y lo mucho que me había fascinado.  Se levantó abruptamente del piso, y entre sorbos del oro blanco de la botella, comenzó a dirigirme un discurso:

-       Déjame aclararte un hecho diacrónico, muchacho: Por acéfalos como tú, es que este país está como está.  Una parte de la población añorando la madre patria; otros, soñando con integrarse a la “America the beautiful”.  En medio de esa nostalgia y esas falsas expectativas, nadie conoce los verdaderos orígenes de nuestra raza.  Ese desconocimiento es el que ha creado esta confusión de bipolaridad.  Dos banderas, dos idiomas, dos himnos, pero sin identidad nacional.  Nadie tiene la suficiente materia gris para entender el dilema de la personalidad puertorriqueña.  Antes de que tú, mi querido incauto, llegaras a la España de Fernández Juncos; y mucho antes de que Colón arribara a estas tierras con sus carabelas llenas de moros, ya existía vida en esta isla.  Los indígenas fueron los que, con humilde actitud y hospitalario espíritu, recibieron los mal llamados descubridores.  Eso es lo único que nos heredaron en la famosa mezcla de razas; la humildad y la hospitalidad.  Claro, gracias al holocausto taíno, fueron ellos los primeros en desaparecer del mapa de la personalidad nacional, dejándonos la cobardía como herencia. 


En este punto era yo el que necesitaba sorbos del preciado líquido en la botella.  Después de viejo fui a parar a una escuela abandonada para una mustia clase de historia.  Mientras, el oficial de seguridad escolar continuaba con su severa admonición:       

-       ¿Luego que tenemos? ¡La llegada de los negros!  Dominados a través de los siglos por la supremacía blanca.  Hasta el sol de hoy no logran quitarse las cadenas del discrimen y los prejuicios.  Encadenados, torturados, azotados, siempre sometidos.  Traídos a esta tierra para ser sometidos al trabajo y al yugo del dios de los primeros cristianos; su aportación al surgimiento de nuestra identidad, fue el sometimiento y la mansedumbre ante los atropellos.  Al final, de esta mezcolanza salimos nosotros.  Salimos de la artería y jactancia del blanco; de la subordinación y la rendición del negro; y de la humillación y mansedumbre del indio taíno.  Así surgió el criollo que por más de tres siglos vivió bajo los abusos, los martirios y suplicios perpetrados por parte de la madre patria.  Madre que negó por 400 años, el nacimiento de una personalidad puertorriqueña.  Que abortó por medio de represión y tormentos el desarrollo del alma nacional.

Con el tormento de esta aciaga realidad, ahogamos las penas en el ron compartido.  Mi desapego emocional se había quemado con el alcohol, y quería salir de aquel estorbo público que antes fue centro de instrucción.  Debo admitir que me retuvo allí mi tendencia al alcoholismo.  Además, recordé que el guardia había encadenado el portón, así que regrese a mi lugar en el piso.  El pseudo historiador continuó con su anodina diatriba:
 
-       Esa madre, que después del saqueo y la explotación de los criollos, nos entregó como botín de guerra a un padrastro abusador.  Y cuando ya habían visos de dignidad boricua, el nuevo imperio se ensañó con la idea nacionalista.  La inquina norteamericana contra los nativos logró la retracción del poco progreso que se había logrado hasta ese momento.  Así las cosas, el ser puertorriqueño se ha manejado entre dos aguas.  Entre lo heredado de la corona española y lo impuesto a la trágala por las fuerzas federales. Los boricuas carecemos de identidad propia.  El destino colonial nos ha robado la identidad.  Carecemos de reconocimiento internacional, vivimos bajo una cláusula territorial; el himno nacional es una danza bailable, el escudo es un manso cordero, no producimos nada de lo que se consume en el país, y hasta somos malos para imitar e implementar los sistemas ultramarinos que tanto adoramos.  Aun así, el ego sin fundamento del boricua es enorme.  Nos creemos la última Coca-Cola del desierto.  Pensamos que nos merecemos todo, y ni siquiera los conciudadanos americanos nos tratan con igualdad.  Somos en realidad una amalgama de contradicciones, de características heredadas, adoptadas y otras impuestas.  En otras palabras, no hemos visto aún el nacimiento del alma de la verdadera identidad nacional.  Alma que no veremos nacer hasta que dejemos la pendejería de querer ser lo mejor de dos mundos.  Hasta que no cese la idea de ser puente o punto de encuentro de dos culturas disímiles.  Hasta que no podamos concertar en un solo propósito, soltar las cadenas, escapar de la sumisión mental y dejar atrás la mansedumbre eterna, no veremos realizada la idea de una personalidad boricua real.


Me parece escuchar un timbre a lo lejos.  Me despierto tirado en el cemento de un gazebo sin techo.  Dan las ocho de la mañana.  A mi lado solo encuentro una caneca vacía, una placa con la inscripción, A. S. Pedreira, y un libro titulado, Insularismo.

¡Levántate y anda!

domingo, 23 de agosto de 2015

Instrucción

por  Caronte Campos Elíseos



En aras de relajarme y despejar la mente, me propuse salir a caminar.  Quería eliminar los recuerdos de la última pesadilla y sanar el estrés post-traumático.  En el recorrido por el pueblo (pueblo casi fantasma) llegué hasta la plaza pública frente a la impresionante iglesia.  Para mi sorpresa estaba repleta de caminantes y jugadores de dominó.  Con cautela me acerqué a una de las mesas donde jugaban cuatro ancianos.  Uno de ellos aparentaba tener 135 años, como si hubiera nacido en el 1880.  De hecho, era el más hablador de todos.  Su discurso apologista era bastante estridente.  Hablaba de los tiempos cuando se dedicaba a trabajar por el país.  Su dialéctica giraba en torno a la educación gratuita.  Mientras observaba el juego, quedé absorto con su discurso.

Decía el anciano: “En mis tiempos todo era distinto.  Para empezar el sistema era llamado, instrucción.  Lógicamente, porque la educación la reciben los párvulos en sus hogares con sus familias.  En las escuelas es donde está supuesto que reciban el pan de la enseñanza.  En adición, esa enseñanza era en inglés.  Bastante que abogué en aquellos días por mantener el inglés como idioma principal en las escuelas.  Yo sabía que siempre seríamos parte de los Estados Unidos, y por ende, necesitaríamos conocer y  dominar su idioma para nuestro desarrollo.  Pero nunca me escucharon y el magisterio me fustigaba por mis posturas.”  Los demás jugadores solo miraban las fichas sobre la mesa.  No aparentaban prestar mucha atención al fuero del decano.  Yo solo me preguntaba quién era aquel hombre tan ilustre.

Continuó, mientras los demás ni se inmutaban: “Si me hubieran hecho caso, si hubieran seguido mi ejemplo, el sistema educativo no estuviera tan retrasado.  Décadas después, el tiempo me da la razón.  Hoy día tenemos una población de ciudadanos americanos que no dominan su idioma principal, el inglés.  El mismo que es el idioma internacional de la educación, la cultura y los negocios.  El escenario tétrico del Puerto Rico de hoy se lo debemos a la ausencia de una sociedad bilingüe y a un sistema de instrucción mediocre.  La inmensa mayoría de los problemas sociales que nos conducen a la miseria, son a causa de la paupérrima formación que recibe el pueblo, en especial los niños.  Al final del día, mientras menos conozcan y más ignorantes sean los ciudadanos, mejor para el gobierno.  Los gobernantes se aprovechan de sus constituyentes manteniéndolos incautos y ajenos al conocimiento.  Es por eso que los currículos utilizados para medir el aprovechamiento académico de los estudiantes, carecen de muchas materias, estrategias y contenidos que fomenten el desarrollo intelectual del estudiantado.  Mucho menos fomentan el aprendizaje autodidacta, el pensamiento crítico y racional, la diversidad de conocimientos y habilidades, el desarrollo de los diferentes tipos de talentos ni la responsabilidad social individual.  Lo que tenemos es un sistema mecanizado y estandarizado;  que no considera la variedad de inteligencias existentes.  Desarrolla mentes robóticas y adoctrinadas, dirigidas y encaminadas a adentrarse en la enajenación general.  Dispuestas a sumergirse en rutinas inútiles pero que crean sentimientos de satisfacción y conformidad”.

Las fichas seguían pasando sobre la mesa.  Uno de los jugadores contaba tantos y otro los anotaba.  Yo seguía aferrado al dicho que dice que el mirón es de palo.  Me limitaba a mirar y a escuchar las sabias palabras de aquel “Juan del Pueblo”.  Proseguía mientras analizaba atentamente sus fichas: “Es por eso que en la actualidad, nadie conoce la verdadera historia de este pueblo.  Todos tienen su propia versión e interpretación de los hechos.  Nadie conoce sus próceres ni sus héroes nacionales.  La cultura se ha convertido en exclusiva para algunos sectores.  Los alumnos no conocen la vida de los ilustres hombres y mujeres con los que bautizan sus propios planteles.  Todo este sistema lo que ha provocado con el pasar de los años, es el crecimiento de la deserción escolar.  Cada vez son más los desertores escolares.  El sistema actual solo logra llevar a graduación un 60% de los estudiantes.  El otro cuarenta por ciento (40%) lo tiran a perdida.  Pero es de esperarse de un sistema tan deficiente y que se auto-sabotea con sus estrategias con poca o ninguna planificación.  Todo el andamiaje de instrucción ha demostrado su incapacidad de trabajar y manejar las múltiples necesidades del estudiantado.  Esto es obvio y sumamente palpable en las cientos de compañías pseudo-educativas registradas por el Estado para ofrecer “métodos alternativos de educación”.  Estas empresas, como toda empresa privada, solo busca el lucro a través de una necesidad existente.  Las más atractivas para los desertores que están frustrados o aburridos del sistema regular, son las que los llevan a obtener sus diplomas de cuarto año y una carrera corta en un periodo de seis a doce meses.  Todo este escenario les da la justificación perfecta para el cierre de planteles escolares.  En los últimos dos años, el Secretario ha cerrado 170 escuelas.  So pretexto de ahorros, disminución de gastos, y la excusa perfecta de la baja en la matricula, han ordenado la disminución del número de escuelas.  Lo que a todas luces, perjudica a ciertos sectores de la población con dificultades de transportación.  Ni hablar del mensaje subliminal en estos cierres, que no es otro que las prioridades son económicas y no educativas, instruccionales ni profesionales.  Vivimos un país que tiene sus prioridades invertidas.  Existen dineros, fondos y fuentes de financiamiento para eventos electorales, escoltas para ex gobernadores, pensiones del 100% para jueces, contratos millonarios para batatas políticas; pero no existe ni un centavo para el desarrollo de una estrategia de retención estudiantil ni para el mantenimiento y buen funcionamiento de las escuelas”.

Ya siento el dolor en mis rodillas del tiempo estando de pie.  Solo pienso que este hombre debe ser uno de los puertorriqueños más ilustrados de la historia.  Los demás siguen inanimados ante las fichas blancas.  Vuelven a contar y anotar las cifras de los puntos negros sumados.  El jugador erudito observa sus nuevas fichas, pero continúa: “Todo esto es resultado de la politización del sistema.  Los partidos peleándose por obtener el control de la partida mayor del presupuesto del país.  Luchando por mantener sus influencias sobre el sistema de adoctrinamiento de población por excelencia.  La agencia perfecta para atornillar a todo su sequito de ineptos e incompetentes disfrazados de doctores y profesores.  Incubando desde adentro políticas públicas con matices de política partidista, en lugar de estrategias para el desarrollo intelectual.  Pero el círculo vicioso del propio sistema funciona, a esos efectos, a la perfección.  Estamos tan ensimismados con nuestras rutinas y nuestras vidas personales, con triunfos y fracasos, que no nos percatamos que somos los principales responsables del deterioro educativo, instruccional e intelectual del país.  Somos nosotros todos, los que escogemos a los que dirigen nuestras instituciones.  Lo que hacemos es aprender a obedecer el sistema.  Somos el fruto de un Departamento de Educación sin Instrucción.  Nunca aprehendemos.  ¿Nunca aprehenderemos?  ¡Capicú!”

Ese fue el último grito que escuché antes de percatarme que había un espacio vacío en la mesa.  Los demás ancianos sentados, me miraban como si llevaran horas esperando por mí para comenzar la partida.  El bolígrafo estaba cerrado y el papel en blanco.  No me quedó más remedio que sentarme a la mesa y olvidar todo lo que pensé que había escuchado.  Al tomar las fichas no pude evitar percatarme del nombre grabado en ellas, J. B. Huyke.


¡Levántate y anda!